jueves, 30 de julio de 2009

TESTIMONIOS (25)



Vas a sanar empezando a relacionarte con Dios

Testimonio de José Guadalupe.



Soy bipolar, tengo 39 años, casado, padre de tres varoncitos. Viví mi primer episodio de depresión a los veinte años. Para salir de ella utilicé el alcohol. Seguí con mi consumo de alcohol cada vez que tenía momentos de tristeza. Me casé a los 27 años y todo pintaba muy feliz (a esta edad ya había terminado mi carrera de Ingeniero Químico Administrador en una prestigiosa empresa tecnológica del país).

Iniciando un negocio propio, una esposa bonita, satisfacciones materiales, etc. que más podría pedirle a la vida. El negocio prosperó rápidamente así como toda la problemática que esto implica y a su vez, mi consumo de alcohol. Yo me comía todos los problemas, propios y ajenos. Siempre me caractericé por ser nervioso y muy aprehensivo.

Así, empezaron a llegar los hijos. Cuando estábamos esperando al tercero, mi adicción al alcohol ya me venía causando serios estragos. Llegó el momento en que decidí dejar el alcohol, al mes de haber nacido el tercero. A los quince días caí en depresión profunda y aquí es donde comienza la etapa fatídica de mi vida: fui internado de gravedad en seis ocasiones: 4 por depresión y 2 por euforia. Todo nuestro patrimonio lo perdí. Duré dos años y medio sin poder trabajar. Me la pasaba en un cuarto oscuro encerrado día y noche, sin querer ver a nadie, temblando, sudando frío y con crisis de llanto e insomnio hasta por 6 días consecutivos. En mis etapas eufóricas me dio por recuperar el tiempo perdido y trabajaba compulsivamente, haciendo según yo, negocios grandiosos, hasta que me internaban. En principio yo no sabía de esta enfermedad, así que me agarré visitando médicos, psicólogos, psiquiatras, brujos, hechiceros. No logré nada, solamente tres diagnósticos de psiquiatras que coincidieron con mi enfermedad bipolar. Me dijeron que esta enfermedad no era curable, que tendría que estar sometido a medicamentos y terapia sicológica de por vida; que mis crisis sólo se podrían atender en una clínica siquiátrica. Ante este diagnóstico, la pérdida económica y el no poderme relacionar adecuadamente ni con mi pareja ni con mis hijos, me llevó a pensar seriamente en el suicidio. Una vez lo intenté con una pistola pero apareció mi esposa en el momento que lo iba a realizar. Algo en mi interior me indicaba que esperara. Yo me sentía como en un túnel negro, sin salida, prácticamente en el infierno; sin ninguna esperanza y mucho menos fe. Algo comenzó a suceder después...

Durante mi etapa bipolar tomé los siguientes medicamentos: transmetil, anafranil, anafranil retard, victam, lexotán, rivotril, ludiomil, anapsique, adepsique, carbolit, glucomato de litio, prozac,

Aurorex, efexxor, tafil, rohipnol, akineton, akinetón retard, sinogam, surgam, frisium, clonazepam, halción y muchos más.

Tal parece que no me hicieron efecto positivo, quizá por no llevar un tratamiento adecuado. Lo que sí obtuve fue una destrucción de mi flora intestinal, por los efectos secundarios de estos medicamentos al grado de padecer un severo estreñimiento, lo que desembocó en hemorroides. Curiosa y paradójicamente cuando veía ya todo perdido, fui a visitar al proctólogo. Me operó las hemorroides y me preguntó que porqué tan joven y ya con este mal; a lo que le respondí que por tanto medicamento para mi trastorno bipolar. El me miró fijamente y me dijo:"mire amigo, yo no soy psiquiatra, lo que sí sé es que tanto el trastorno bipolar, como la depresión son enfermedades del espíritu. Trate de relacionarse con Dios como usted lo entienda y de la manera más sencilla, y tómese este medicamento (wellbutrin) diariamente. Nada más una cosa sí le pido: hágalo con fe, fe y fe”. Tomé el medicamento durante dos meses y rezaba un Padrenuestro diario, y no veía ninguna mejora. Esta vez no me desesperé, porque cada que me tomaba el medicamento y rezaba retumbaban en mi oído la palabra fe, fe, fe. Para mi entendí que la fe consistía en que algún día esto que estaba haciendo tendría efecto, simplemente confiando; y así fue, al tercer mes comencé a sentir una pequeña mejoría...(continuará)

Alguien por allí me sugirió que asistiera a un grupo de autoayuda, específicamente a un grupo de Alcohólicos Anónimos. No me agradó nada la idea puesto que yo no me consideraba alcohólico y además mi enfermedad era el trastorno bipolar no el alcoholismo. De cualquier manera me dí la oportunidad de asistir, total nada perdía. Comencé a asistir y los primeros ocho meses se me fueron en blanco. Seguía sin ninguna esperanza y con crisis bastante severas. Paralelamente a este tiempo comenzó a hacer efecto el medicamento; cada día, aunque fuera mínimo, me sentía mejor. Así se me empezó a clarificar la mente y a tener más energías para afrontar mi vida diaria. Comencé a vislumbrar una luz al final del túnel cuando muchos compañeros mayores que yo me dijeron que me diera la oportunidad de practicar el programa de 12 pasos de los alcohólicos, que este programa había sido aplicado con éxito para todo tipo de adicción y para todo tipo de enfermedades, lo único que yo requería era tener una mente abierta y receptiva y a tener la buena voluntad de primero probar los principios antes de descartarlos, y así lo hice. Me dediqué con todo mi empeño y los resultados no se dejaron esperar.

