domingo, 29 de enero de 2017

«Si el hombre de hoy tiene miedo, es un miedo al aburrimiento.»



Joachim Bodamer, un psiquiatra alemán, dijo acertadamente en cierta ocasión: «Si el hombre de hoy tiene miedo, es un miedo al aburrimiento.» Aburrimiento que, como es sabido, puede llegar a ser mortal. Así, el profesor Plügge, internista de Heidelberg, ha comprobado que en los casos de intento de suicidio que él ha estudiado, el motivo no era una enfermedad o una situación económica crítica, ni tampoco un conflicto profesional o de otro tipo, sino, sorprendentemente, otro distinto: un aburrimiento desmesurado, es decir, el hecho de no ver realizado el deseo de encontrar un contenido auténtico a la vida. Y vemos así también qué razón tenía Karl Bednarik cuando escribía: «A partir del problema de la miseria material de las masas ha surgido el problema del bienestar, el problema del ocio.» Pero en relación con el tema de las neurosis, el neurólogo vienes Paul Polak mencionaba ya hace algunos años que no se podía uno hacer la ilusión de que con solucionar las cuestiones sociales  iban  a desaparecer  también  las enfermedades neuróticas, sino que resulta más acertado lo contrario: cuando estén solucionadas las cuestiones sociales, las existenciales irrumpirán en la conciencia del hombre, «la solución de la cuestión social despejará la problemática espiritual, la movilizará; el hombre será entonces libre de abordarse a sí mismo, y verá lo problemático en sí mismo, su propia problemática existencial».

VIKTOR E. FRANKL. LA PSICOTERAPIA AL ALCANCE DE TODOS

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