sábado, 31 de julio de 2010

Una cita con la Virgen María, consoladora de los afligidos


Por Eugenio Torres
Cofundador de la Alianza Floridiana Para el Progreso, Inc. y parroquiano de San Isidro.

Como trabajador social escolar, a menudo se me presentan situaciones para las cuales necesito mucha fe. Tal fue el caso de una señora a cuyo esposo le hicieron seis disparos a quemarropa. Después de tres meses, falleció en un hospital del condado Broward. Fue un trago amargo para sus tres hijos, dos de los cuales están en tercer y cuarto grado de una escuela elemental en la que trabajo.

Los servicios a esta familia fueron muy intensos. Necesitaban dinero y era necesario ayudar a esta señora a comunicarse con toda la familia y coordinar el entierro pues ella no sabe inglés, ni casi leer o escribir. Lo más difícil fue mantener su salud mental y la de los niños. Por suerte la escuela a la que asisten los niños es sensible a estos problemas y pudimos ayudarles en todo lo posible.

La señora no mejoraba su condición mental y llegó un día en que habló de suicidio o algo parecido. Las agencias correspondientes determinaron que ella no era un caso para internarla en un hospital siquiátrico pero que necesitaba mucha e intensa ayuda, la cual nos ofrecimos a darle.

La señora me contaba que no podía trabajar porque no podía pagar para que le cuidaran a su hija. Encontró un trabajo de noche y no podía dormir de día porque cada vez que su hijita de tres años le veía dormida la despertaba temiendo que, igual que su padre, su madre no volviera a despertar. Su depresión se agudizaba y ni las medicinas le ayudaban.

Hace una semana fui a visitarla. La encontré lavando ropa a mano y hablando con unas amigas. Vino hacia mí, me invitó a entrar a su apartamento y allí me di cuenta de que tanto ella como sus hijos se encontraban muy bien. Su semblante era alegre. Ya no lloraba. Le dije lo bien que se veía y me contestó que la razón era que le habían llevado una imagen de la Virgen María y todas las noches sus amigas iban a rezar a su casa. Vi una imagen de más de cuatro pies de altura, la cual lucía esplendorosa. Era la Virgen de Guadalupe.

Sin salir de mi asombro por el cambio que se había logrado en la salud mental de esta señora y sus hijos, me explicaba que ya no oía voces de noche y que dormía y comía bien. Una hora después salí de su casa y pensé: lo que no pudimos hacer con terapia, lo hizo la Virgen María en una sola visita.

Esa tarde, al llegar a mi casa, mi esposa me dijo muy contenta: “Eugenio, hoy nos traen la imagen de la Virgen María, así que te pido que prepares tu guitarra y toques y cantes canciones para ella y que ores con todos nosotros”. Esa tarde no fui a mi trabajo nocturno. Tenía una cita con alguien más importante: la Virgen María, consoladora de los afligidos.



http://www.alexlib.com/vozcatolica/41/torres.htm

jueves, 29 de julio de 2010

¿Dónde está Dios?


¿Dónde está Dios? Por ái. Está en los justos
y está en los pecadores
en los templos vetustos
y en la efímera pompa de unas flores.

Para que no lo adores
semanalmente sólo, a plazos justos
está en la noche insomne de disgustos
y en la aurora de férvidos colores.

Escondido en el fondo de tu fuerte
paciencia o tozudez y en esa frágil
tenue esperanza de vencer la muerte

y en esa atada inteligencia ágil
reina cautiva que conoce cierto
que hay una puerta y -no sé dónde- un Puerto.

Leonardo Castellani

martes, 27 de julio de 2010

De un suicidio programado a monja en Medjugorje: Sor Emmanuel


Conocí a Sor Emmanuel en Medjugorje hace unos años. Es una monja especialmente apostólica, arrolladora, de las que irradian amor a Dios y a la Virgen y tienen urgencia de trasmitirlo a todo el mundo. Algo comencé a conocer de su singular vida. Ella había nacido en Francia, y llevaba una vida muy aventurera, en la que fue probando todo lo que la sociedad pagana puede ofrecer. Llegó al borde de la desesperación tras consultar a adivinos, prácticas esotéricas, etc. Su vida ya no tenía sentido para ella y programó su suicidio para un día concreto a las cinco de la tarde. Y en su libro “El Niño escondido de Medjugorje”, nos lo cuenta todo con detalle. De él extraemos los siguientes párrafos, que no tienen desperdicio:

UNA PERSONA SE ENCAMINA A LA MUERTE
Después del almuerzo y de algunos intercambios de los que me mantuve alejada, hubo una nueva asamblea de oración (carismática) espontánea (a la que fue invitada aquel día concreto). Eran las 15:30. Mi fin estaba próximo, le había dicho a Dios: a las 17. Me senté con ellos como una autómata, sumida en la mayor desolación. No prestaba más aten­ción a sus oraciones. Hacia las 16, llegó una señora y se unió al grupo. Esta­ba muy retrasada y no había participado del resto del programa. Se llama­ba Andrée T. Ni siquiera le presté atención. Entre la treintena de católicos presentes ese día, ella era la única protestante. Apenas llegada, comenzó a agitarse en su silla. Algo le inquietaba. El Señor acababa de mostrarle una luz, y ¡era necesario que la expusiera frente a todo el mundo! Todos los temores se abatieron entonces sobre ella, el miedo a ser juzgada en vista de la magnitud de lo que tenía que decir... ¿Y si eso fuera a caer en bolsa rota?


