Mostrando entradas con la etiqueta SUICIDARME. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta SUICIDARME. Mostrar todas las entradas

domingo, 25 de julio de 2010

Santiago Apostol y el suicida




Cerca de la ciudad de Lyon existe un pueblo en el que vivía un joven que se mantenía con el trabajo de sus manos y sostenía también a su madre, muerto el padre. Amaba ardientemente a Santiago adonde peregrinaba casi cada año y allí presentaba su ofrenda. No se había casado, sino que llevaba una vida honesta junto a su madre viuda. Pero aunque una y otra vez se contenía, sin embargo fue vencido por la voluptuosidad de la vida y fornicó con una jovenzuela. Cuando amaneció, puesto que se había comprometido con unos vecinos suyos a llevar un asno, comenzó su peregrinación a Santiago de Galicia.

Yendo ellos por el camino encontraron a un mendigo que iba a Santiago. Lo tomaron consigo en razón de su compañía, pero más por amor al Apóstol, dándole además el alimento. Y así durante muchos días prosiguieron su camino; el diablo, viendo esta caritativa y pacífica compañía, se llegó calladamente al joven que había fornicado en su casa, en forma humana bastante distinguida y le dijo: «¿No sabes quien soy?» Y él: «De ninguna manera». Y el otro le dice: «Yo soy el apóstol Santiago a quien cada año desde hace ya mucho tiempo, acostumbras visitar y honrar con tus donaciones. Tienes que saber qué contento estaba contigo. Cuántas cosas buenas pensaba que vendrían por ti, pero recientemente, antes de salir de tu casa has fornicado con una mujer y ni entonces ni hasta ahora has hecho penitencia ni has querido confesar y así has emprendido viaje con tu pecado como si tu peregrinación pudiera ser aceptable para Dios y para mí. Primero es necesario que abras tus pecados a una humilde confesión y después pagues lo cometido peregrinando. A quien obrare de otra forma, no le sería aceptada su peregrinación». Dicho esto, desapareció de sus ojos.

Estas cosas que oyó, comenzó a entristecerse maquinando en su interior volverse a casa y confesarse con su sacerdote. Sólo entonces regresaría al camino emprendido. Mientras esto pensaba para sí, el demonio, en la misma forma que se le había aparecido la primera vez, volvió a decirle: «¿Qué es esto que piensas en tu corazón de que quieres volver a tu casa y hacer penitencia y luego volver a mí más dignamente? ¿Es que crees que tu crimen puede borrarse con ayunos y lágrimas? Mucho te engañas. Cree a mis consejos y te salvarás; no podrás salvarte de otra manera. Aunque hayas pecado, yo te quiero y por ello vine a ti para darte tal consejo que puedas salvarte, si me quieres creer». A lo que el peregrino respondió así: «Pensaba como dices, pero después de que me has dicho que todo ello no me aprovecha para la salvación, dime lo que te agrade para que pueda salvarme y con gusto lo pondré por obra». y el otro: .Si de verdad quieres enmendarte sinceramente de tu delito, córtate inmediatamente tus partes viriles, con las que pecaste». A cuyo consejo respondió aquel aterrado: «Si yo me hago lo que me aconsejas hacer, no podré vivir y además seré un suicida, cosa que mil veces oí es algo condenable ante Dios». Entonces el demonio riendo le dijo: «¡Qué poco entiendes las cosas que pueden aprovecharte para la salvación! Te aseguro que si fueses tan prudente como para no dudar en suicidarte, bien contento vendría enseguida con un montón de compañeros a recoger tu alma inmortal. Yo soy el apóstol Santiago que te aconsejo hagas como te digo si quieres venir en mi compañía y encontrar remedio a tu delito». Dichas estas palabras, el peregrino que se llamaba Simple, mientras sus compañeros dormían sacó un cuchillo para aquella acción abominable, y cortó cuanto de viril tenía en sus partes; y después, volviendo la mano, alzó el cuchillo y clavándose la punta, se atravesó el vientre. Pero cuando la sangre saltó abundante y él se agitó palpitando, sus compañeros se despertaron y gritaron preguntándole qué le pasaba. Al no responderles sino que angustiado estaba en las últimas, se levantan entristecidos, encienden antorchas y encuentran a su compañero medio muerto sin valerse ya para responder. Por lo que estupefactos y aterrados no les imputasen su muerte si por la mañana los encontraban en el mismo lugar, huyen abandonándolo envuelto en su sangre con el asno y el pobre al que habían comenzado a alimentar.

