lunes, 29 de julio de 2013

Los padres, el divorcio y la Prevención del Suicidio



Me involucré con la clase de Paternidad y el Divorcio poco después de lo que se consideraba una experiencia muy triste. Conocí a una señora joven, que tenía catorce años en el momento de esta historia, a la que llamaremos "Anna". Que no es su nómbre actual. Los padres de Anna se habían divorciado unos siete años atras, ambos padres estaban muy involucrados en su vida; ambos padres la querían. Ella vivía entre los dos hogares….




sábado, 27 de julio de 2013

¿Me oyes?


¿Me oyes, Señor?

Estoy sufriendo horrores,
encerrado en mí mismo,
prisionero en mí mismo,
no oigo más que mi voz,
sólo me veo a mí,
y tras de mí no hay más que mi sufrimiento.

¿Me oyes, Señor?

Líbrame de mi cuerpo:
es un montón de hambre,
y cuando toca algo con sus innumerables ojos enormes,
con sus mil manos extendidas,
sólo es para agarrarlo
e intentar apagar con ello su insaciable apetito.

¿Me oyes, Señor?

Líbrame de mi corazón:
está hinchado de amor,
pero aun cuando creo que amo locamente,
acabo descubriendo con rabia
que es a mí mismo a quien estoy amando a través del otro.

¿Me oyes, Señor?

Líbrame de mi espíritu:
está lleno de sí mismo,
de sus ideas, de sus opiniones;
no sabe dialogar,
pues no le llegan más palabras que las suyas.

Y yo solo me aburro,
me canso,
me detesto,
me doy asco,
desde que empecé a dar vueltas y más vueltas
en mi sucia piel como un lecho quemante de enfermo
del que se daría cualquier cosa por huir.

Todo me parece ruin, feo, sin luz
... y es que ya no sé ver nada sino a través de mí.

Y siento ganas de odiar a los hombres y al mundo
... y sólo es por despecho puesto que no sé amarlos.

Y quisiera salir,
escaparme,
marchar a otros países.

Porque yo sé que la alegría existe:
la he visto cantar en muchos rostros

Yo sé que la luz brilla:
la he visto iluminando mil miradas.

Mas no puedo salir de mí:
yo amo mi prisión al tiempo que la odio,
pues yo soy mi prisión
y yo me amo,
yo me amor, Señor, y me doy asco.

Y ahora no encuentro ya ni siquiera
la puerta de mi casa:
enceguecido, avanzo a tientas,
me golpeo con mis propias paredes, con mis límites,
me hiero,
me hago daño,
demasiado daño,
y nadie lo conoce porque nadie entró en mí.

Estoy solo, solo.

Señor, Señor, ¿me oyes?

Enséñame mi puerta,
cógeme de la mano,
ábreme,
enséñame el Camino,
la ruta de la luz y la alegría.

... Pero...
Señor, ¿me estás oyendo?

Sí, pequeño, te oigo:

Hace tiempo que acecho tus persianas caídas. Ábrelas:

mi luz te iluminará.

Hace tiempo que aguardo ante tu puerta encerrojada.

Ábrela: me hallarás en el umbral.

Yo te estoy esperando, y te esperan los otros.

Sólo hace falta abrir,
hace falta que salgas de ti mismo.

¿Por qué continuar siendo prisionero de ti mismo?

Eres libre.

No fui Yo quien te cerró la puerta
ni puedo ahora abrírtela.

Eres tú quien tiene echado el cerrojo por dentro.


Titulo: Señor, líbrame de mí mismo.
Autor: P. Michel Quoist

jueves, 25 de julio de 2013

Santiago Apostol y el suicida




Cerca de la ciudad de Lyon existe un pueblo en el que vivía un joven que se mantenía con el trabajo de sus manos y sostenía también a su madre, muerto el padre. Amaba ardientemente a Santiago adonde peregrinaba casi cada año y allí presentaba su ofrenda. No se había casado, sino que llevaba una vida honesta junto a su madre viuda. Pero aunque una y otra vez se contenía, sin embargo fue vencido por la voluptuosidad de la vida y fornicó con una jovenzuela. Cuando amaneció, puesto que se había comprometido con unos vecinos suyos a llevar un asno, comenzó su peregrinación a Santiago de Galicia.