Yo estaba postrada como un pobre ente atontado, cabizbaja, cuando una voz de trueno que retumbó en la asamblea me sacó de mi lodazal. Entre las hermosas plegarias, el mensaje parecía estar completamente fuera de lugar. Su tono era dramático. Lo que pasaba es que Andrée, no pudien­do contenerse más, entregaba con autoridad lo que el Señor le había mos­trado:
-Hermanos y hermanas, entre nosotros hay una persona que se enca­mina a la muerte. Esta persona se ha dejado engañar por el Enemigo y ha hecho lo que le disgusta a Dios. Ha practicado el espiritismo y la adivina­ción, y Satanás la ha encadenado. Pero Cristo tiene el poder de liberada de manos del Enemigo y de devolverla a la vida. Ella puede venir a nosotros y oraremos por ella en el poder del nombre de Jesús.
La asamblea estaba consternada. Por mi parte, desde las primeras palabras del mensaje: "una persona se encamina a la muerte", mi corazón había comenzado a latir precipitadamente. Se trataba de mí, ¡era evidente! ¿Dios le había mostrado el estado de mi alma a esa señora que nunca me había visto en su vida? ¿Qué entendía ella por "hizo lo que le disgusta a Dios"?
¡Pasó a ser mi turno de agitarme en la silla! Aguardaba con impacien­cia que la oración terminara para poder ir al encuentro de esa desconocida.
Eran más de las 4:30 cuando el canto finalmente concluyó. Entonces, me abalancé sobre ella.
-Señora, usted habló de alguien que se encaminaba hacia la muerte ... Andrée me acogió como lo hacen aquellos auténticos enviados de Dios: ningún remilgo, ninguna pleitesía inútil, van al grano con seriedad, conscientes de que la situación no les pertenece y de que hay vidas que están en juego.
-¡Ah, eres tú! Bueno, ven aquí... Dime, ¿qué hiciste? Has estado en el campo del enemigo, fuiste a ver a los astrólogos, a los adivinos, ¿fue eso? ¿Has interrogado el espíritu de los muertos, has hecho girar las mesas? =Sí, lo he hecho desde mi adolescencia, con mis amigas, no sabía que ... -Pero, [si está escrito en la Biblia! Dios ha prevenido a su pueblo, ¡todo eso es una abominación a sus ojos! ¿Crees en Cristo?
-Sí, soy cristiana.
-Bien, voy a llamar a dos o tres hermanos para que oren conmigo
sobre ti. No quiero hacerlo sola, Cristo ha dicho: "Cuando dos o más se reúnen en mi nombre, Yo estoy en medio de ellos".



JESÚS TIENE EL PODER DE LIBERARTE DE TUS ATADURAS


Era el mes de junio. Andrée me hizo salir al jardín bien florecido de las Hermanas de la Asunción. Allí había un banco. Al ver mi agotamiento, me