A la mañana, cuando la familia se levantó y encontró al muerto no estando claro a quien achacar el asesinato, llamaron a los vecinos para llevarlo a la iglesia a enterrarlo, pero ante el flujo de sangre, se pararon ante la iglesia y depositaron allí el cuerpo. Mientras se preparaba la fosa, el muerto se levantó instantáneamente sobre su catafalco. Esto que vieron los presentes huyeron aterrorizados gritando; esto que oyeron los del pueblo, acudieron curiosos preguntando qué había sucedido. Y ven y escuchan al muerto vuelto a la vida, quien, cuando llegaron más cerca, les contó cuanto le había sucedido. «Yo -les dijo- a quien veis resucitado de la muerte, amé desde niño a Santiago y acostumbré servirle cuanto pude; pero ahora, después de haber decidido peregrinar y llegar hasta este pueblo, se me acercó el diablo y me engañó diciéndome que era Santiago y les contó todo como acabamos de contar. Después de quitarme la vida y de que mi alma saliera del cuerpo, se vino a mí el espíritu maligno que me había engañado, llevando tras de sí una manada de demonios que me robaron sin piedad y me llevaron al lugar de los tormentos llorando y dando voces angustiadas. Y así se encaminaron hacia Roma, pero al llegar a un bosque que se encuentra entre la ciudad y el pueblo llamado Lavicano, Santiago nos alcanzó por la espalda y a los demonios que me llevaban les dijo: «¿De donde venís y a dónde vais?» Le dicen: «¡Oh Santiago! Este no te pertenece, porque de tal forma nos creyó a nosotros que se suicidó. Nosotros lo convencimos, nosotros lo engañamos, nosotros debemos tenerlo». A lo que les contestó: «No me habéis respondido a lo que os he preguntado, pero os alegráis presumiendo de haber engañado a un cristiano, por lo que malos vaya, como pago. Porque este peregrino que os jactáis de poseer no os lo habéis de llevar impunemente». Santiago me parecía un joven de hermoso aspecto de ese color intermedio que la gente llama moreno. Empujándonos él hacia Roma, nos desviamos a donde había un espacio verde, cerca de la Iglesia de San Pedro Apóstol, en la llanura etérea donde una multitud innumerable de santos habían acudido a concilio, presidiéndolo la venerable señora Madre de Dios con muchos y preclaros personajes a derecha e izquierda. Yo comencé a pensar que nunca en mi vida había visto criatura tan hermosa y nada estimé tan hermoso. Ante ella, Santiago, mi piadosísimo abogado se puso en pie ante todos, y a gritos proclamó la argucia de Satanás para engañarme. Ella apenas percibió a los demonios, dijo: «Miserables, ¿qué buscábais en este peregrino de Dios y de mi Hijo y de Santiago su apóstol? Como si no os bastase vuestro castigo que lo queréis aumentar». Cuando ella, en verdad clemente, acabó de hablar, se inclinó sobre las estrellas, y aterrorizados los demonios, y afirmando todos los presentes a la reunión que me habían tratado injustamente, engañándome en contra del apóstol, ordenó la Señora volver a mi cuerpo y así, Santiago tornándome enseguida me devolvió a este lugar. Así he muerto y así he resucitado.
 
MILAGROS DE PEREGRINOS A SANTIAGO
EDICIÓN, TRADUCCIÓN Y ESTUDIO DE LA NARRACIÓN DE VARIOS 'MILAGROS DE PEREGRINOS'
CONSERVADA EN UN CÓDICE DEL ARCHIVO DE LA CATEDRAL DE SANTO DOMINGO DE LA CALZADA


http://www.vallenajerilla.com/berceo/santiago/milagros.htm 

 


domingo, 14 de febrero de 2010

Nuevo record de suicidios en Japón




OMPRESS-JAPÓN (12-02-10) El padre William Grimm, de los misioneros de Maryknoll, antiguo redactor jefe del semanario católico japonés Kattoriku Shimbun, es actualmente editor de la agencia de noticias católica UCA News. En el artículo que reproducimos a continuación expresa el desafío para la misión de la Iglesia en Japón ante el gran número de suicidios que tienen lugar en este país.

“Por duodécimo año consecutivo, el número de personas que se suicidan en Japón ha sobrepasado las 30.000. Según las estadísticas publicadas por la Agencia Nacional de Policía el 26 de enero, un total de 32.753 personas se quitaron la vida en el 2009. Ha sido la quinta cifra más alta de la historia, un aumento de 504 personas con respecto a las cifras de 2008 y un promedio de una muerte cada 16 minutos.

Hace treinta años, el suicidio ‘típico’ era el de una mujer en sus veinte o treinta años que se enfrentaba a dificultades amorosas como la ruptura con su novio o la perspectiva de nunca encontrar un marido. Otro grupo era el de las mujeres que sufrían dificultades en el matrimonio. Solían matar también a sus hijos, porque pensaban que serían malas madres si los dejaban huérfanos.

Hoy, el perfil ha cambiado, con un 71% de hombres en los suicidios de 2009. La razón más común para matarse son las dificultades económicas, la pérdida de un trabajo o deudas imposibles de pagar.

Otro grupo que ha atraído recientemente la atención por el aumento en los suicidios es el de los niños. El bullying escolar y las malas notas parecen estar detrás de este fenómeno.

El suicidio no es ajeno ni siquiera entre los cristianos. Probablemente no haya sacerdote en el país con unos cuantos años de experiencia que no haya sido llamado en el curso de su ministerio para que trate las consecuencias de un suicidio.

Quienes de nosotros viven en Tokio no se sorprenden por las altas cifras de los informes policiales. En los últimos años, más de 300 personas se han suicidado cada año en la región saltando desde los andenes de la estación ante los trenes que llegaban. Estar retenido en un tren parado por un suicidio en algún lugar de la línea es una experiencia común para los ciudadanos de Tokio, especialmente en las horas punta de la mañana.

Los ferrocarriles han instalado una iluminación especial y han sustituido los andenes de asfalto negro con azulejos blancos con la esperanza de que un ambiente más brillante pueda detener a los que saltan. De forma gradual, se han instalado en los andenes rejas y puertas que bloqueen el acceso a las vías hasta que los trenes se hayan parado.

Japón siempre ha tenido un alto índice de suicidios y el país ha sido bastante tolerante con la autodestrucción. Tradicionalmente, el suicidio ha sido una forma honorable de reparar una falta o resolver problemas insuperables. Incluso se convirtió en una ceremonia con la práctica del seppuku, el abrirse el vientre ritual (la palabra comúnmente usada en inglés y español, hara-kiri (corte del vientre) es algo vulgar en japonés). El lugar de Tokio del suicidio ritual en 1912 del conde Maresuke Nogi y su esposa Shizuko tras la muerte del emperador Meiji es una capilla sintoísta en la que se venera al conde como divinidad.

Sin embargo, la actitud tolerante de Japón hacia el suicidio está cambiando, y no sólo porque la gente esté cansada de ver cómo se interrumpe su viaje al trabajo por los retrasos causados por los que saltan a las vías.

El aumento de suicidios se ve como un síntoma de algo que va mal en Japón. Quienes se suicidan no son juzgados por sus acciones. El país, sí.

Tras la total destrucción de Japón en la Segunda Guerra Mundial, los japoneses se dedicaron a la reconstrucción económica y social. En 1964, la nación acogió las Olimpiadas. En conexión con dicho acontecimiento, se construyó el “tren bala” de alta velocidad. Se construyeron ferrocarriles modernos. Aquel año marcó el reingreso del país a nivel mundial como nación, el final del periodo de humillación y reconstrucción tras la guerra. El joven elegido para encender la llama olímpica simbolizaba eso. Yoshinori Sakai nació en Hiroshima el día en que se lanzó la bomba atómica sobre la ciudad.