Yendo ellos por el camino encontraron a un mendigo que iba a Santiago. Lo tomaron consigo en razón de su compañía, pero más por amor al Apóstol, dándole además el alimento. Y así durante muchos días prosiguieron su camino; el diablo, viendo esta caritativa y pacífica compañía, se llegó calladamente al joven que había fornicado en su casa, en forma humana bastante distinguida y le dijo: «¿No sabes quien soy?» Y él: «De ninguna manera». Y el otro le dice: «Yo soy el apóstol Santiago a quien cada año desde hace ya mucho tiempo, acostumbras visitar y honrar con tus donaciones. Tienes que saber qué contento estaba contigo. Cuántas cosas buenas pensaba que vendrían por ti, pero recientemente, antes de salir de tu casa has fornicado con una mujer y ni entonces ni hasta ahora has hecho penitencia ni has querido confesar y así has emprendido viaje con tu pecado como si tu peregrinación pudiera ser aceptable para Dios y para mí. Primero es necesario que abras tus pecados a una humilde confesión y después pagues lo cometido peregrinando. A quien obrare de otra forma, no le sería aceptada su peregrinación». Dicho esto, desapareció de sus ojos.

Estas cosas que oyó, comenzó a entristecerse maquinando en su interior volverse a casa y confesarse con su sacerdote. Sólo entonces regresaría al camino emprendido. Mientras esto pensaba para sí, el demonio, en la misma forma que se le había aparecido la primera vez, volvió a decirle: «¿Qué es esto que piensas en tu corazón de que quieres volver a tu casa y hacer penitencia y luego volver a mí más dignamente? ¿Es que crees que tu crimen puede borrarse con ayunos y lágrimas? Mucho te engañas. Cree a mis consejos y te salvarás; no podrás salvarte de otra manera. Aunque hayas pecado, yo te quiero y por ello vine a ti para darte tal consejo que puedas salvarte, si me quieres creer». A lo que el peregrino respondió así: «Pensaba como dices, pero después de que me has dicho que todo ello no me aprovecha para la salvación, dime lo que te agrade para que pueda salvarme y con gusto lo pondré por obra». y el otro: .Si de verdad quieres enmendarte sinceramente de tu delito, córtate inmediatamente tus partes viriles, con las que pecaste». A cuyo consejo respondió aquel aterrado: «Si yo me hago lo que me aconsejas hacer, no podré vivir y además seré un suicida, cosa que mil veces oí es algo condenable ante Dios». Entonces el demonio riendo le dijo: «¡Qué poco entiendes las cosas que pueden aprovecharte para la salvación! Te aseguro que si fueses tan prudente como para no dudar en suicidarte, bien contento vendría enseguida con un montón de compañeros a recoger tu alma inmortal. Yo soy el apóstol Santiago que te aconsejo hagas como te digo si quieres venir en mi compañía y encontrar remedio a tu delito». Dichas estas palabras, el peregrino que se llamaba Simple, mientras sus compañeros dormían sacó un cuchillo para aquella acción abominable, y cortó cuanto de viril tenía en sus partes; y después, volviendo la mano, alzó el cuchillo y clavándose la punta, se atravesó el vientre. Pero cuando la sangre saltó abundante y él se agitó palpitando, sus compañeros se despertaron y gritaron preguntándole qué le pasaba. Al no responderles sino que angustiado estaba en las últimas, se levantan entristecidos, encienden antorchas y encuentran a su compañero medio muerto sin valerse ya para responder. Por lo que estupefactos y aterrados no les imputasen su muerte si por la mañana los encontraban en el mismo lugar, huyen abandonándolo envuelto en su sangre con el asno y el pobre al que habían comenzado a alimentar.