hizo sentar, pero ella permaneció de pie con sus acólitos que me rodeaban. Me encontraba en la situación más impensable que pudiera darse, sobre todo porque se pusieron a cantar en lenguas desde el comienzo. ¡Me pre­guntaba en qué manicomio había ido a dar!
Ella dirigió las operaciones con toda maestría y planteó la cuestión de la confianza que iba a ser determinante en caso de obtener la victoria:
-Tú misma te has puesto entre las garras del Enemigo. Te tiene amordazada y te tortura. Intenta matarte. Pero Jesús lo ha vencido en la cruz. ¿Crees que hoy Jesús tiene el poder de romper tus ataduras para que tengas la libertad de caminar en la luz?
Me quedé estupefacta al oír la pregunta. Miraba a Andrée, esta mujer muy sencilla, pobre, que seguramente superaba los cien kilos. Su fe infan­til estaba preparada para desplazar montañas. Tenía 25 años y era la prime­ra vez que escuchaba a alguien que hablara así de Jesús. ¿Un Jesús que iba a hacerme el bien a mí? ¿Hoy mismo? ¿Como en el Evangelio?
-¡Sí, lo creo! -mi voz era tímida pues, a decir verdad, era más apro­piado decir que hubiera querido creer.
-Bueno, vamos a hacer una oración de liberación... Los demonios que has aceptado en ti serán expulsados por el poder del nombre de Jesús ...
No tenía ni la menor idea de lo que ese lenguaje -nuevo para mí­ - implicaba. Me imaginaba que mi corazón era como una caja en la que hubiera dejado penetrar a unos usurpadores y que, en el nombre de Jesús, esos intrusos iban a salir.
-Sabes, Andrée, aún si Jesús me libera, prefiero morir de todas for­mas. Porque los demonios hicieron tanto daño en mi corazón que no puedo soportar más este sufrimiento.
Andrée no se dejaba vencer tan fácilmente, ¡era una evangelista que se había topado con casos mucho más graves!
-Pero si crees que Jesús tiene el poder de expulsar a los demonios que te han herido, ¡¿no crees que también tiene poder para sanar tus heridas?!
Nueva sorpresa sobre la identidad de Jesús. También puede sanarme. ¿A mí? ¿Y ahora? Qué pobre idea me había hecho de Él hasta entonces: un Salvador, sí, pero que había salvado a toda la humanidad (al por mayor) un día, (no hoy, en todo caso). Y he aquí que nuevamente se parecía al Jesús del Evangelio, a aquel que había curado a un fulano aquel día al ponerse el sol... ¡¿Y él es mi Salvador personal, que está vivo y actúa hoy.´!
-¡Sí, creo que puede sanarme!
-¿yte comprometes a no practicar más todas esas abominaciones?
¡Porque cuidado! Si vuelves a reincidir, [re sucederán cosas peores! Escu­cha ... Y comenzó a leer Deuteronomio 18, 9-14: "Cuando entres en la tierra que el Señor, tu Dios, te dará, no aprendas a practicar las abominaciones que cometen estas naciones. Que no haya entre vosotros nadie que inmole en el fuego a su hijo o a su hija, ni practique la adi­vinación, la astrología, la magia o la hechicería. Tampoco habrá nin­gún encantador, ni consultor de espectros o de espíritus, ni evocador de muertos. Porque todo el que practica estas cosas es abominable al Señor, tu Dios, y por causa de estas abominaciones, él desposeerá a esos pueblos delante de ti. Tú serás irreprochable en tu trato con el Señor, tu Dios. Porque las naciones que vas a desposeer escuchan a los astrólogos y adivinos."! Y me fue explicando punto por punto el sen­tido de cada versículo. Tenía a duras penas el vocabulario necesario para expresarse, de tan simple que era; pero para las cosas de Dios, tenía una inteligencia espiritual sorprendente.
-Puedes contar conmigo -le dije-, ¡no volveré a cometer nueva­mente la misma tontería!
No había tiempo que perder. Andrée y sus compañeros comenzaron a alabar a Dios alegres y confiados. Luego Andrée intercedió con poder por la pecadora que yo era y ordenó a los demonios (que fue nombrando uno por uno) a que me dejaran ... Quebró también el lazo de maldición que ese adivino hindú de Nueva Delhi me había impuesto y que me aplastaba inexorablemente. Después hubo nuevas alabanzas y bendiciones, y luego se hizo silencio. Todo había acabado.
-Ya está. Se terminó -me dijo ella-o Puedes unirte al grupo para la misa. Pero continúa alabando al Señor y colocándote bajo su preciosa Sangre. ¡Necesitas su protección!
Jamás olvidaré el preciso instante en que me levanté de ese banco.
Durante la oración, no había experimentado ningún estremecimiento, nin­guna nueva emoción, nada. Pero una vez de pie, ¡caí en la cuenta de que mi angustia mortal se había esfumado! Repetidamente me llevaba la mano al corazón como alguien que palpa su bolsillo en busca de sus gafas o de su billetera. ¡Mi sufrimiento había desaparecido! Jesús había realmente pasado por allí ... ¡Había hecho su trabajo de Salvador y me había devuelto a la vida!
En mi reloj, eran las cinco de la tarde...
Tenía cita con la muerte pero, a la hora D, quien había acudido a mí había sido el Dios vivo, y no la muerte. Mi pobre existencia en ruinas h sido entonces abrazada por la vida. Sentía al buen Pastor cerca de mí, había descendido al fondo de mi sórdida fosa y me había sacado de allí, tomando sobre su propio cuerpo mis heridas de muerte. Sentía que su vida corría dentro de mí como un torrente de delicias. ¡Todo mi ser estaba sumergido en la alegría de una resurrección!





Juan García Inza
juan.garciainza@gmail.com

http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=7774

domingo, 25 de julio de 2010

Santiago Apostol y el suicida




Cerca de la ciudad de Lyon existe un pueblo en el que vivía un joven que se mantenía con el trabajo de sus manos y sostenía también a su madre, muerto el padre. Amaba ardientemente a Santiago adonde peregrinaba casi cada año y allí presentaba su ofrenda. No se había casado, sino que llevaba una vida honesta junto a su madre viuda. Pero aunque una y otra vez se contenía, sin embargo fue vencido por la voluptuosidad de la vida y fornicó con una jovenzuela. Cuando amaneció, puesto que se había comprometido con unos vecinos suyos a llevar un asno, comenzó su peregrinación a Santiago de Galicia.

Yendo ellos por el camino encontraron a un mendigo que iba a Santiago. Lo tomaron consigo en razón de su compañía, pero más por amor al Apóstol, dándole además el alimento. Y así durante muchos días prosiguieron su camino; el diablo, viendo esta caritativa y pacífica compañía, se llegó calladamente al joven que había fornicado en su casa, en forma humana bastante distinguida y le dijo: «¿No sabes quien soy?» Y él: «De ninguna manera». Y el otro le dice: «Yo soy el apóstol Santiago a quien cada año desde hace ya mucho tiempo, acostumbras visitar y honrar con tus donaciones. Tienes que saber qué contento estaba contigo. Cuántas cosas buenas pensaba que vendrían por ti, pero recientemente, antes de salir de tu casa has fornicado con una mujer y ni entonces ni hasta ahora has hecho penitencia ni has querido confesar y así has emprendido viaje con tu pecado como si tu peregrinación pudiera ser aceptable para Dios y para mí. Primero es necesario que abras tus pecados a una humilde confesión y después pagues lo cometido peregrinando. A quien obrare de otra forma, no le sería aceptada su peregrinación». Dicho esto, desapareció de sus ojos.

