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viernes, 23 de noviembre de 2018

Diez cosas que los padres pueden hacer para prevenir el suicidio




A medida que los niños se convierten en adolescentes, es más difícil para los padres saber cómo se sienten y qué están pensando. ¿Cuándo los cambios de temperamento se convierten en algo en algo de preocupación?

Es importante saber qué factores pueden poner al adolescente en riesgo del suicidio. Invierta algo de su tiempo en leer estas 10 formas de ayudar a prevenir que una tragedia ocurra. Entre más sepa, estará mejor preparado para entender qué puede poner en riesgo a su niño.

1. No permita que la depresión o la ansiedad de un adolescente aumente sin control.
Tal vez su hijo simplemente esté teniendo un mal día, pero podría ser algo más si dura más de una par de semanas.

Realidad: Nueve de cada diez adolescentes que se quitan la vida habían sido previamente diagnosticados con un trastorno psiquiátrico, más de la mitad de ellos con un trastorno del estado de ánimo como la depresión o la ansiedad.

Las personas deprimidas suelen aislarse, cuando en secreto están llorando para que se les rescate. Muchas veces sienten demasiada vergüenza para comunicar su tristeza a otros, incluidos a mamá y papá. Los hombres en particular pueden intentar ocultar sus emociones debido a la creencia errónea de que exhibir vulnerabilidad es una muestra de debilidad.

No esperemos a que los jóvenes vengan a nosotros con sus problemas. Toque a su puerta, siéntese en la cama y dígale, “Te noto triste. ¿Hay algo de lo que te gustaría hablar? Tal vez te puedo ayudar”.

2. Escuche a su hijo adolescente, incluso cuando no está hablando.
No todos, pero la mayoría de los menores que están pensando en el suicidio (a lo que se le llama ideación suicida) transmiten su estado mental atormentado por medio de conductas conflictivas. Los estudios han descubierto que un rasgo común de las familias destrozadas por el suicidio de un hijo o una hija es la mala comunicación entre los padres y el hijo. Sin embargo, existen por lo general tres o más factores o circunstancias que están presentes al mismo tiempo en la vida del niño cuando él o ella están pensando en quitarse la vida.

Estas incluyen, pero no se limitan a las siguientes:

Pérdida mayor (por ejemplo, rompimiento de una relación o muerte)
Abuso de sustancias
Presión social o parte de pares
Acceso a las armas de fuego
Humillación pública
Una enfermedad crónica
Agresividad o falta de reflexividad
Historial de suicidio en la familia
Si su instinto le dice que un adolescente podría ser un peligro para sí mismo, preste atención a sus instintos y no permita que se quede solo. En este caso, es mejor exagerar que restarle importancia. Lea: Como comunicarse con su adolescente.

3. Nunca ignore las amenazas de suicido como un melodrama típico de los adolescentes.
Cualquier declaración escrita o verbal que diga "Me quiero morir" o "Ya no me importa nada" debe considerarse con seriedad. Con frecuencia, los menores que intentan suicidarse les dijeron a sus padres en repetidas ocasiones que pretendían matarse. La mayoría de la investigación sustenta que las personas que amenazan abiertamente con el suicidio, en realidad no intentan hacerlo y que la amenaza es sólo un llamado desesperado pidiendo ayuda. Aunque esto es cierto en muchos casos, ¿qué padre o madre se arriesgaría a equivocarse?

Cualquiera de estas otras llamada de auxilio requieren de su atención y acción inmediata y de pedir ayuda a un profesional lo más pronto posible:
“Nada me importa”.
“Me pregunto cuántas personas vendrían a mi funeral”.
“A veces quisiera solo dormirme y no volver a despertar”.
“Todos estarían mejor sin mí".
“No tendrás que preocuparte por mí por mucho tiempo”.
Cuando un adolescente empieza a hacer comentarios poco disimulados como esos o directamente admite que está pensando en suicidarse, intente no sobresaltarse (“¡¿Qué, estás loco?!”) ni menospreciar (“¡Qué cosa más ridícula dices!”). Sobre todo, no le diga, “¡No lo dices en serio!”; aunque es probable que usted esté en lo correcto. Esté dispuesto a escuchar sin juzgar a lo que realmente está diciendo, que es: “Necesito tu amor y atención porque siento muchísimo dolor y no puedo con esto yo solo”.