Japón se convirtió en la segunda mayor economía del mundo. En 1979, un libro norteamericano hablaba de Japón como la número uno. Pero entonces todo se derrumbó. La economía se estancó, la población mostró los signos inexorables del envejecimiento y el declive. Parecía que cuando el sufrimiento, el sacrificio y el trabajo duro de la reconstrucción de la posguerra estaban a punto de dar fruto, los japoneses se empezaron a dar cuenta de que habían perdido algo en el camino. No se había dejado nada por hacer en el camino del crecimiento económico, pero el resultado no parecía digno del esfuerzo. Y aquellos que habían llevado a cabo el mayor esfuerzo, no teniendo ya por qué vivir, comenzaron a elegir la muerte.

¿En dónde deja esto a la Iglesia? ¿Qué significa proclamar la Buena Noticiaen una tierra rica que tiene los medios para vivir, pero puede haber perdido la voluntad para ello?

La Iglesia hace un buen trabajo cuando se trata de malas noticias de gente que se enfrenta al hambre, la ignorancia o el desastre. Sin embargo, las malas noticias en medio de la riqueza son un nuevo desafío. La mejor manera de hacerles frente sigue siendo un misterio. La búsqueda de respuestas en Japón puede proporcionar el modelo para las misiones en el siglo XXI conforme Asia se mueve más allá de la mera subsistencia y se encuentra que perseguir la riqueza puede significar la pérdida de algo más importante. Puede convertirse también en un modelo para la reevangelización de Occidente, que una vez fuera un modelo para Japón, pero ahora parece que cada vez más está imitando a Japón en su rica pobreza.

http://www.revistaecclesia.com/content/view/15662/63/

jueves, 30 de julio de 2009

TESTIMONIOS (25)



Vas a sanar empezando a relacionarte con Dios

Testimonio de José Guadalupe.



Soy bipolar, tengo 39 años, casado, padre de tres varoncitos. Viví mi primer episodio de depresión a los veinte años. Para salir de ella utilicé el alcohol. Seguí con mi consumo de alcohol cada vez que tenía momentos de tristeza. Me casé a los 27 años y todo pintaba muy feliz (a esta edad ya había terminado mi carrera de Ingeniero Químico Administrador en una prestigiosa empresa tecnológica del país).

Iniciando un negocio propio, una esposa bonita, satisfacciones materiales, etc. que más podría pedirle a la vida. El negocio prosperó rápidamente así como toda la problemática que esto implica y a su vez, mi consumo de alcohol. Yo me comía todos los problemas, propios y ajenos. Siempre me caractericé por ser nervioso y muy aprehensivo.

Así, empezaron a llegar los hijos. Cuando estábamos esperando al tercero, mi adicción al alcohol ya me venía causando serios estragos. Llegó el momento en que decidí dejar el alcohol, al mes de haber nacido el tercero. A los quince días caí en depresión profunda y aquí es donde comienza la etapa fatídica de mi vida: fui internado de gravedad en seis ocasiones: 4 por depresión y 2 por euforia. Todo nuestro patrimonio lo perdí. Duré dos años y medio sin poder trabajar. Me la pasaba en un cuarto oscuro encerrado día y noche, sin querer ver a nadie, temblando, sudando frío y con crisis de llanto e insomnio hasta por 6 días consecutivos. En mis etapas eufóricas me dio por recuperar el tiempo perdido y trabajaba compulsivamente, haciendo según yo, negocios grandiosos, hasta que me internaban. En principio yo no sabía de esta enfermedad, así que me agarré visitando médicos, psicólogos, psiquiatras, brujos, hechiceros. No logré nada, solamente tres diagnósticos de psiquiatras que coincidieron con mi enfermedad bipolar. Me dijeron que esta enfermedad no era curable, que tendría que estar sometido a medicamentos y terapia sicológica de por vida; que mis crisis sólo se podrían atender en una clínica siquiátrica. Ante este diagnóstico, la pérdida económica y el no poderme relacionar adecuadamente ni con mi pareja ni con mis hijos, me llevó a pensar seriamente en el suicidio. Una vez lo intenté con una pistola pero apareció mi esposa en el momento que lo iba a realizar. Algo en mi interior me indicaba que esperara. Yo me sentía como en un túnel negro, sin salida, prácticamente en el infierno; sin ninguna esperanza y mucho menos fe. Algo comenzó a suceder después...

Durante mi etapa bipolar tomé los siguientes medicamentos: transmetil, anafranil, anafranil retard, victam, lexotán, rivotril, ludiomil, anapsique, adepsique, carbolit, glucomato de litio, prozac,

Aurorex, efexxor, tafil, rohipnol, akineton, akinetón retard, sinogam, surgam, frisium, clonazepam, halción y muchos más.

Tal parece que no me hicieron efecto positivo, quizá por no llevar un tratamiento adecuado. Lo que sí obtuve fue una destrucción de mi flora intestinal, por los efectos secundarios de estos medicamentos al grado de padecer un severo estreñimiento, lo que desembocó en hemorroides. Curiosa y paradójicamente cuando veía ya todo perdido, fui a visitar al proctólogo. Me operó las hemorroides y me preguntó que porqué tan joven y ya con este mal; a lo que le respondí que por tanto medicamento para mi trastorno bipolar. El me miró fijamente y me dijo:"mire amigo, yo no soy psiquiatra, lo que sí sé es que tanto el trastorno bipolar, como la depresión son enfermedades del espíritu. Trate de relacionarse con Dios como usted lo entienda y de la manera más sencilla, y tómese este medicamento (wellbutrin) diariamente. Nada más una cosa sí le pido: hágalo con fe, fe y fe”. Tomé el medicamento durante dos meses y rezaba un Padrenuestro diario, y no veía ninguna mejora. Esta vez no me desesperé, porque cada que me tomaba el medicamento y rezaba retumbaban en mi oído la palabra fe, fe, fe. Para mi entendí que la fe consistía en que algún día esto que estaba haciendo tendría efecto, simplemente confiando; y así fue, al tercer mes comencé a sentir una pequeña mejoría...(continuará)