Estas cosas que oyó, comenzó a entristecerse maquinando en su interior volverse a casa y confesarse con su sacerdote. Sólo entonces regresaría al camino emprendido. Mientras esto pensaba para sí, el demonio, en la misma forma que se le había aparecido la primera vez, volvió a decirle: «¿Qué es esto que piensas en tu corazón de que quieres volver a tu casa y hacer penitencia y luego volver a mí más dignamente? ¿Es que crees que tu crimen puede borrarse con ayunos y lágrimas? Mucho te engañas. Cree a mis consejos y te salvarás; no podrás salvarte de otra manera. Aunque hayas pecado, yo te quiero y por ello vine a ti para darte tal consejo que puedas salvarte, si me quieres creer». A lo que el peregrino respondió así: «Pensaba como dices, pero después de que me has dicho que todo ello no me aprovecha para la salvación, dime lo que te agrade para que pueda salvarme y con gusto lo pondré por obra». y el otro: .Si de verdad quieres enmendarte sinceramente de tu delito, córtate inmediatamente tus partes viriles, con las que pecaste». A cuyo consejo respondió aquel aterrado: «Si yo me hago lo que me aconsejas hacer, no podré vivir y además seré un suicida, cosa que mil veces oí es algo condenable ante Dios». Entonces el demonio riendo le dijo: «¡Qué poco entiendes las cosas que pueden aprovecharte para la salvación! Te aseguro que si fueses tan prudente como para no dudar en suicidarte, bien contento vendría enseguida con un montón de compañeros a recoger tu alma inmortal. Yo soy el apóstol Santiago que te aconsejo hagas como te digo si quieres venir en mi compañía y encontrar remedio a tu delito». Dichas estas palabras, el peregrino que se llamaba Simple, mientras sus compañeros dormían sacó un cuchillo para aquella acción abominable, y cortó cuanto de viril tenía en sus partes; y después, volviendo la mano, alzó el cuchillo y clavándose la punta, se atravesó el vientre. Pero cuando la sangre saltó abundante y él se agitó palpitando, sus compañeros se despertaron y gritaron preguntándole qué le pasaba. Al no responderles sino que angustiado estaba en las últimas, se levantan entristecidos, encienden antorchas y encuentran a su compañero medio muerto sin valerse ya para responder. Por lo que estupefactos y aterrados no les imputasen su muerte si por la mañana los encontraban en el mismo lugar, huyen abandonándolo envuelto en su sangre con el asno y el pobre al que habían comenzado a alimentar.

A la mañana, cuando la familia se levantó y encontró al muerto no estando claro a quien achacar el asesinato, llamaron a los vecinos para llevarlo a la iglesia a enterrarlo, pero ante el flujo de sangre, se pararon ante la iglesia y depositaron allí el cuerpo. Mientras se preparaba la fosa, el muerto se levantó instantáneamente sobre su catafalco. Esto que vieron los presentes huyeron aterrorizados gritando; esto que oyeron los del pueblo, acudieron curiosos preguntando qué había sucedido. Y ven y escuchan al muerto vuelto a la vida, quien, cuando llegaron más cerca, les contó cuanto le había sucedido. «Yo -les dijo- a quien veis resucitado de la muerte, amé desde niño a Santiago y acostumbré servirle cuanto pude; pero ahora, después de haber decidido peregrinar y llegar hasta este pueblo, se me acercó el diablo y me engañó diciéndome que era Santiago y les contó todo como acabamos de contar. Después de quitarme la vida y de que mi alma saliera del cuerpo, se vino a mí el espíritu maligno que me había engañado, llevando tras de sí una manada de demonios que me robaron sin piedad y me llevaron al lugar de los tormentos llorando y dando voces angustiadas. Y así se encaminaron hacia Roma, pero al llegar a un bosque que se encuentra entre la ciudad y el pueblo llamado Lavicano, Santiago nos alcanzó por la espalda y a los demonios que me llevaban les dijo: «¿De donde venís y a dónde vais?» Le dicen: «¡Oh Santiago! Este no te pertenece, porque de tal forma nos creyó a nosotros que se suicidó. Nosotros lo convencimos, nosotros lo engañamos, nosotros debemos tenerlo». A lo que les contestó: «No me habéis respondido a lo que os he preguntado, pero os alegráis presumiendo de haber engañado a un cristiano, por lo que malos vaya, como pago. Porque este peregrino que os jactáis de poseer no os lo habéis de llevar impunemente». Santiago me parecía un joven de hermoso aspecto de ese color intermedio que la gente llama moreno. Empujándonos él hacia Roma, nos desviamos a donde había un espacio verde, cerca de la Iglesia de San Pedro Apóstol, en la llanura etérea donde una multitud innumerable de santos habían acudido a concilio, presidiéndolo la venerable señora Madre de Dios con muchos y preclaros personajes a derecha e izquierda. Yo comencé a pensar que nunca en mi vida había visto criatura tan hermosa y nada estimé tan hermoso. Ante ella, Santiago, mi piadosísimo abogado se puso en pie ante todos, y a gritos proclamó la argucia de Satanás para engañarme. Ella apenas percibió a los demonios, dijo: «Miserables, ¿qué buscábais en este peregrino de Dios y de mi Hijo y de Santiago su apóstol? Como si no os bastase vuestro castigo que lo queréis aumentar». Cuando ella, en verdad clemente, acabó de hablar, se inclinó sobre las estrellas, y aterrorizados los demonios, y afirmando todos los presentes a la reunión que me habían tratado injustamente, engañándome en contra del apóstol, ordenó la Señora volver a mi cuerpo y así, Santiago tornándome enseguida me devolvió a este lugar. Así he muerto y así he resucitado.
 