Ver a un hijo tan perturbado podría romperle el corazón a cualquier padre. Sin embargo, el enfoque inmediato debe ser consolarlo; después podrá expresar lo que usted siente. En voz calmada puede decir, “Entiendo. Realmente has de sentir mucho dolor por dentro".

4. Busque ayuda profesional de inmediato.
Si la conducta de su hijo adolescente le tiene preocupado, no espere a comunicarse con el pediatra. Contacte a un proveedor de salud mental en su localidad que trabaje con niños para que le haga una evaluación a su niño lo más pronto posible para que su hijo o hija puedan empezar a recibir terapia o asesoramiento si no corren el riesgo de hacerse daño a sí mismos. Sin embargo, llame a la línea telefónica de ayuda o grupo de apoyo en su comunidad o vaya a la sala de urgencias si usted cree que su niño está considerando seriamente el suicidio o puede hacerse daño a sí mismo. 

5. Comparta sus sentimientos.
Hágale saber a su hijo que no está solo y que todos nos sentimos tristes o deprimidos a veces, incluso las mamás y los papás. Sin minimizar su angustia, reconfórtelo diciéndole que esos malos momentos no durarán para siempre. Dígale que las cosas realmente van a mejorar y que usted puede ayudarle durante la terapia y otros tratamientos para que las cosas mejoren para él o ella.

6. Anímelo para que no se aísle de la familia y los amigos.
La mayoría de veces es mejor estar con otras personas que estar solo. Pero no lo obligue si dice que no.

7. Recomiende el ejercicio.
La actividad física tan simple como caminar o tan vigorosa como levantar pesas, puede aminorar la depresión leve a moderada.

Existen varias teorías que explican por qué:
Hacer ejercicio hace que una glándula del cerebro libere endorfinas, una sustancia que se cree que mejora el estado de ánimo y reduce el dolor. Las endorfinas también reducen la cantidad de cortisol en la circulación. El cortisol que es una hormona que se ha vinculado con la depresión.
El ejercicio distrae a las personas de sus problemas y les hace sentir mejor de sí mismos.
Los expertos recomiendan ejercitarse de treinta a cuarenta minutos al día, de dos a cinco días a la semana.
Cualquier forma de ejercicio funciona; lo que es importante es que los jóvenes disfruten la actividad y lo hagan de forma constante.

8. Anime a su hijo para que no se exija demasiado por ahora.
Hasta que la terapia comience a hacer efecto, es probable que no sea momento para asumir responsabilidades que podrían resultar abrumadoras. Sugiera que divida las tareas grandes en tareas más pequeñas y manejables siempre que sea posible y que participe en sus actividades que disfrute y que le causen menos estrés. El objetivo es volver a fomentar la confianza y la autoestima.

9. Recuérdele a un adolescente que esté bajo tratamiento que no espere resultados inmediatos.
La terapia conversacional o los medicamentos suelen tomar tiempo para mejorar el estado de ánimo, por lo que no debe sentirse desilusionado ni culparse si no se siente mejor de inmediato.

10. Si usted tiene armas de fuego en el hogar, guárdelas en un lugar seguro o cámbielas a otro lugar hasta que la crisis pase.
Realidad: Suicido con armas de fuego entre los jóvenes estadounidense alcanzó su mayor cifra en 12 años en el 2013, en los cuales la mayoría de las muertes involucraban un arma de fuego que pertenecía a un miembro de la familia, de acuerdo con un informe del Centro Brady para Prevenir Violencia con Armas de Fuego. Cualquiera de estas muertes podría haber sido evitadas si el arma de fuego no estuviera disponible.
Si sospecha que su hijo o hija es suicida, sería una buena medida mantener el alcohol y los medicamentos bajo llave; incluso las medicinas de venta libre.




