miércoles, 25 de noviembre de 2015

Héroe del Super Bowl, hoy enfermo de ELA: "No al suicidio asistido. Esta vida es digna de vivirla»

O. J. Brigance habló ante el Senado de Maryland: "Desde que tengo ELA, he hecho más bien que en mis 37 años anteriores"



 Quien fuera una estrella del Futbol Americano, padece Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), a menudo conocida como la “enfermedad de Lou Gehrig”, una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta a las células nerviosas del cerebro y de la médula espinal. "La idea de que una persona pudiere tener una forma legal para poner fin a su vida me entristece profundamente. Es una tragedia". Ni una mosca voló el martes 10 de marzo en el Senado de Maryland, mientras Orenthial James Brigance con su voz metálica, entregaba su testimonio "en oposición a la ley 676 sobre eutanasia… artificiosamente conocida como el suicidio asistido". Héroe del Super Bowl devastado O. J. Brigance no es una persona común y corriente. Estrella y héroe deportivo de los Stallions y en los Baltimore Ravens, es uno de los siete jugadores que en la historia del fútbol americano ha ganado tantas veces el campeonato nacional de la liga, el Super Bowl. Y es el único en la historia que lo ha hecho por la misma ciudad: Baltimore. Pero ante los senadores de Maryland, Brigance no apareció como una estrella de fútbol, ​​sino enfermo, confinado ya por ocho años a una silla de ruedas.

En 2007, de hecho, durante un partido de racquetball, notó que su brazo derecho respondía en modo extraño al movimiento que intentaba. Después de una serie de exámenes, "recibí una noticia devastadora: Tenía ELA", una enfermedad neurodegenerativa que en pocos meses puede conducir a la parálisis total de los músculos voluntarios y consecuentemente a la muerte. “En mi propia carne" "Me siento obligado a dar mi testimonio sobre este asunto, porque hace ocho años recibí una noticia devastadora: Tengo ELA" comenzó Brigance diciendo al Senado. "Yo vivo en mi propia carne el debate que estamos haciendo esta tarde… me he preguntado si esta era una vida digna, si valía la pena vivirla. Yo era un atleta profesional y perdí gradualmente la habilidad de correr, caminar y finalmente hablar, fue muy difícil”. (Brigance, de hecho, es capaz de comunicarse sólo a través de un complejo aparato cuya tecnología sintetiza voz). "No he creado mi vida" "Después de un largo proceso mi esposa y yo hemos tomado una decisión, que ha sido obviamente muy difícil", continuó. "Yo no he creado mi vida y no tengo el derecho de quitármela.

Y desde que me decidí a vivir, en la medida de mis posibilidades, ha ocurrido un efecto cascada de bien en el mundo". (A lo que se refería Orenthial es al trabajo de su asociación, El Equipo Brigance, fundada "en 2008 junto con mi esposa para alentar y ayudar a las personas con ELA", puntualiza él mismo). Con los años, continuó ante el Senado O.J., "hemos apoyado a muchas familias necesitadas, incluso con dinero, y con la ayuda de la tecnología he sido capaz de escribir un libro hace dos años. No les diré cuántas personas se han sentido alentadas en su lucha, porque decidí enfrentar mi batalla contra la ELA. En estos ocho años, desde que me diagnosticaron, he hecho más bien que en mis 37 años anteriores” 

 La lección que brilla más que el Super Bowl 

 Sobre la base de los criterios del proyecto de ley pro eutanasia, en lugar de fundar esta obra, Brigance podría quitarse la vida… ejercer derecho a un suicidio asistido sin que le fuere impedido y sin que quienes le ayudan pudieren sufrir consecuencias, legales al menos... y siendo, por cierto, parte de un lucrativo negocio donde se unen farmacéuticas, empresas, el estado y profesionales. Consciente de ello, la estrella del fútbol americano ha llegado a la siguiente conclusión que comunicó al Senado: "No sé cuánto tiempo me quedo todavía para vivir, pero la idea de que una persona podría tener una forma legal de suicidarse en el momento de la desesperación -privando a los familiares, amigos y la sociedad de su presencia y su contribución- me entristece profundamente. Es una tragedia. Es por eso que pido a cada uno de ustedes oponerse a esta ley. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo de la vida nos es dado a nosotros por Dios y tienen valor. La eutanasia por suicidio asistido devalúa la vida y la posible contribución que a futuro los habitantes de Maryland pueden ofrecer. Gracias por darme la oportunidad de hablar".