MILAGROS DE PEREGRINOS A SANTIAGO
EDICIÓN, TRADUCCIÓN Y ESTUDIO DE LA NARRACIÓN DE VARIOS 'MILAGROS DE PEREGRINOS'
CONSERVADA EN UN CÓDICE DEL ARCHIVO DE LA CATEDRAL DE SANTO DOMINGO DE LA CALZADA


http://www.vallenajerilla.com/berceo/santiago/milagros.htm 

 


viernes, 23 de julio de 2010

Una reflexión cristiana sobre el suicidio (3)



"EN CRISTO TODOS LOS PROBLEMAS TIENEN EN SI LA SEMILLA DE SU PROPIA SOLUCION"



Cuenta una historia que dos presos injustamente culpados, mientras estaban en el calabozo se confortaban el uno al otro y soñaban lo que harían cuando salieran de la cárcel , su actitud y fe era lo que los mantuvo con esperanzas y vivos, ellos no se fijaron en las circunstancias que los rodeaban como en el caso de David cuando vence a Goliat , David no comete el error que comenten algunas personas que están pasando por momentos difíciles y es fijarse obsesivamente en el gigante, ver la magnitud del problema , David se enfoca en la MAGNITUD DE DIOS, Esta es la diferencia que hace que David salga vencedor. Imitemos a David como dije anteriormente NO DIGAS QUE TU PROBLEMA ES GRANDE DILE A TU PROBLEMA CUAN GRANDE ES NUESTRO DIOS!


Una vez recuerdo que una persona paso por el grupo de oración carismático al que asistía en Colombia, esta persona iba pensando en quitarse la vida, cuando escucho esta canción inspirada en el salmo 40, esta persona se puso a llorar y entro al grupo a dar su testimonio


En Jesús puse toda mi esperanza:
él se inclinó hacia mí
y escuchó mi clamor, y escuchó mi clamor.

Me sacó de la fosa fatal,
del fango cenagoso;
asentó mis pies sobre la roca;
mis pasos consolidó.

En Jesús puse toda mi esperanza.

Puso en mi boca un canto nuevo
una alabanza a nuestro Dios;
muchos verán y creerán
y en Jesús confiarán.

En Jesús puse toda mi esperanza.

En ti se gozan y se alegran,
todos los que te buscan;
repitan sin cesar:
¡qué grande es nuestro Dios!

En Jesús puse toda mi esperanza.


Ningún problema puede vencerte porque la batalla ya la gano CRISTO PARA DARNOS VIDA Y VIDA EN ABUNDANCIA!



http://elpozodejacob.tripod.com/id14.html

lunes, 19 de julio de 2010

CARLA ALEXEIEVNA





Éramos esposos y nos amábamos tiernamente. Pero, nuestra felicidad tuvo una pequeña duración. Mi querido Ygor Fiedorovitch, como él se llamaba entonces, murió en una guerra, en el tiempo de Pedro, el Grande5. Desesperada, desilusionada, sin poder ni siquiera llorar sobre la tumba de mi bien amado, arruinada, enferma, perdí la fe en Dios y en mí misma y, un día, me dejé precipitar desde el tercer piso, donde residía, y donde la desgracia penetró con la desaparición de mi Ygor, cayendo sobre las piedras del patio. Mi cuerpo, maltratado por la caída, fracturado, contundido, dislocado, sucumbió tres días después, víctima de mí misma, haciéndome sufrir intensamente, pues yo no pude, no quise vivir sin mi Ygor.

Pero el suicidio es un crimen grave, que pesa mucho en la balanza de la ley divina. Muy pronto comprendí que yo poseía un alma, que sobrevivía a la destrucción del cuerpo. Separada de aquel cuerpo, me sentía viva, pero sufriendo las mismas angustias de la pérdida de mi Ygor, sin poder verlo, sin obtener noticias de él, alejada de todos los que me amaban y a los cuales ofendí con el suicidio, y, ¡cruel realidad!, sufriendo también las dolorosas consecuencias del suicidio del cuerpo en mi estructura espiritual. Sentí huesos fracturados, a pesar de estar desligada del cuerpo, imposible de recuperarse. Me sentía invalida, deformada, fea, más adolorida y desesperada que nunca. No me podía apartar de la escena de mi caída del tercer piso. La veía y la sufría al mismo tiempo, llena de pavor y sensaciones reales, como si cada momento yo me lanzase otra vez, para sufrir lo mismo, eternamente. Así me demoré por mucho tiempo, no sé por cuanto tiempo, perdida en las tinieblas de aquella angustia indescriptible, presa de una pesadilla incomprensible, que me subyugaba la voluntad.

Pero, un día, adormecí pesadamente, creo que durante mucho tiempo, y, después, al despertar, comprendí lo que había pasado. Yo había matado en mí, sólo el cuerpo carnal, pero el alma, construida de esencias inmortales, había sobrevivido a mi desesperación y allí estaba, viva y racional, arrepentida, sufridora, avergonzada de su crimen delante de Dios y de sí misma. Tuve fuerzas para orar y oré, pidiendo perdón a Dios, deshecha en lágrimas.