Alguien por allí me sugirió que asistiera a un grupo de autoayuda, específicamente a un grupo de Alcohólicos Anónimos. No me agradó nada la idea puesto que yo no me consideraba alcohólico y además mi enfermedad era el trastorno bipolar no el alcoholismo. De cualquier manera me dí la oportunidad de asistir, total nada perdía. Comencé a asistir y los primeros ocho meses se me fueron en blanco. Seguía sin ninguna esperanza y con crisis bastante severas. Paralelamente a este tiempo comenzó a hacer efecto el medicamento; cada día, aunque fuera mínimo, me sentía mejor. Así se me empezó a clarificar la mente y a tener más energías para afrontar mi vida diaria. Comencé a vislumbrar una luz al final del túnel cuando muchos compañeros mayores que yo me dijeron que me diera la oportunidad de practicar el programa de 12 pasos de los alcohólicos, que este programa había sido aplicado con éxito para todo tipo de adicción y para todo tipo de enfermedades, lo único que yo requería era tener una mente abierta y receptiva y a tener la buena voluntad de primero probar los principios antes de descartarlos, y así lo hice. Me dediqué con todo mi empeño y los resultados no se dejaron esperar.

Hoy en día voy para mi cuarto año sin beber alcohol y segundo año sin probar medicamento ni tener un trastorno ni depresivo ni maniaco. Estoy trabajando con mi esposa que dañé bastante y ha mejorado mucho. Hoy día reconozco una gran verdad para mí: el trastorno bipolar fue para mí, padecer de anemia espiritual, puesto que viví vacío mucho tiempo alimentando mi cuerpo, más no mi espíritu. Un muy buen amigo me dijo durante mi recuperación me dijo lo siguiente:”Mira Pepe, todos los seres humanos estamos compuestos por espíritu, mente y cuerpo; y así como el cuerpo necesita del alimento para su subsistencia, así la mente y el espíritu ,para en conjunto formar un todo armónico, y aquí hay un gran secreto: si te esmeras en sanar tu parte espiritual, las otras dos sanarán automática y gradualmente. En principio tu parte física la vas a nutrir con una buena alimentación y vas a seguir tu tratamiento médico disciplinadamente. Tu parte emocional y mental la vas a nutrir con la asistencia a tus juntas en donde vas a expresar lo que más te duela desde tu infancia sin temor a ser juzgado y con la plena seguridad de que todo lo que hables se mantendrá anónimo, es decir vas a poder expresar tus emociones y pensamientos libremente, además que vas a encontrar amigos verdaderos unidos por el mismo dolor. Tu parte espiritual la vas a sanar empezando a relacionarte con Dios (como tu lo entiendas ,para evitar controversias) de la manera más sencilla ,dialogando diariamente diez minutos con Él como si fuese tu mejor amigo y pidiéndole FE para tu sanación y fortaleza para salir adelante; agradeciéndole por tu enfermedad (aunque suene paradójico) Y BENDICIENDO A TUS PADRES. Yo en principio no creí, pero como era mi última carta, la jugué y por la GRACIA DE DIOS, puedo decir en este instante que estoy sano y en paz. Este es mi testimonio verdadero, no tengo necesidad de mentir ni de ser tendencioso. Tomen lo que de el les sirva y lo demás deséchenlo. Lo que gratis se me dio, gratis lo comparto.


http://www.bipolarweb.com/Mi%20historia/JGuadal.htm


miércoles, 15 de julio de 2009

TESTIMONIOS (24)



Contemplad, hago todas las cosas nuevas.

Testimonio de Valerie.

Desde mi infancia padezco asma crónico. Cuando crecía tenía fuertes dolores en el pecho. A partir de mi adolescencia comencé a estar muy deprimida y triste. Me habían llevado a muchos doctores y hospitales para los tratamientos. Había perdido toda esperanza en la vida. ¡Muchas veces pensé en acabar con mi vida!

Por entonces asistí a un retiro carismático dirigido por el P. James Manjackal M.S.F.S. En el segundo día del retiro él dijo en voz alta en oración mi nombre y dijo que estaba consiguiendo la curación del asma. En ese mismo momento tuve una experiencia maravillosa del Espíritu Santo. Sentía el poder del Espíritu Santo que me atravesaba. ¡Me derrumbé en el suelo siendo incapaz de estar de pié para contemplar el poder de Dios! A partir de aquella experiencia no solamente fui curada de mi asma y del dolor de pecho, me convertí en una nueva persona totalmente curada de mi depresión.

Todos los que me encontraban después del retiro comenzaron a decirme, "Valerie, eres es una persona cambiada”. Hace 18 meses que he nacido de nuevo por el Espíritu. Ahora trabajo para el Señor. Una parte de mis ingresos los dedico a la evangelización entre los árabes. El próximo mes me casaré. Alabo y agradezco al Señor por darme una nueva vida llena de esperanza y optimismo. ¡Qué verdad es lo que el Señor ha dicho!: "contemplad, hago todas las cosas nuevas" (Ap. 21: 5).

http://www.jmanjackal.net/esp/esptest.htm


martes, 30 de junio de 2009

TESTIMONIOS (23)


Había comprado un seguro de vida

Contado por Nélida.

Hace dos años, un hermano mío estuvo a punto de suicidarse.

Empezó con un negocio en el cual le fue muy bien, tanto que decía que el dinero que ganó no sabía en que lo invertiría.

De la noche a la mañana se quedó sin nada, a tal grado que ni para comer tenía.

Fue tanta su desesperación que como había comprado un seguro de vida, pensó que valía más muerto que vivo.

Para esos días, mi hija, su novio, una amiga de ellos, mi sobrino, (el hijo de mi hermano) y yo fuimos a Real de Catorce, una ciudad donde se venera a San Francisco de Asís, en una iglesia que ni siquiera lleva su nombre, y sin ponernos de acuerdo, mi hija, mi sobrino y yo le pedimos a San Francisco que le ayudara.