Fuente: http://www.portaluz.org/heroe-del-super-bowl-hoy-enfermo-de-ela-no-al-suicidio-1059.htm

lunes, 23 de noviembre de 2015

Ike Ndolo - Wade in the Water




Wade in the water
wade in the water children,
Wade in the water,
God's a-goin' to trouble the water.

1. See that host all dressed in white,
God's a-goin' to trouble the water.
The leader looks like the Israelite,
God's a-goin' to trouble the water.

2. See that band all dressed in red,
God's a-goin' to trouble the water.
Looks like the band that Moses led,
God's a-goin' to trouble the water.

3. If you don't believe I've been redeemed,
God's a-goin' to trouble the water.
Just follow me down to the Jordan's stream.
God's a-goin' to trouble the water.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Quiero creer




Porque, Señor, yo te he visto
y quiero volverte a ver
quiero creer.

Te vi, sí, cuando era niño
y en agua me bauticé,
y, limpio de culpa vieja,
sin verlos te pude ver.
Quiero creer.

Devuélveme aquellas puras
transparencias de aire fiel,
devuélveme aquellas niñas
de aquellos ojos de ayer.
Quiero creer.
 
Limpia mis ojos cansados,
deslumbrados del cimbel,
lastra de plomo mis párpados
y oscurécemelos bien.
Quiero creer.
 
Ya todo es sombra y olvido
y abandono de mi ser.
Ponme la venda en los ojos.
Ponme tus manos también.
Quiero creer.
 
Tú que pusiste en las flores rocío,
y debajo miel,
filtra en mis secas pupilas
dos gotas frescas de fe.
Quiero creer.
 
Porque, Señor, yo te he visto
y quiero volverte a ver
creo en Ti y quiero creer.

 Gerardo Diego

domingo, 15 de noviembre de 2015

Buscó el suicidio, pero en una eucaristía volvió a la vida…

San Juan Pablo II, una amiga y la propia capacidad de estar atenta a los signos de su tiempo, fueron los instrumentos de Dios. 



 Guiada por sus padres y abuelos, Molisa Derk adhirió desde niña a la iglesia metodista en una pequeña iglesia de Oklahoma, donde cantaba en el coro y acudía con gusto a la Escuela Dominical. "Para mí, la iglesia era un lugar hermoso con preciosas ventanas y vidrieras, un lugar donde todos sonreían, felices y siempre estaban alegres de verme", narra en el portal The Coming Home Network (USA). Tras bautizarse, Molisa conoció a un muchacho de su congregación, quien era nieto del pastor. Vivió el romance, luego vino el matrimonio y nació el hijo que ambos esperaban. A la par fortalecía su participación pastoral, siendo ahora profesora en la Escuela Dominical y directora del Campamento Bíblico de verano, entre otras tareas. Su habilidad innata con los números y la experiencia adquirida en su congregación, la motivaron a estudiar matemáticas e informática en la Universidad Bautista del Sur. Allí convivió con otras teologías protestantes, pero sin flaquear en su fe. “Era un entorno donde la mayoría de los estudiantes y académicos profesaban la fe Bautista, yo mantuve firme mi fe Metodista. 

Luego de unos años, había decidido ser académica en la universidad. Hice entonces un posgrado y conseguí trabajo como profesora de ciencias de la computación en la misma universidad”. En las garras de la depresión “Después de que nuestro hijo estaba crecido y estudiando, ocurrieron algunos inconvenientes que llevaron al final mi matrimonio. Me mudé a otra comunidad Metodista de Oklahoma, cerca de mi trabajo. Allí me involucré en un grupo de solteros, que incluía clases dominicales, un estudio de la Biblia por la noche y muchas otras oportunidades para la comunión fraterna en el ministerio”. Pasó el tiempo y Molisa continuaba sin una relación afectiva. Esto le afectaba. Intentó una experiencia, pero sucesos inesperados debilitaron la resistencia emocional de esta mujer. “Mi madre falleció por un cáncer de mama y el hombre con quien estuve por más de un año, quería irse del país. Se reducían mis posibilidades de verlo. Mi hijo en ese momento trabajaba en otro estado, y aunque llegó al funeral de mi madre, se tuvo que devolver. El estrés me ahogaba. Una semana después de todo lo sucedido recibí un correo electrónico, conciso, de mi novio, despidiéndose porque «había encontrado a alguien nuevo».