León Tolstoi

sábado, 17 de julio de 2010

Una reflexión cristiana sobre el suicidio (2)

Muchas veces se dice que el suicidio es la respuesta a un VACIO EXISTENCIAL

El Padre Benedict Groeshel también un sicólogo del programa católico ewtn de SUNDAY NIGHT LIVE, el dice que también paso por momentos depresivos que el llama valles oscuros, tiene un libro que me gustaría recomendar Arise from Darkness y aquí pueden escuchar unos audios del Padre Groeshel pero están en inglés acerca de este tema. En este libro el menciona también personajes famosos quienes pasaron por estos momentos difíciles, lamentablemente no se si el libro esta en nuestro idioma lo pongo como referencia al final de la pagina con la esperanza de que sean de mucha ayuda espiritual para nuestros hermanos quienes están pasando por estos valles de sombras oscuras.

Por otro lado recordemos que Dios puede sacar belleza de las cenizas "Beauty for ashes" Esto significa que independientemente de si nuestra depresión es exógena o endógena, en El podemos encontrar un camino seguro y un refugio que siempre esta disponible en todo momento.

También es bueno recordar que la depresión ENDOGENA, o sea aquella que no tiene causas externas aparentes, necesita de medicación y de tratamiento terapeuta.

Si sientes que no tienes esperanzas mira el ejemplo de Pablo:

Confianza en medio de los sufrimientos
7 Pero esta riqueza la tenemos en nuestro cuerpo, que es como una olla de barro, para mostrar que ese poder tan grande viene de Dios y no de nosotros. 8 Así, aunque llenos de problemas, no estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos. 9 Nos persiguen, pero no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos destruyen.

Pablo reconoce que esta bajo grandes presiones, esta bombardeado de problemas pero sus ojos están puestos en Cristo.

La fe no es sinónimo de no tener problemas, sino de tener una NUEVA VISION , Por esto a los primeros cristianos les llamaban el NUEVO CAMINO, Jesús creo una nueva comunidad fundada en el Amor, una comunidad que enfrenta los mismos problemas de enfermedad, persecución, etc. pero tienen una nueva visión , una nueva esperanza, se solidarizan unos a otros y se edifican en el Amor!
Luchan al igual que nosotros contra elementos externos como la persecución y la muerte pero encuentran un nuevo significado de la salvación que hace que transformen su mente y sus vidas.



http://elpozodejacob.tripod.com/id14.html

martes, 13 de julio de 2010

Una reflexión cristiana sobre el suicidio (1)

Le recomiendo que si tiene depresión moderada o tendencias suicidas por favor consulte lo mas pronto posible a un doctor o sicólogo.

Para buscar ayuda profesional consulta esta pagina:

http://www.catholictherapists.com/

Hola hermanos en Cristo, yo soy Medica Colombiana, quiero hacer algunas reflexiones, con relación al tema del suicidio y la esperanza que podemos encontrar en la Biblia. Con el deseo de que las personas que estén al borde de tomar esta trágica decisión reflexionen. Y entiendan que aun hay una esperanza para sus vidas.
Por otro lado al buscar en el Internet para ver que cantidad de información aparecía al respecto mire con tristeza que hay muchas personas que buscan propaganda suicida , han usado el Internet para organizar como su propia campaña al respecto . Debido a que me encontré con una de estas paginas que me puso los pelos de punta, decidí abrir el tema por lo que inicialmente compartiré con ustedes algunos pasajes Bíblicos y unas recomendaciones generales .Ya que no debemos ignorar este hecho que puede influenciar a muchas personas especialmente menores de edad, que a veces quieren solamente leer e informarse de una manera sana de este tema.
El enfoque que le daré a este tema ante todo será católico, ya que siento una gran responsabilidad como católica de informar al respecto.
.............................

Nuestro Cuerpo es templo del Espíritu Santo

Tú fuiste quien formó todo mi cuerpo;
tú me formaste en el vientre de mi madre.
Te alabo porque estoy maravillado,
porque es maravilloso lo que has hecho.
¡De ello estoy bien convencido!
No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo
mientras yo era formado en lo secreto,
mientras era formado en lo más profundo de la tierra.
Tus ojos vieron mi cuerpo en formación;
todo eso estaba escrito en tu libro.
Habías señalado los días de mi vida
cuando aún no existía ninguno de ellos.
Salmo 139:13-16

--------------------------------------------------------------------------------

Nosotros no nos pertenecemos, nuestro cuerpo Pertenece a Dios y solamente El nos llamara en su tiempo oportuno.
Pablo dice ya no soy yo quien vive es Cristo que vive en Mi.

La Biblia dice No Mataras este mandamiento nos incluye a nosotros mismo también.

Pacientemente esperé en el Señor, y él se inclinó a mí y oyó mi clamor. Y me hizo subir del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso. Puso mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos. Puso en mi boca un cántico nuevo, una alabanza a nuestro Dios. Muchos verán esto y temerán, y confiarán en Yahvé."
Salmo 40:1


Jesús siempre esta contigo, aunque no lo puedas ver , si te sientes solo(a) o triste te puedes apoyarte en sus hombros y llorar, escúchalo:


Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.Jeremías 29:11


Salmo 119:11 En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti.16 Me deleitaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras.