Nosotros no sabíamos lo que pasaba por la mente de mi hermano, o sea el suicidarse, pero todos le pedimos por él, no porque se hiciera rico nuevamente, sino porque lo ayudara a salir adelante.

Para esto él pidió dinero prestado a un amigo para sacar adelante su negocio y ese amigo le quito su carro en pago por la deuda que tenía con él. Ese carro él se lo sacó en un sorteo entre los mejores vendedores del año y trae el logotipo de su negocio, así que todos sabíamos lo que significaba para él ese carro.

Pues la petición que le hicimos a San Francisco fue en Semana Santa .

Y pasó el tiempo y pues a mi hermano le empezó a ir un poco mejor, fue saliendo adelante con las deudas propias del negocio, contrató una secretaria, después a dos instaladores, posteriormente otros dos, y resulta que el día 4 de Octubre que se venera a San Francisco, que no nos acordamos, él se levantó tarde y pensaba quedarse en su casa todo el día cuando recibió la llamada de el amigo al que le debía el dinero y tenía su carro y le dijo que necesitaba verlo, dice que lo acompañó a varias diligencias y que casi al mediodía le pidió que lo acompañara a su casa y ya allí, le dió las llaves de su carro, diciéndole que como estaba viendo que ya le iba un poco mejor en su negocio y necesitaba su carro (mi hermano tiene otros dos que los usa en su negocio) pues ese día se levantó con la idea de regresárselo y que confiaba en él para que le fuera pagando poco a poco, como pudiera y fuera teniendo dinero.

Mi hermano llegó a la casa de mi mamá donde estabamos comiendo mi hija, mi sobrino, mi mamá y yo y nos mostró las llaves, todos supimos sin que nos dijera que las llaves eran del carro y en ese momento mi sobrino, mi hija y yo nos platicamos que ese era el símbolo de que mejorarían las cosas en el negocio y empezamos a platicar durante la comida, primero mi hija que ella le había pedido en Real de Catorce a San Francisco por mi hermano, luego dijo mi sobrino que él también y al final yo asombrada también comenté que le había pedido, pero que yo le pedí que le regresara su carro, que era la seguridad de mi hermano ante los demás distribuidores que estaba mejorando, porque mi hermano a pesar de tener otros dos carros en su negocio, andaba a pie, en camión o caminaba, era su forma de acordarse que tenía que levantarse.

Para mi fue asombroso, porque nunca había sentido tan cerca un milagro, para mi fue una cosa inolvidable, que el día de San Francisco, él le entregara su carro. Estamos pendientes de ir a darle gracias, una persona de Real de Catorce nos dijo que la gente no iba a ver a San Francisco sino que él permitía a la gente ir a verlo, nosotros hemos planeado muchas veces ir a verlo, pero no hemos podido y pienso en eso, ¿cuándo nos dejará ir a darle gracias, mi hermano todavía no está bien, a veces los demás le hacen jugarretas sucias, pero ahí va, poco a poco?, ¿será hasta que esté mejor?. De cualquier manera es un agradecimiento que no se termina nunca ni al ir a verlo.

Contado por Nélida en http://www.sagradoweb.com/testimonios/testimonios10.htm

lunes, 15 de junio de 2009

TESTIMONIOS (22)


Los que quedan. Acompañamiento pastoral.

Testimonio pastoral del Padre Rodolfo Biano.

Estimado Dr. Sergio Pérez:

En estos años de la ayuda, hubo necesidad de buscar algunas respuestas en quienes consideré los mas entendidos... La gran pregunta y preocupación de las personas creyentes es justamente si Dios perdona...

Mi confesor espiritual en ese momento era el Padre Rodolfo Biano -Franciscano. El fue quien me ha acompañado en este servicio hasta su traslado a San Juan. En una de nuestras charlas, le pedí que hiciera un escrito justamente para dar una respuesta a aquellas personas que desesperadas se acercaban en busca de una palabra de comprensión, acompañamiento y escucha. Cuando lo envié a la Comunidad de Duelo Virtual, se imprimió y se entregó a Claudia, cuya hermana se había suicidado hacia muchos años....

Al leerlo dijo: "...Hacía 10 años que esperaba leer algo así!..."

Este fue su escrito:

“Yo soy la resurrección y la vida... ¿crees esto? “ (Juan 11,25-26)

A vos que has perdido un/a hijo/a, un/a hermano/a, ó un amigo/a, padre/madre, esposo/a, tío/a entrañable; te deseo de parte de Dios Vivo y Verdadero, la paz que supera todo lo que podemos pensar ( Ej: “¿por qué...?), la paz que cuida tus quereres y pensamientos... (filipenses 4,7).

Es difícil, muy difícil darte argumentos de fe, poner palabras en una mente, en un corazón como el tuyo en el que prevalece el vacío, el dolor de una muerte y encima, de una muerte por suicidio. Por eso no es mi intención hacerlo. Simplemente toma estas palabras como signo de la presencia de alguien que, sensible, en la distancia, a tu dolor, quiere decirte aquí estoy, de parte de Dios”.

Dicen que el dolor compartido se alivia, se aligera, por eso quiero compartir “en la cercanía de la oración” tu dolor. Y, para que, de esta cercanía, nos abramos a la mejor y más inaudita cercanía, la de Dios-con-nosotros”, te invito a compartir la escena de Jesús con Marta y María que están llorando a su hermano fallecido Lázaro.

¡Cuántas veces habrás pensado, e incluso renegado, con Dios: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto”(Juan 11,21.32)! Esa sensación que tan frecuentemente tenemos de un Dios ausente, un Dios por el que nos preguntamos “si es verdad que existe, ¿Dónde está?”.