 A esta crisis se sumaron hechos que me indicaban podrían perder mi trabajo. ¿Podría tener éxito buscando un nuevo empleo si ya tenía 53 años? ”. Entonces explotó la depresión. Para pagar el incendio inicial fue a tres sesiones de terapia que le ayudaron en algo, pero la angustia como olas iba y venía. Tampoco ayudaban en mucho los fármacos. En el otoño de 2005 pensó en la muerte como opción para evadir su angustia. “Tenía muchos problemas financieros y pensamientos extraños, no definibles, poblaban mi mente. Como científica de la computación, intentaba pensar de forma racional, pero la depresión penetró con fuerza. Empecé a hablar abiertamente del suicidio dentro de mi grupo de estudio bíblico. Por supuesto, ellos estaban muy preocupados. En varias ocasiones oraron por mí, rodeándome e imponiéndome las manos”. “No tengan miedo” Con el fantasma del suicidio rondando Molisa tuvo un instante en que tocó algo distinto cuando las noticias mostraban la tristeza del mundo que lloraba la muerte del Papa Juan Pablo II. La televisión transmitía un telefilme sobre la vida del próximo santo llamado "No tengan miedo" (Have no fear, del director Jeff Bleckner). "Viendo esta película, tuve una extraña sensación de paz, algo que llevaba tiempo ausente de mi vida. No fue por ninguna discusión teológica ni nada similar, de hecho no recuerdo qué me daba paz de esa película. Y me pregunté si algo o alguien en la Iglesia Católica podría ayudarme". Sentía como mariposas en el estómago, dice Molisa, cuando le pidió a la única persona católica que conocía si podían ir juntas a una parroquia. La amiga la llevó a una Eucaristía. "Todo me confundía. Como protestante, estaba acostumbrada a recibir un folleto nada más. Miraba a mi alrededor y no veía que nadie consultase ningún texto durante el servicio. Me parecía que todo el mundo se había memorizado el orden de eso que entendí eran actos de adoración… ¡y nadie se acercaba para decirme lo que iba a pasar! El culto además tenía muchos elementos, más que los del rito metodista: levantarse, arrodillarse, inclinarse, sentarse, varios movimientos extraños con las manos, recitando una liturgia para mí misteriosa”. Intentó pasar desapercibida, pero fascinada, sin resistirse comenzó a hacer los mismos gestos que hacía la asamblea. "Todos se arrodillaban, y un muchachito tocaba una campanita, algo que me pareció muy extraño, así que yo también lo hice". El amoroso misterio se hizo presente “Durante la plegaria eucarística –que entonces no sabía que de eso se trataba-, sentí como si una mano gigante e invisible llegara a mi mente y quitase todos los sentimientos y pensamientos malos que habían sido mis constantes compañeros durante años. El cambio fue instantáneo y total. ¡Quedé aturdida!". La Eucaristía le mostraba a Molisa el centro de su amoroso misterio y así ella la descubría como el mejor remedio para enfrentar sus dolores del alma... “Decidí volver el otro domingo para recibir de la misma dosis. Seguía sin entender el culto, pero cuando me arrodillé y sonaron las campanas, sentí de nuevo la misma sanación que la semana anterior. Parece que Dios quería que fuese a ese lugar todos los domingos. Pasaron los meses y comprendí que Dios me quería en la Iglesia católica". Molisa Derk inició su catequesis en 2006 y fue recibida como católica en la vigilia de Pascua de 2007. Ella dice que su mejor gesto de fe con sus ex compañeros de iglesia es “rezar para que los fieles protestantes y católicos encuentren una manera de estar más cerca en el espíritu”. Hoy sigue ejerciendo como docente en la Universidad Estatal de Dickinson, donde enseña ciencias de la computación y participa en el coro de la parroquia San Patricio de la misma ciudad. 

Fuente: http://www.portaluz.org/busco-el-suicidio-pero-en-una-eucaristia-volvio-a-la-vida-1298.htm

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Los Heraldos Negros





Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!