Hoy en día voy para mi cuarto año sin beber alcohol y segundo año sin probar medicamento ni tener un trastorno ni depresivo ni maniaco. Estoy trabajando con mi esposa que dañé bastante y ha mejorado mucho. Hoy día reconozco una gran verdad para mí: el trastorno bipolar fue para mí, padecer de anemia espiritual, puesto que viví vacío mucho tiempo alimentando mi cuerpo, más no mi espíritu. Un muy buen amigo me dijo durante mi recuperación me dijo lo siguiente:”Mira Pepe, todos los seres humanos estamos compuestos por espíritu, mente y cuerpo; y así como el cuerpo necesita del alimento para su subsistencia, así la mente y el espíritu ,para en conjunto formar un todo armónico, y aquí hay un gran secreto: si te esmeras en sanar tu parte espiritual, las otras dos sanarán automática y gradualmente. En principio tu parte física la vas a nutrir con una buena alimentación y vas a seguir tu tratamiento médico disciplinadamente. Tu parte emocional y mental la vas a nutrir con la asistencia a tus juntas en donde vas a expresar lo que más te duela desde tu infancia sin temor a ser juzgado y con la plena seguridad de que todo lo que hables se mantendrá anónimo, es decir vas a poder expresar tus emociones y pensamientos libremente, además que vas a encontrar amigos verdaderos unidos por el mismo dolor. Tu parte espiritual la vas a sanar empezando a relacionarte con Dios (como tu lo entiendas ,para evitar controversias) de la manera más sencilla ,dialogando diariamente diez minutos con Él como si fuese tu mejor amigo y pidiéndole FE para tu sanación y fortaleza para salir adelante; agradeciéndole por tu enfermedad (aunque suene paradójico) Y BENDICIENDO A TUS PADRES. Yo en principio no creí, pero como era mi última carta, la jugué y por la GRACIA DE DIOS, puedo decir en este instante que estoy sano y en paz. Este es mi testimonio verdadero, no tengo necesidad de mentir ni de ser tendencioso. Tomen lo que de el les sirva y lo demás deséchenlo. Lo que gratis se me dio, gratis lo comparto.


http://www.bipolarweb.com/Mi%20historia/JGuadal.htm


domingo, 19 de julio de 2009

PALABRAS DE VIDA (49)


Entonces Faraón dio a todo su pueblo esta orden: «Todo niño que nazca lo echaréis al Río; pero a las niñas las dejaréis con vida.». Éxodo 1,22

Entonces el Dragón vomitó de sus fauces como un río de agua, detrás de la Mujer, para arrastrarla con su corriente. Pero la tierra vino en auxilio de la Mujer: abrió la tierra su boca y tragó el río vomitado de las fauces del Dragón. Apocalipsis 12, 15-16

miércoles, 15 de julio de 2009

TESTIMONIOS (24)



Contemplad, hago todas las cosas nuevas.

Testimonio de Valerie.

Desde mi infancia padezco asma crónico. Cuando crecía tenía fuertes dolores en el pecho. A partir de mi adolescencia comencé a estar muy deprimida y triste. Me habían llevado a muchos doctores y hospitales para los tratamientos. Había perdido toda esperanza en la vida. ¡Muchas veces pensé en acabar con mi vida!

Por entonces asistí a un retiro carismático dirigido por el P. James Manjackal M.S.F.S. En el segundo día del retiro él dijo en voz alta en oración mi nombre y dijo que estaba consiguiendo la curación del asma. En ese mismo momento tuve una experiencia maravillosa del Espíritu Santo. Sentía el poder del Espíritu Santo que me atravesaba. ¡Me derrumbé en el suelo siendo incapaz de estar de pié para contemplar el poder de Dios! A partir de aquella experiencia no solamente fui curada de mi asma y del dolor de pecho, me convertí en una nueva persona totalmente curada de mi depresión.

Todos los que me encontraban después del retiro comenzaron a decirme, "Valerie, eres es una persona cambiada”. Hace 18 meses que he nacido de nuevo por el Espíritu. Ahora trabajo para el Señor. Una parte de mis ingresos los dedico a la evangelización entre los árabes. El próximo mes me casaré. Alabo y agradezco al Señor por darme una nueva vida llena de esperanza y optimismo. ¡Qué verdad es lo que el Señor ha dicho!: "contemplad, hago todas las cosas nuevas" (Ap. 21: 5).

http://www.jmanjackal.net/esp/esptest.htm


domingo, 12 de julio de 2009

PALABRAS DE VIDA (48)


A vosotros, gracia y paz abundantes por el conocimiento de nuestro Señor. Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais partícipes de la naturaleza divina, huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia. 2 Pedro 1, 2-4

La Sabiduría es un espíritu que ama al hombre, pero no deja sin castigo los labios del blasfemo; que Dios es testigo de sus riñones, observador veraz de su corazón y oye cuanto dice su lengua. Porque el espíritu del Señor llena la tierra y él, que todo lo mantiene unido, tiene conocimiento de toda palabra. Sabiduría 1, 6-7

domingo, 5 de julio de 2009

PALABRAS DE VIDA (47)


«Cuando asistáis a las hebreas, observad bien las dos piedras: si es niño, hacedle morir; si es niña dejadla con vida.» Pero las parteras temían a Dios, y no hicieron lo que les había mandado el rey de Egipto, sino que dejaban con vida a los niños. Llamó el rey de Egipto a las parteras y les dijo: «¿ Por qué habéis hecho esto y dejáis con vida a los niños?» Éxodo 1,16-18

Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida.» Y se burlaban de él. Pero él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: « Talitá kum », que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate.» La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Marcos 5, 39-42