Es muy natural que hayas pensado: “Dios se borró, se bajó de la historia de quien se quitó la vida ¿por qué?”. Y sin embargo contra ese pensar muy natural, la fe te dice: la presencia bondadosa y vivificante de Dios atraviesa toda la historia de la humanidad, toda la historia de cada pueblo, toda la historia de cada persona, incluso en los momentos más oscuros, en los momentos más tenebrosos... Los momentos agradables y felices de la historia son los que van anticipando la promesa: “Cielos nuevos y Tierra nueva”, los momentos difíciles son los que claman, piden a gritos, la intervención de Dios y nuestro compromiso a favor de la vida.

Y Dios ya intervino, preparando la venida de su hijo, luego fecundando el seno de María, mas tarde haciéndolo capaz y valiente de enfrentar a los poderes del mal y de la muerte. En este punto, su muerte y resurrección son la mayor garantía de que Dios nos amó y nos ama hasta el extremo de enfrentar la muerte por nosotros y de que Dios tuvo y tiene poder para derrotar a la misma muerte.

Su triunfo definitivo, que será también el de los que vivieron, sufrieron y murieron con ÉL ( lo conozcan o no en el momento de su muerte), Él mismo lo ha revelado (Ej. : Apocalipsis 21,3-7) y creemos en Él, aunque no sepamos el cuánto ni el cómo.

Pero ¿qué pasa con los que se suicidan? ¿no han pecado “mortalmente”, como para que Dios los pueda rescatar de la muerte?. Te digo que nadie se quita la vida porque sí. Mejo dicho, creo que nadie “se quita” la vida. Mas bien “le quitan” la vida circunstancias tan graves como un cáncer, un accidente, un dolor profundo, una enfermedad, aunque sean circunstancias casi imperceptibles por los que rodean al “suicida”. Circunstancias que empujan al “precipicio de la muerte”, quizás irreales para el resto, menos para el que las sufre con tal sensación de angustia, desesperación, desequilibrio y hasta locura... aunque haya sido, insisto, imperceptible para los demás, y haya durado tan solo un instante en que “fue arrastrado al precipicio”.

Por eso creo que hay cielos para los que se suicidan, creo que también Dios va a triunfar en ellos sobre la muerte, creo que Jesucristo dió su vida para que ellos y ellas un día (aunque nos angustie nos saber cuándo, ni cómo) resuciten.

Estamos cerca de una fecha... del día en que recordamos a nuestro ser querido difunto. Te deseo en ese mismo día, en que vas a sentir el dolor de la ausencia, Dios haga fuerte tu fe en Él, tu fe en el Dios de la Vida, tu fe en el Dios cuya gloria ( es decir, lo que a él mas le gusta en la historia y en la eternidad) es que el ser humano viva y viva en abundancia (Juan 10,10), tu fe tan bellamente expresada en el Credo: “Creo en la comunión de los Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna. Amén “.

Y mientras aguardas el reencuentro con quien se te adelantó a la meta del Reino, ama profundamente la vida, ámala también en nombre de tu ser querido fallecido, recordando lo bueno que compartiste con él / ella, lo bueno que recibiste de él / ella y comprométete con todo lo bueno que aún nos resta hacer, a lo largo de nuestra historia, en la lucha a favor de tanta amenaza por la injusticia, la violencia, el desamor.

Y Jesús una y otra vez, nos seguirá alentando: “les digo esto para que encuentren la paz en mí. El mundo tendrá que sufrir, pero tengan valor: Yo he vencido al mundo”( Juan 16,33).

Padre Rodolfo Biano.

Silvia Britos

Argentina

http://www.humanet.com.co/aporte/aporte3.htm

martes, 2 de junio de 2009

TESTIMONIOS (21.4)

Mi testimonio. De satánico a cristiano (4)

Hasta que una noche…

Terminado de drogarme, faltando 30 días para la fecha de admisión para las Fuerzas Armadas y terminando de escuchar algunas bandas de Black metal, Dios decidió ponerle fin a mi infernal trayectoria de Satánico. La noche del día 6 de junio del 2006 a la hora 0:00 p.m., Dios decide enviar mi demonio interno al lugar donde pertenecía: "los infiernos “, a través de una revelación o sueño muy real que presencie. Que espantoso lugar es esa prisión de Lucifer, hijo de la aurora. Que horrible se ha vuelto ese lugar y también su dueño. Ni la mente del peor de los malvados asesinos soportaría el lugar y mucho menos el odio de lucifer. Ni el mayor asesino psicópata, ni el violador más demente y asesino sicótico, ni el más repugnante asesino, soportarían lugares como este, donde no hay amor, ni misericordia, ni perdón, todo es sufrimiento y vano dolor tortuoso, todo es maldad, dolor y sufrimiento. Infierno prisión para espíritus malignos impuros, prisión de oscuridad, fuego y azufre que no se apaga, donde los gusanos y insectos despreciables se entremezclan entre el fuego etéreo, donde nadie puede ser mas maligno que el propio dueño del oscuro lugar la prisión de Lucifer encerrado para la batalla, organizándose en ejércitos.

Era tanto el dolor solo pude pensar en Cristo. Con el dolor y sorprendido y, a la vez, desilusionado de las mentiras del maligno, grité a fuerte voz! Dios Mío, Dios Mío, perdóname, perdóname, muéstrame tu misericordia y tu compasión, dame una segunda oportunidad como todos nos la merecemos, sácame de este horrendo lugar, perdóname, Dios mío, ten misericordia de mi, perdóname Cristo, perdóname!

Y de esta forma, estando en aquel lugar infernal, cerrados los ojos para no ver tanta maldad y putrefacción inmunda, desperté todo sudado y confundido de lo que había pasado. Este fue el designio de la misericordia divina para conmigo. Finalmente recibí el perdón, la misericordia, y la oportunidad de una nueva vida renovada en la que, al final, CRISTO VENCIÓ.

!Aleluya!

Shalom, Hermanos

!Que la paz sea con ustedes!

Amén.