César Vallejo, 1918
 

lunes, 9 de noviembre de 2015

Dan pasos por la vida

CORAJE. SUICIDIOS EN SUS FAMILIAS MARCARON SUS VIDAS, PERO LOGRARON SOBREPONERSE Y HOY SE ENFOCAN EN LA PREVENCIÓN



Ellas tienen en común ser parte de las personas que han perdido a un pariente por suicidio, pero también el coraje de sobreponerse a esa experiencia desgarradora y ahora dirigir dos fundaciones que se han trazado la meta de impulsar una “revolución” en materia de prevención de las muertes por decisión propia.
Pilar Sánchez, presidenta de la Fundación Ángeles de la Guarda, y Luz Bethania Antigua, presidenta de la Fundación Alam Cabrera, están conscientes de que encaran una tarea titánica y, peor aún, hasta el momento con sus propios recursos.

Sus experiencias son conmovedoras y el motor que ahora las impulsa a evitar el drama de dolor y el estigma que reviven cada día a través de las personas que procuran asistencia en las entidades que lideran.

Perdió a su hijo
El hijo de Antigua se quitó la vida el 30 de marzo de 2011, pero el estado depresivo en que estuvo inmerso comenzó un año antes, cuando un día durante el almuerzo le confesó a su madre que se sentía desganado.
Para ella la confesión de su hijo fue una angustiante clarinada, ya que tenía la experiencia de lidiar con una bipolaridad de su madre y varias depresiones propias, fruto de su vida familiar, aunque precisa que en ese momento su vástago de 17 años no tenía ninguna razón evidente para sentirse de esa manera.
Alam Cabrera, nombre que ahora lleva la Fundación que preside Antigua, perdió desde ese momento el interés de ir a fiestas, de compartir con los amigos y hasta su pasión por el béisbol, cuya práctica lo tenía casi a punto de ser firmado por un equipo de Grandes Ligas.
La depresión de su hijo comenzó a ser manejada desde ese instante por un psiquiatra y con medicamentos, pero aún así, seis meses después, Alam cometió su primer intento de suicidio.
Fue ingresado por cinco días y salió del centro asistencial en la víspera de su 17 cumpleaños, el cual celebró junto a su familia y amigos al día siguiente, con el pronóstico de que el episodio había sido superado.
Sin embargo, la depresión de Alam retornó cinco meses después. El detonante fue, cuando aún bajo tratamiento, su novia, también de 17 años, decidió terminar la relación con él la noche anterior al suceso.
“Él comenzó a llorar desesperado y me dijo que se quitaría la vida”, expresa Antigua mientras suspira, enjuga sus lágrimas en el colorete y muestra el dolor de una madre que revive los sentimientos de un episodio que la ha marcado para siempre.
“Mi hijo era bastante fuerte y cuando se metió al ascensor yo entré con él para impedir que saliera a la calle, pero literalmente me levantó y me dejó fuera del ascensor”, recuerda Antigua, quien narra que Alam caminó varios kilómetros en un vano intento de llegar a la casa de su novia para intentar una reconciliación, ya que le habían dado un medicamento capaz de dormirlo en pocos minutos.
Cuando Antigua logró ubicar a su hijo, decidió dejarlo en la casa de su padre, de quien estaba separada, porque estaba consciente de que si dormía en su vivienda no lo podía dominar, si intentaba salir otra vez a la calle. El joven se suicidó la mañana del día siguiente en la casa de su progenitor.
Antigua también vivió una crisis depresiva luego del evento, a tal punto que en un momento olvidó que tenía otras dos hijas, una de 10 y otra de 19 años, pero logró sobreponerse al dolor y el 30 de marzo de 2014 lanzó la Fundación que asegura se ha convertido en el gran propósito de su vida.
“Aunque suene duro decirlo, tenía que pasar eso para que yo tuviera un propósito en esta vida. Desde niña me preguntaba si yo tendría una vida normal. Esto se ha convertido en el para qué de mi vida, mi propósito de vida. Yo voy a hacer una revolución de esto”, indicó.
La Fundación Alam Cabrera participa hoy en un panel titulado “Voces contra el suicidio: Queda mucho por vivir”, organizado en coordinación con la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), pues Antigua entiende que la muerte por decisión propia “es un tema que está bajo la mesa y que requiere la misma importancia que se le da al cáncer, dengue y otras enfermedades que provocan una gran movilidad social en materia de prevención”.
La dama llamó a poner igual interés en las personas que han perdido el amor por la vida, tal como se hace con aquellos que luchan por ella, por ejemplo, los pacientes con cáncer.
Dio señales
Miguel Eduardo Sánchez, hermano de Pilar Sánchez, tenía 26 años cuando decidió quitarse la vida.  Meses antes del desenlace él había dado señales evidentes de que estaba en medio de una profunda crisis depresiva.
La presidenta de la Fundación Ángeles de la Guarda recuerda que su hermano pasó de ser una persona alegre y feliz, a un ser ausente y desinteresado. “Miguel Ángel descuidó su alimentación y su apariencia física. No iba a la peluquería, no se cambiaba, perdió el interés por ver televisión”, expresa sobre esas alertas, que al ver ahora en quienes asisten a la entidad que dirige le muestran la importancia de estar atentos, de escuchar y de actuar ante un potencial suicida.
Sánchez, quien muestra en sus gestos y palabras la tenacidad de las personas que asumen los proyectos con pasión, lamentó que la mayoría de las familias solo entiendan la gravedad de los casos cuando sus parientes tienen un primer intento de suicidio, pues tienden a minimizar las posibilidades y a veces verlo como un “chantaje” para lograr un objetivo. “Hasta que la familia no entienda que ellos no quieren solo llamar la atención, estarán ocurriendo estos casos”, añadió.
“Como están haciendo para las campañas de prevención de cáncer, que en cada plaza hay un kiosko y están haciendo exámenes, así se debería abordar este tema”, precisó Sánchez, quien advirtió que los casos seguirán aumentando si no se pone atención a este drama nacional.
Ella se siente feliz por la gran cantidad de personas a las que a diario brindan apoyo, pero al mismo tiempo frustrada porque en la fundación que dirige no cuentan con los recursos necesarios para atender esa elevada demanda de servicios.
Llamó a las instituciones públicas y privadas a involucrarse en la prevención porque muchas personas con diversos traumas son sus empleados.
Sánchez reveló que a veces está en el cine y debe salir de la sala, en el carro y estacionarse, para atender llamadas y mensajes de personas que necesitan a alguien que les escuche. “He sabido durar hasta las cuatro de la madrugada hablando con una persona para evitar que consume un suicidio”, dijo, convencida de que son personas que necesitan ser escuchadas.
Siendo los hombres quienes más atentan contra sus vidas, Sánchez y Antigua coinciden en la necesidad de ponerle especial atención a ese segmento de la población, porque también algunos son primero feminicidas y luego suicidas.
(+)
PROPONEN ESTRATEGIA NACIONAL PREVENTIVA