A la mañana, cuando la familia se levantó y encontró al muerto no estando claro a quien achacar el asesinato, llamaron a los vecinos para llevarlo a la iglesia a enterrarlo, pero ante el flujo de sangre, se pararon ante la iglesia y depositaron allí el cuerpo. Mientras se preparaba la fosa, el muerto se levantó instantáneamente sobre su catafalco. Esto que vieron los presentes huyeron aterrorizados gritando; esto que oyeron los del pueblo, acudieron curiosos preguntando qué había sucedido. Y ven y escuchan al muerto vuelto a la vida, quien, cuando llegaron más cerca, les contó cuanto le había sucedido. «Yo -les dijo- a quien veis resucitado de la muerte, amé desde niño a Santiago y acostumbré servirle cuanto pude; pero ahora, después de haber decidido peregrinar y llegar hasta este pueblo, se me acercó el diablo y me engañó diciéndome que era Santiago y les contó todo como acabamos de contar. Después de quitarme la vida y de que mi alma saliera del cuerpo, se vino a mí el espíritu maligno que me había engañado, llevando tras de sí una manada de demonios que me robaron sin piedad y me llevaron al lugar de los tormentos llorando y dando voces angustiadas. Y así se encaminaron hacia Roma, pero al llegar a un bosque que se encuentra entre la ciudad y el pueblo llamado Lavicano, Santiago nos alcanzó por la espalda y a los demonios que me llevaban les dijo: «¿De donde venís y a dónde vais?» Le dicen: «¡Oh Santiago! Este no te pertenece, porque de tal forma nos creyó a nosotros que se suicidó. Nosotros lo convencimos, nosotros lo engañamos, nosotros debemos tenerlo». A lo que les contestó: «No me habéis respondido a lo que os he preguntado, pero os alegráis presumiendo de haber engañado a un cristiano, por lo que malos vaya, como pago. Porque este peregrino que os jactáis de poseer no os lo habéis de llevar impunemente». Santiago me parecía un joven de hermoso aspecto de ese color intermedio que la gente llama moreno. Empujándonos él hacia Roma, nos desviamos a donde había un espacio verde, cerca de la Iglesia de San Pedro Apóstol, en la llanura etérea donde una multitud innumerable de santos habían acudido a concilio, presidiéndolo la venerable señora Madre de Dios con muchos y preclaros personajes a derecha e izquierda. Yo comencé a pensar que nunca en mi vida había visto criatura tan hermosa y nada estimé tan hermoso. Ante ella, Santiago, mi piadosísimo abogado se puso en pie ante todos, y a gritos proclamó la argucia de Satanás para engañarme. Ella apenas percibió a los demonios, dijo: «Miserables, ¿qué buscábais en este peregrino de Dios y de mi Hijo y de Santiago su apóstol? Como si no os bastase vuestro castigo que lo queréis aumentar». Cuando ella, en verdad clemente, acabó de hablar, se inclinó sobre las estrellas, y aterrorizados los demonios, y afirmando todos los presentes a la reunión que me habían tratado injustamente, engañándome en contra del apóstol, ordenó la Señora volver a mi cuerpo y así, Santiago tornándome enseguida me devolvió a este lugar. Así he muerto y así he resucitado.
 
MILAGROS DE PEREGRINOS A SANTIAGO
EDICIÓN, TRADUCCIÓN Y ESTUDIO DE LA NARRACIÓN DE VARIOS 'MILAGROS DE PEREGRINOS'
CONSERVADA EN UN CÓDICE DEL ARCHIVO DE LA CATEDRAL DE SANTO DOMINGO DE LA CALZADA


http://www.vallenajerilla.com/berceo/santiago/milagros.htm 

 


martes, 23 de julio de 2013

Instantes


Instantes
Jorge Luis Borges


Sí pudiera vivir nuevamente mi vida …..
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares a donde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida, claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos, no te pierdas el Ahora.
Yo era de esos que no iban a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas, si pudiera volver a vivir viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principio de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.

  http://circulo.repdeval.com/Sanacion/maestrasanacion.php

viernes, 19 de julio de 2013

Prevención del suicidio. Si estás preocupado, dilo.



Si has identificado los signos del suicidio en una persona allegada, puede que estés dudando sobre si será buena idea decir algo. ¿Qué tal si te equivocas? ¿Qué tal si la persona se molesta contigo? En tales situaciones, es normal sentirse incómodo o preocupado. Pero si una persona habla sobre suicidio o muestra otros signos necesita ayuda inmediata, mientras más pronto mejor.

Hablar con una persona sobre suicidio.
Hablar con un amigo o un miembro de tu familia sobre ideas y sentimientos suicidas puede ser extremadamente difícil.  Si no estás seguro si alguien está en una situación suicida, la mejor forma de averiguarlo es preguntando.  No puedes incitar a una persona al suicidio mostrando tu preocupación. De hecho, dándole la oportunidad a la persona de expresarse libremente, sus pensamientos y sentimientos, puede proveer un alivio a su sensación de soledad y sus sentimientos negativos reprimidos, lo cual puede prevenir un intento de suicidio.

Algunas maneras de comenzar una conversación sobre suicidio:
.-Tengo una sensación de preocupación por ti últimamente.
.- Últimamente, he notado algunos cambios en ti y me pregunto cómo te está yendo.
.-Me interesa  preguntarte algunas cosas porque no he visto que seas tú mismo los últimos días.

Preguntas que puedes hacer:
.- ¿Cuando comenzaste a sentirte así?
.- ¿Sucedió algo para que comenzaras a sentirte de esta manera?
.- ¿Cuál es la mejor manera de apoyarte en este momento?
.-  ¿Has pensado en solicitar ayuda?