No estas solo(a) Tienes a Alguien en quien confiar: Jesucristo

Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos.
-Salmo 27.10

Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino.
-Salmo 119.105

No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.-Filipenses 4.6


No pierdan, pues, su confianza, porque ella les traerá una gran recompensa.
-Hebreos 10.35

Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios.-Isaías 41.10

Suelta las Riendas y entrégaselas a Jesucristo , confía en El
Suelta las riendas de tu vida y dáselas a Jesús , Hace años yo estaba trabajando en un lugar muy peligrosos por ser un pueblo de guerrilla y de violencia, me toco ir a hacerle la autopsia a un Muerto era un sitio muy lejano y la ambulancia no podía llegar hasta este sitio , yo tenia que montarme en un caballo , nos toco subir por el borde de una carretera que daba hacia un peñasco , yo estaba aterrorizada pensé que me iba a morir , decidí confiar en Dios cerré mis ojos, solté las riendas y deje que el caballo guiara el camino, Te cuento que yo pensaba que yo tenia el control, pero no era así , Dios me ha mostrado que El es el que tiene el control. Por eso ahora aunque muchas veces no entiendo sus designios, también cierro mis ojos y dejo que El sea que me guié. Confía en El , con la seguridad de que estas en las manos de Jesús. El te guiará a ser liberado(a) de temores, de ansiedades y de frustraciones.

Ahora Cierra tus ojos y ponte en las Manos de Jesús y dile como el profeta Samuel Habla Señor que tu Siervo escucha.


http://elpozodejacob.tripod.com/id14.html

sábado, 10 de julio de 2010

No te hagas ningún mal




1 Reyes 16.18-20

Y prendió fuego a la casa consigo y murió”.


Esto es un suicidio; Zinri viéndose perdido y expuesto a la humillación de una muerte de guerra, prefiere acudir al medio de quitarse la vida y encerrado en el palacio real le prende fuego y muere dentro. Escogió su propia muerte. En la Biblia hay otros casos de suicidios pero por causas diferentes, sólo la del rey Saúl es similar cuando se arrojó sobre su espada para quitarse la vida y no enfrentarse a los filisteos. Sansón también cometió “un acto suicida” cuando echó abajo la casa donde se hallaba para matarse junto con sus enemigos. Algo parecido en tiempos modernos han hecho aviadores o chóferes de carros bombas. También se suicidó Judas Iscariote cuando no pudo resistir el peso de su pecado en la conciencia, salió y fue y se ahorcó.

Sobre el aspecto moral del suicidio la Biblia dice poco y sobre el aspecto, como se llama hoy, sicopatológico, dice menos; pero teniendo los casos, uno puede asumir algunas respuestas del porqué ciertas personas se suicidan.

El enfoque bíblico es espiritual. Si observas el texto hallarás que parece indicar un juicio sobre su pecado, que esta forma de morir es un severo juicio con el cual Dios castiga a los que se han endurecido contra él. No porque Dios mismo los obligue a que se quiten la vida, sino que los entrega a una mente reprobada que fácilmente cae debajo de la acción de “las potestades de las tinieblas”; Satanás le sugiere primero y luego le presiona el entendimiento, le turba su razón y lo incita a cometer violencia contra su vida. Esta fuerza espiritual interna ha sido casi descubierta por la ciencia moderna que asegura cada vez más que el suicidio no es una cosa tan voluntaria como se ha venido pensando. No porque diagnostiquen un diablo dentro del pensamiento sino que afirman que se trata de una perturbación mental incontrolable, una idea fija que se le impone espantosamente sin poder resistirla, un insoluble estado depresivo interno, etc.

Esas cosas son ciertas pero son sólo síntomas de una causa espiritual ocasionada por el archienemigo de Dios que empuja a las almas para matarse y así perderlas definitivamente. Las respuestas psicológicas son muchas y hasta morales, para justificar el acto, como las que suelen ofrecerse para recurrir a la eutanasia o muerte asistida. Nosotros hallamos la razón del suicidio en un terreno mucho más allá de la sicopatología. El que se quita la vida o llama a un médico para que le ayude sufre algo más que una pura patología mental, una crisis emocional o un conflicto moral con su enfermedad. ¿Por qué se suicidó Zinri? ¿Por lo mismo que se suicidó el rey Saúl, para no enfrentar la humillación de otro tipo de muerte, porque le pareció una salida más virtuosa, menos vergonzosa, heroica, como si arrojara en llamas contra sí mismo la furia que sentía contra sus enemigos? ¿Por qué se arrojó Saúl sobre una espada como si se hiciera un haraquiri? ¿Para escoger una mejor muerte?


No amados, esas son grandes equivocaciones, no es una muerte mejor la que hay que buscar sino una mejor resurrección; y ante el evento de la muerte, es menos importante tener una muerte más heroica que otra. Quizás habría que hacer cierta distinción entre una muerte suicida por patriotismo o para evitar confesar secretos militares y políticos arrancados por torturadores y verdugos, y el propiamente llamado suicidio. ¿Por qué se suicida una persona? ¿Porque no puede cargar con su responsabilidad? ¿Porque no puede enfrentar por más tiempo su situación, económica, familiar, de salud? ¿No puede enfrentar las consecuencias de sus errores, la culpabilidad de su conciencia, la pérdida que sufrió, la vergüenza, la falta de significado de su existencia, la carga que es para otros? El suicidio no es la solución. Hay una forma de enfrentar la tendencia suicida, la situación suicida, la presión espiritual y diabólica sobre el pensamiento: Llamar al Espíritu Santo. Llamar al Espíritu Santo, clamar a él.