Las presidentas de ambas fundaciones proponen elaborar una Estrategia Nacional de Prevención del Suicidio con la participación de los sectores público y privado, a fin de definir políticas y estrategias que permitan disminuir las muertes por decisión propia.
Las fundaciones cuentan con locales, páginas web y presencia en las redes sociales Twitter, Instagram y Facebook, así como líneas de apoyo para personas interesadas en recibir asistencia.
Un equipo de psiquiatras y psicólogos brinda sus servicios de manera desinteresada a ambas entidades, pero necesitan del aporte de otros profesionales de la conducta para atender la elevada demanda.
Actualmente, cada una recibe entre cinco y siete casos diario de personas con pensamientos suicidas, algunas con planes estructurados para concretizarlos y que han remitido a centros asistenciales para ingresos.
Todos los servicios que ofrecen son gratuitos, incluido el tratamiento fármacológico, lo que representa una pesada carga, porque se manejan con recursos propios
Temas manejados: 
•Rechazo de la familia por la condición de gay.
•Sentir sólo atención de los animales de la casa.
•La familia rechaza una relación amorosa porque no conviene a una de las parejas.
•Perder un medio de trabajo y no tener cómo reponerlo.
•La embarazada a la que su pareja no le presta atención.
•Consumidor de drogas al que su familia rechaza.
•Depresión por rompimiento de una relación sentimental.
•No tener medicamentos para un tratamiento.
•Padecer una enfermedad catastrófica.
•Violación sexual que se mantiene oculta.
•Burlas en centros educativos o por las redes sociales.
•Dificultad para conseguir un empleo.
•Deudas por préstamos