Hemos omitido los detalles escabrosos que pudieran herir la sensibilidad de los lectores más sensibles. Pero si alguno se atreve a leerlos puede hacerlo en el enlace siguiente: http://www.foroekklesia.com/showthread.php?t=33273

Pero le advertimos que puede herir su sensibilidad.

lunes, 1 de junio de 2009

TESTIMONIOS (21.3)


Mi testimonio. De satánico a cristiano (3)

La música tocada por Lucifer poco a poco me fueron transformando en un ser oscuro de fuerzas negativas y mente endemoniada. Me fui interesando en religiones como el Satanismo conociendo profetas satánicos como Anto Szandor Lavey, Aliester Crowley y adoptando sus cábalas y demás sistemas filosóficos. Acumulé mucho material de brujería, magia negra, literatura y pergaminos de origen extraños. Practiqué la Guija, la Nigromancia, el Tarot oscuro y otros juegos esotéricos de magia negra y poco a poco con música más demoníaca y conociendo finalmente a los semejantes que se identificaban con el género, hechiceros y brujos.

Durante el transcurso en esta oscuridad, buscando el extremismo satánico, incursioné en todo tipo de blasfemia: visitaba las iglesias para burlarme de los cristianos y profanaba los templos blasfemando en contra de Cristo y Dios. Pasaba noches enteras profanando los cementerios. Tenía tanto odio en mí hacia los cristianos que quería matar sacerdotes. Siempre quería drogarme y emborracharme, y estas costumbres destruían gran parte de las neuronas de mi cerebro, fumé cigarros de todo tipo. Realizaba ritos satánicos que incluían sangre humana que compraba en los bancos de sangre. Veía mucha pornografía, era un enfermo pervertido empedernido con la pornográfica: sadomasoquista, lesbianismo. Me gustaba el dolor; me hacia fisuras con navajas en mi cuerpo para sentir el dolor. Me fui encerrando cada vez más en un mundo bastante cargado de Satanismo y oscuridad, hasta el punto de aceptar a Satanás y la Oscuridad como mis dioses y aliados más profundos. Me encerré en doctrinas y razonamientos satánicos. Acepté como validos los pilares filosóficos del Satanismo hasta tal punto que me hizo hasta desconfiar de aquellos que supuestamente eran satánicos, determinado en mi una búsqueda de Satanás y de la oscuridad hasta llegar a asumir que entraría ciertamente en el infierno.

Durante mi búsqueda de Satanás y la oscuridad, a los que consideraba mis correligionarios los invitaba a realizar atrocidades como robar bancos, matar militares y robarles el armamento, robar autos, robar puntos de drogas. También les sugería realizar atrocidades como matar y golpear cristianos, robar y quemas iglesias, profanar y quemar cementerios, drogarnos, pero esos supuestamente los satánicos decían que yo estaba loco, lo que me llevó a pensar que me encontraba solo en los caminos de Satanás y las tinieblas. No ejecutaba tales actos, porque no quería hacerlo solo, porque las autoridades militares me asesinarían y no se hubiese cumplido mi objetivo.

Con el tiempo, fui frecuentando conciertos y tratando de conocer personas verdaderamente diabólicas e infernales, que tuvieran intenciones de asesinar cristianos y cometer verdaderamente actos terroristas contra las iglesias cristianas, asesinar a todos los sacerdotes y monjas, quemar todas las iglesias del planeta tierra, asesinar al Papa y destruir el Vaticano el mil pedazos. Con mi mentalidad de terrorista satánico iba a alistarme en el ejército para conseguir armamento de militar de alto calibre (ametralladoras, toda clase de armas, granadas, bombas lacrimógenas, fabricación de bombas, etc.) y comenzar yo solo mis operaciones satánicas anticristianas de exterminar por completo la religión cristiana del planeta tierra aunque me costara mi asqueroso y horrible vida.

domingo, 31 de mayo de 2009

TESTIMONIOS (21.2)


Mi testimonio. De satánico a cristiano (2)

Todo comenzó a la edad de 13 años entrando a la pubertad. Sufrí una terrible depresión que me llevó a cortarme las venas y a envenenarme. En uno de los intentos, cuando estaba a punto de cometer el suicidio, justo antes de realizar el acto de atentar contra mi vida escuché una canción que cambiaria mi vida para siempre: “Got the Life” de una banda hardcore llamada Korn. Esta canción me sirvió de refugio ante tal acto, haciéndome olvidar de suicidarme y enfoque mis ojos y oídos en esta música.

Luego, tanto fue el interés, que conseguí las discografías, las letras, conciertos en videos y todas sus canciones. Luego fui conociendo más bandas como Slipknot, Rammstein, Sepultura, ACDC, Queen, Rhapsody, Stratovarius, Scorpions, Ángeles del Infierno, Barón Rojo, Angra, Sonata Ártica..., analizando y buscando material metálico en la Internet, facilitándome muchas canciones en mp3s. Luego fui encontrando música metalera con estructuras y estilos diferentes y mas agresivos empezando de esta manera por el hardcore, nu-metal, heavy metal, power metal, goth, dark, rave, dark-fusion, metalgoth, etc. Luego con el tiempo fui interesándome en estilos más crudos, cargados de satanismo como el Black Metal, Death Metal y Grindcore. La Música satánica, poco a poco me fue convirtiendo en una persona con rencores hacia mi mismo y hacia los demás. Cuando la escuchaba en el interior me sentía poderoso, independiente e importante, pero en realidad me estaba destruyendo poco a poco sin darle importancia a esta destrucción interna.