Qué puedes decir que sea de ayuda:
.- No estás sólo en esto, estoy aquí contigo.
.- Puede ser que no lo creas ahora, pero la manera en la que te sientes va a cambiar.
.- Puede que no comprenda exactamente cómo te estás sintiendo, pero me preocupo por ti y quiero ayudarte.
.- Cuando quieras darte por vencido y rendirte, dite a ti mismo que aguantarás  un día más, una hora, o minuto, cualquier cosa que puedas manejar.

FUENTE:  http://piensasolucionesenpsicologia.wordpress.com/2012/02/21/prevencion-del-suicidio-si-estas-preocupado-dilo/


lunes, 15 de julio de 2013

SUICIDIO, LIBERACIÓN O ¿EQUIVOCACIÓN?



MAS ALLÁ DEL SUICIDIO

La mayoría de la vacaciones incluyen un itinerario. Tienes una idea de lo que vas a hacer y a ver antes de llegar a tu destino. La Biblia contiene suficiente información como para proyectar un itinerario

 Veamos a los primeros 6 días...

El viaje comienza a las puertas de la muerte. Debido a que los viajes parten diariamente, lo llaman a salir sin anticipación. Como el viaje es de una vía, no deberá preocuparse de hacer planes de regreso. Su punto inicial de partida será bastante aterrador al darse cuenta de que su destino no tiene regreso. El viaje por si solo tomará tanto su atención que no tendrá tiempo de pensar lo que espera al llegar.

Mientras pasa por la entrada de la muerte, inmediatamente se da cuenta que que su rumbo lo lleva lejos de la luz hacia lo que aparenta ser una oscuridad total y absoluta. Por cada momento que pasa, la oscuridad se hace cada vez más intensa. Al principio la falta de luz solo le incomoda, pero se va convirtiendo más presagioso y amenazante. La falta de luz solo se asemeja a la ausencia de sonidos alegres - no hay música, risa, ni sonidos de alegría. A medida que se aleja, leves gemidos y quejidos se pueden detectar. Parecen salir desde la oscuridad y por todas partes. De pronto puede observar una luz débil que se mueve como una llama, más sin embargo, densas nubes de humo negro giran alrededor de ella y apagan el deseo de obtener luz.

De repente se encuentra obsesionado con saber que día y que hora es. Ya se siente que ha estado en este lugar por una eternidad...y es solamente el primer día.

La prolongada oscuridad hace que se sienta tieso. Es como si algo estuviera escondido detrás de esa densa noche que le rodea. Grita, lanza amenazas, aún suplica, pero inútilmente. Lo que esta escondido solo permanece produciendo un miedo y temor como nunca antes lo había sentido. Mientras que sus ojos tratan de ajustarse a la oscuridad, se da cuenta de una nueva sensación.

El calor. Esta al borde de lo insoportable. Un calor que quema y es intolerable. Anhela un poco de agua. Daria cualquier cosa por un trago del precioso líquido y aunque trata de alejar ese deseo de su mente, no obtiene resultado. El aire es espeso, sofocante, sin alivio...y es solamente el segundo día.

Por lo menos piensa que es el tercer día. Parece como que a estado aquí siempre. No ha podido dormir. No puede creer que se encuentra en este lugar. Donde están los amigos que pensó iba a ver? El pensar que estarían aquí contigo le había brindado consuelo durante su vida. Donde está la diversión que pensó tener? No se parece en nada a lo que le hicieron creer. Se tropieza con otro grupo de personas. Abres tu boca para hacer un sin fin de preguntas, pero cuando ellos abren sus bocas no salen palabras, sino sonidos de lamentos y quejidos. Algunos del grupo ni siquiera tratan de responder, solamente crujen sus dientes como por algún dolor invisible.

Desea saber cuando esta pesadilla terminará. Desea saber si alguien pudiera ponerle fin...y es solamente el tercer día.

Cuanto desea el poder enviar un mensaje a sus seres queridos que están en vida. Les advertiría sobre este lugar tan horrible. Les diría como es realmente para que nunca terminaran aquí. El solo pensamiento que sus seres queridos terminen en este lugar es horrendo. No puede evitar regresar en su mente al momento cuando tomó la decisión de venir a este lugar. Entendía que el rechazar a Jesús significaba que pasaría la eternidad en el infierno, pero eso no parecía importante o verdadero en aquel momento.

