¿Dónde quedó la promesa de
anoche?
¡La has roto esta mañana!
¿Por qué habría de preocuparme?
Puedo conquistar el mundo en un
instante,
con una sonrisa puedo curar un
corazón destrozado.
Corazón mío,
realiza tus deseos,
preparados están los dones,
brazos abiertos espera el Rey,
y la luz de Su Rostro
sobre ti brilla.
Nunca oí a un rey decir:
«Espera hasta mañana
y te lo daré todo.»
¿Acaso fue jamás tenue
la luz de la luna llena?
¿Dónde están los favores?
¿Dónde los hombres sabios?
¿Dónde las puertas abiertas?
¿Dónde el Revelador de los
Secretos?
Ésta es la respuesta: «Justo
aquí!»
Están aquí, desde el principio
hasta el fin,
por ello se dijo siempre:
«Tú eres lo que buscas.»
Ya he hablado bastante.
He muerto a los pies del Amado.
No, me equivoco:
Jamás puede morir quien obtiene
su vida a través de Él.
Cuando el reflejo del Rey danza
en la tierra,
cobran vida barro y piedras,
ríe el frágil árbol,
da a luz la mujer estéril.
Si Su reflejo puede producir
todo esto,
¡imaginad qué puede hacer la luz
de su Faz!
Él es el brillo de cualquier
pensamiento,
la luz que anima las almas
todas,
la fuente que otorga toda vida
desde el Sol hasta el cuarto
cielo.
Pero sólo cuando se pone en la
comida
puede advertirse a qué sabe la
sal.
¡Qué maravilla!
El Amado está enamorado del
amante.
¡Qué milagro!
Del negro hollín crece un
paraíso.
Yalal ad-Din Muhammad Rumi
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todos los comentarios son bienvenidos, este es un espacio de escucha y oración.