***

Me fui interesando y enfocando en los últimos estilos mencionados el Black Metal, Death Metal y Grindcore, haciendo una fusión de tales estilos. Empecé a averiguar mas sobre estos estilos sumergiéndome en una música mas cruda y brutal con el tiempo hasta llegar a escuchar oscuros temas diabólicos e infernales de bandas como Dark Funeral, Cradle of Filth, Dimmu Borgir, Napalm Death, Six Feet Under, Ragnarok, Nordor, Sacrilegde, Baphomet, Satania, Satan, Darkthrone, Mayhem, Emperor, Burzum, Necrophagist, Cannibal Corpse, Marduk, Belial, Leviatán, Azazel, Behemot, Aborted, Virtuosity, Obituary, Ancient Necropsy, Nechophilim, Crypsopty y un sin número de bandas de una extensa lista underground. Empecé a averiguar noticias del género, conciertos internacionales en videos y conciertos locales. Empezaba a asistir a grandes conciertos en mi país y conociendo finalmente del rock y metal dominicano bandas de metal de nuestro país tales como Altus Mortem, Lethaus, Archaios, Epsilon, Funeral, entre otras. De tal manera esta música influyó en mi conducta que en los conciertos empecé a fumar cigarros, beber bebidas alcohólicas fuertes (ginebra, ron, wisky, vino, vinagre, gas), vestía siempre de negro, y únicamente de negro y cuero, usaba collares de plata, cadenas, botas militares, etc. No confiaba en nadie ni quería saber de nadie, ni siquiera de mi mismo. Odiaba a Dios y a todo el que me hablase de Él. El Black Metal me llevó a niveles extremos, ya había agarrado el vicio de fumar cigarrillos como necesidad, el Death Metal me llevó a inyectarme todo clase de drogas en mi cuerpo, drogas inofensivas y peligrosas (marihuana, testosterona, endorfina, cocaína, heroína por intravenosa, éxtasis, etc.), luego empecé a inyectarme crack en mis venas en los cementerios a escondidas de todos.

sábado, 30 de mayo de 2009

TESTIMONIOS (21.1)


Mi testimonio. De satánico a cristiano (1)

Ofrecemos este mes el testimonio sobrecogedor de Pedro Manuel, alguien que ha vuelto de los infiernos para contarnos su experiencia horrenda y dar Gloria a Dios que lo sacó de allí. Por ser muy largo su testimonio lo publicaremos en varios días.

Saludos, hermanos en Cristo.

Que la fuerza del Espíritu Santo repose en sus corazones, anhelando el amor eterno de nuestro padre celestial. Que la Paz sea con vosotros.

Mi nombre es Pedro Manuel. Nací en 1986 en Republica Dominicana, Santo Domingo. Hijo de Pedro Manuel y de Damaris Pérez (madre biológica); nieto de Dora (madre de crianza) quien se ha encargado de mi cuidado durante mi infancia y adolescencia.

Desde muy pequeño, la suerte no me tocó al no conocer verdaderamente mi madre y mis hermanos. Sin conciencia desarrollada y en plena inocencia de mi infancia, nunca reconocí el extraño abandono de mi madre pero en el fondo de mi corazón la perdono pues reconozco que no sabia lo que hacia. A pesar de no conocer el verdadero amor de mi madre y hermanos, crecí en un ambiente muy recto, donde se me golpeaba mucho, no me mostraban afecto maternal ni paternal como era debido. Como niño los años pasaban y como todo buen niñito cometí travesuras, disfruté la edad de oro de la infancia, hasta los comienzos de mi vida educativa.

El primer día de escuela fue normal, me tomé tiempo para adaptarme, conocí amigos, cometí travesuras, disfrute de una pre-adolescencia muy sana. Conocí un poco de Cristo pero siendo pequeño y con la conciencia dormida era muy distraído, y estaba siempre absorto en mi gran mundo de juegos y alegrías en vez de tomarme más tiempo para Dios y Cristo.

Ya saliendo de mi pre-adolescencia y entrando a la adolescencia-pubertad, todo normal, llegué a cometer travesuras de adolescentes y hacer cosas de adolescentes. Entrando a mis estudios secundarios conocí amigos, pero algo me sucedió en esta etapa de mi vida; me fui olvidando de Cristo y de Dios. Estaba sumergido en problemas familiares y más preocupado en buscar mi independencia que de tomar los caminos de Cristo. En mi búsqueda de independencia, durante mi adolescencia, cometí pecados como la ira, la lujuria, la gula, la herejía, la incredulidad. El engaño, el desprecio y la envidia a los demás se apoderaron de mí. Eso me fue empeorando como persona y alejándome de todos mis compañeros en la educación secundaria.

Durante mi camino hacia la independencia conocí una música tocada por las fuerzas de las tinieblas y Satanás a través de los principales medios tecnológicos (Radio, TV., Internet). Esa música se había convertido en un nuevo refugio para alejarme de las malas situaciones que me atormentaban, como una nueva forma de vida que cada vez mas me iba hundiendo en un agujero oscuro, mientras en mi pequeña mente yo me sentía muy poderoso e invencible.

Continuara...

viernes, 15 de mayo de 2009

TESTIMONIOS (20)


Jesús podia ser la respuesta.

Testimonio de María Luisa.

Aunque yo nací en una familia en donde no tuve malos ejemplos, sin embargo, recibí una influencia muy fuerte en mi vida y, a partir de mi adolescencia, me encontré con el alcoholismo, la drogadicción y el libertinaje; y todo esto me hizo vivir muchos años en pecado.

Llegó un momento que caí en una depresión muy fuerte, que casi me lleva a la muerte, porque pensé en suicidarme; ya no deseaba seguir viviendo de esa manera, aunque tenía una carrera, un buen trabajo, pero no vivía bien.

Entonces, alguien me dijo que Jesús podía ser la respuesta que yo estaba necesitando; sin creer totalmente, acepté que entrara en mi corazón y me ayudara. Su respuesta fue inmediata, trasformó mi vida, dándome una razón para vivir; entonces fue cuando Dios me llevó a un pequeño grupo de oración, en el Movimiento de Renovación, ahí sentí realmente la presencia de Dios de una manera muy palpable.

Entendí que era el lugar donde Dios quería que me quedara y que le sirviera. Puesto que mi familia era protestante, me resultó muy difícil esta alternativa. Muchas cosas no las entendía, como persignarme, como entender el valor de los Sacramentos, la veneración a la Virgen; pero el amor de Dios me convenció, y finalmente decidí formar parte de la Iglesia Católica y servir en ella, tal como me lo estaba pidiendo. Entonces recibí el Bautismo, y dos años después, la Confirmación.

Hoy mi amor por Jesús crece cada día, así como mi amor de seguirle sirviendo.

http://www.comunidadcristiana.agenciacatolica.com/modules/news/article.php?storyid=709