Al pensarlo bien, se da cuenta de lo tonto que fue al rechazar la oferta de Dios para salvación. Cuanto anhela el poder decidir ahora. Solo confía que sus familiares tomen la decisión correcta, aunque sabe que eso significaría que nunca más los verá…nunca más los abrazará…nunca más hablará con ellos. Que realización más horrible…y es solamente el cuarto día.

Ya se siente agudamente consciente de la total ausencia del bien en este lugar. Nada es sagrado, nada es santo, nada de Dios se puede encontrar. Se sorprende al ver como tan malvada puede ser la maldad. Por primera vez desde su llegada se da cuenta de la gran separación que existe entre este lugar y donde Dios está. La separación está más allá de su entendimiento, mientras trata de comprender el margen de separación que lo separará de Dios y de aquellos que escogieron servirle. Dios está al otro lado de esa separación. Aquellos seres queridos que creyeron en Cristo están al otro lado. Un pensamiento que le llena de soledad…y es solamente el quinto día.

A través de la penumbras pudo observar una nueva cara hoy. Alguien nuevo que acaba de llegar. Se detuvo para hablar contigo. Podía ver el terror en sus ojos. Preguntaba las mismas preguntas que tu hacías solo unos días antes. Abriste tu boca para hablar, pero lo único que salía de tus labios eran sonidos de quejidos y lamentos.

Acaba de pasar sus primeros seis días en el infierno. Desafortunadamente, una eternidad sin felicidad y santidad se presenta delante de ti…y todo por haber rechazado a Jesús. Si tan solo…

!!PERO ESPERA¡¡

El hecho de que este leyendo esto indica que todavía existe una oportunidad! En su misericordia, Dios le esta dando una oportunidad AHORA MISMO para que pueda cambiar el destino de su eternidad. "Porque todo aquel que invocare el nombre se Señor será salvo" (Romanos 10:13).

OH querido amigo, hazlo ahora…antes de que sea muy tarde.

Repite esta oración en voz alta y de todo corazón:

Dios de los cielos, no quiero nunca experimentar ese infierno del cual acabo de leer. Pido perdón por todos mis pecados y acepto a tu Hijo Jesucristo como mi salvador y mi Señor. Creo que el murió por mí y por mis pecados y resucitó al tercer día para salvarme del infierno. Yo me apodero de ese regalo de salvación como todo lo necesario para vivir contigo por la eternidad. Amén.

Te invitamos a que leas los testimonios de personas que han sufrido de estos síntomas en su fase más cruel, encadenados por temores, obsesiones con los pensamientos de suicidarse, temores, angustia y ansiedad.


http://www.ansiedad-suicidio-miedo.com/suicidio/mas-alla-del-suicidio.htm

sábado, 13 de julio de 2013

Madrigal



Madrigal
Gutierre de Cetina


Ojos claros, serenos
si de un dulce mirar sois alabados
¿por qué si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos
más bellos parecéis a aquel que os mira,
No me miréis con ira,
por no parecer menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos
ya que así me miráis
miradme al menos.


martes, 9 de julio de 2013

Casi 30 por ciento de japoneses veinteañeros ha pensado seriamente en el suicidio


Los jóvenes tienen más tendencias suicidas


El 28,4 por ciento de los japoneses veinteañeros ha considerado seriamente suicidarse, según una encuesta del gobierno, informó Jiji Press.

La cifra representa un incremento de 3,8 puntos porcentuales con respecto a un anterior sondeo efectuado en febrero de 2008, y es la más alta de todos los grupos etarios.

El resultado del estudio pone de manifiesto que las medidas para impedir el suicidio deben enfocarse en los jóvenes que tienen dificultades para comunicarse, dijeron funcionarios gubernamentales a cargo de la prevención del suicidio.

Un sector muy próximo al de los jóvenes que tienen entre 20 y 30 años fue el de los cuarentones, 27,3 por ciento de los cuales admitió haber pensando seriamente en quitarse la vida.

También lo han hecho el 25,7 por ciento de los cincuentones, el 25 por ciento de los treintañeros, el 20,4 por ciento de los sexagenarios y el 15,7 por ciento de los septuagenarios.

Link URL: http://espanol.ipcdigital.com/?p=26793
IMAGEN http://espanol.ipcdigital.com/wp-content/uploads/2012/05/Prevencion-del-suicidio.jpg

miércoles, 3 de julio de 2013

En perseguirme mundo, ¿Qué interesas?


En perseguirme mundo, ¿Qué interesas?

Sor Juana Inés de la Cruz


En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?


Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.


Y no estimo hermosura que, vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,


teniendo por mejor, en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.