El problema del suicida se halla dentro suyo no afuera, no son las situaciones en exceso difíciles las que lo conminan a quitarse la vida, la mayor potencia viene desde dentro misma, como se mira lo de afuera, como se siente lo de afuera. La opresión mental es producto de un enfoque, de una forma como se están tomando las cosas. Hay tratamientos sicológicos para resolver esa situación y alejar el cuchillo de la garganta del individuo, la cuerda de su cuello y el fósforo del cuerpo; pero yo conozco una mejor, la oración a Dios. Si Dios concede su Santo Espíritu a quien se lo pida, el Espíritu lo transforma interiormente, lo hace una nueva criatura, lo engendra de nuevo y las cosas viejas pasan. El pecado es perdonado, la conciencia se tranquiliza, el carácter se vuelve otro y el sentido de vivir se llena de alegre colorido.


Quizás estas palabras lleguen a alguien, porque las digo como San Pablo al carcelero en Filipos cuando tenía su espada lista para suicidarse: “No te hagas ningún mal pues todos estamos aquí”. No te hagas ningún mal, hay alguna iglesia en alguna parte, un evangelio en algún púlpito, un Dios muy cerca de ti que te dice: “No te dañes ni dañes a otros, aquí estamos, ven, oremos por ti, por tu situación y por los espíritus que te acosan” Amén.



http://pastorhp.blogspot.com/2009/09/suicidios-no-te-hagas-ningun-mal.html

miércoles, 7 de julio de 2010

Nada te turbe

Santa Teresa de Avila
(1515-1582)

Nada te turbe
(Letrilla que llevaba por
registro en su breviario)

Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,
la pacïencia 5
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,
nada le falta.
Solo Dios basta.

Preciosa letrilla de la mística española que sufrió durante cuarenta años una tremenda noche oscura (hoy lo llamaríamos depresión).

Interpretadada por la cantante cubana Sayli Perez.

domingo, 4 de julio de 2010

Ya funciona de nuevo nuestro formulario de contacto


Ya funciona de nuevo nuestro formulario de contacto. Me he dado cuenta hoy de que no funcionaba porque llevaba 5 semanas sin recibir peticiones de ayuda. En el fondo me alegra, porque eso significa que este blog lo lee poca gente y hay pocas personas que teclean en su buscador las palabras "quiero suicidarme". Desearía que así fuera, pero por si acaso, el formulario vuelve a funcionar y estamos en contacto directo con varios monasterios de clausura de Avila, Orense, Tarragona, Barcelona, Málaga, Burgos, Valencia, Madrid, Segovia, Navarra, León que rezan por las personas que pidan ayuda.



¿Necesitas AYUDA? Contacta con un sacerdote; entra en las intenciones de oración de 12 monasterios

Pinchando aqui se desplegará un formulario confidencial y reenviaremos tu mensaje y tu direccion de correo a un sacerdote que te contestará personalmente. Si estás desesperada, te ronda la obsesión del suicidio, no puedes quitártelo de la cabeza y quieres que te aconsejen o que simplemente recen por ponte en contacto a través de este formulario confidencial o mándanos un mensaje a nuestro correo quierosuicidarme@gmail.com.

Reenviaremos tu mensaje 12 monasterios españoles que se han ofrecido a rezar personalmente por cada una de las personas que pidan ayuda a través de este formulario. Ellas son mujeres que han dejado todo por amor del Señor Jesucristo y que te aman más que cualquier amistad humana. Monjas del Cister, Salesas, Mínimas, Clarisas, Concepcionistas Franciscanas y Carmelitas de toda España que rezarán al unísono para que vuelvas a encontrar el sabor a la vida, la senda correcta y la verdad luminosa en el Señor que te creo y te ama. Su carisma no es dar consejo, pero ten la seguridad de que rezarán por .

Reenviaremos también tu mensaje a uno de los sacerdotes que conocemos para que te de una palabra de aliento. No obstante, la comunicacion on line no puede sustituir al sacramento de la penitencia, por lo que te sugerimos que te pongas en contacto con un sacerdote en la parroquia mas proxima.

Busca tambien ayuda en tu entorno: familia, grupos de ayuda, profesionales de la medicina. Y sobre todo, pide ayuda a tu madre la Virgen Maria y GRITA A JESUS..., incesantemente, y El te dara un signo de su amor que cambiara tu vida.

Tambien puedes utilizar esta cuenta de correo para contarnos como JESUS te ayudo a vencer la tentacion del suicidio y, si lo deseas, lo publicaremos en nuestra seccion de testimonios.

sábado, 3 de julio de 2010

Creo en tí




Yo creo en ti , entra en mi corazón y sáname con tu poder. Esta es tu hora. Mi vida es tuya. No esperes que anochezca sobre mi carne enferma. Eres mi dueño y mi señor. No quiero caminar señor, cada mañana pasas a mi lado y sanas con amor mi enfermedad. Levántate y camina me dices al pasar y mi cuerpo retoza cual niño al despertar. Gracias señor Jesús por palabra, tan llena bondad. Dame vida en tu palabra. Mi corazón está abierto al mensaje de tu voz. Tú eres mi fuente de vida desde que levanta el sol. Dame vida en tu palabra. Lléname de ti, señor Jesús, como el padre está contigo así contigo esté yo. Enséñame señor Jesús a ser solidario. Tú eres el hombre solidario del pobre que te sigue con amor . Su penuria es dolor de tus entrañas y multiplicas panes y sacias al hambriento con cariño. Señor de la mañana, toma el pan de mi vida y pártelo, de buena gana. Amén y amén...