NOTA IMPORTANTE:
BUSQUE LA AYUDA DE DIOS.
¡NUNCA FALLA!


domingo, 2 de febrero de 2014

La Llamada



Demasiado tiempo dando vueltas sin cesar
demasiadas vueltas para pararte a pensar.
El camino que has cogido no tiene final.
El destino lo tenemos pero tienes que acertar.

Tienes siempre una llamada,
pero tienes que buscarla,
Él nunca te quita nada,
te da todo al abrazarla.

BUSCA TU PROPIA LLAMADA
SÓLO TIENES QUE ENCONTRARLA.
QUIEN ESPERA Y PERSEVERA, DE VERAS.
DIOS LE MUESTRA SU TAREA.

Dios no juega con tu vida ni su diversión
es querer hoy una cosa y mañana no.
Cuando crees que ya lo entiendes Él siempre es mayor,
sólo busca sorprenderte y darte lo mejor.

Eres libre y razonable,
pero siempre responsable.
Dios nunca será culpable
de que mires a otra parte.


AUTORES: LA VOZ DEL DESIERTO.


sábado, 10 de agosto de 2013

Las cuatro tácticas del maligno y como defendernos

Para reconocer su influencia.
Uno de los elementos clave en cualquier desafío es entender las tácticas de su oponente y reconocer las sutilezas de la estrategia o movimientos a que pueda recurrir. En la batalla espiritual tenemos que desarrollar alguna sofisticación en reconocer, nombrar y entender las sutilezas de las tácticas comunes del diablo.
Examinemos las cuatro tácticas comunes del diablo.

DECEPCIÓN

Jesús dice que el diablo fue un asesino desde el principio que no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla, habla mentiras según su propia naturaleza, porque es mentiroso y padre de mentira. (Juan 8:44).

El diablo nos engaña con muchas promesas falsas y vacías. La mayoría de ellas están relacionadas con la mentira de que vamos a ser más felices y más plenos si pecamos, o negamos aspectos de la verdad. Cualquier placer viene con el pecado según él. Pero un grande y acumulado sufrimiento viene con el tiempo con casi todas las actividades pecaminosas. Sin embargo, a pesar de esta experiencia, los seres humanos siguen siendo muy ingenuos, parece que amar promesas vacías pone todo tipo de falsas esperanzas en ellas.
El diablo también nos engaña al sugerir todo tipo de complejidades, sobre todo en nuestro pensamiento. Y así pretende confundir y ocultar la verdad fundamental de nuestra acción. Nuestra mente es muy astuta y le encanta disfrutar la complejidad como una forma de evitar la verdad y poner excusas. Así que, la connivencia con el diablo, nos entretiene con infinitas complicaciones con la pregunta “¿Y si esto….? y ¿Qué pasa con eso….?”. Junto con el diablo, proyectamos todo tipo de posibles dificultades, excepciones o potenciales historias lacrimógenas, para evitar insistir en que nosotros u otros debemos portarmos bien y vivir conforme a la verdad.

El diablo también busca engañarnos con “palabras engañadoras”. Y así el desmembramiento y asesinato de un niño por el aborto se convierte en “libertad reproductiva” o “elección”. A la sodomía se llama “gay” (una palabra que se usa para significar “feliz”). A nuestra fe luminosa y a la sabiduría antigua se llama “la oscuridad” y “la ignorancia”. A la fornicación se le llama “cohabitación”. Y la redefinición del matrimonio, es llamada “libertad del matrimonio.” Y así, a través de exageraciones y falsas etiquetas, el diablo nos engaña, y con demasiada facilidad llama bueno, lo que Dios llama pecado.

El diablo también nos engaña a través de la gran cantidad de información. Información no es lo mismo que verdad, y los datos se pueden montar muy hábilmente para hacer imágenes engañosas. Además, algunos datos y cifras se pueden destacar, en exclusión de otras verdades.Y así, la información o datos que son verdaderos en sí mismos, se convierten en una forma de engaño. Los medios de comunicación y otras fuentes de información, a veces ejercen un poder más grande que lo que ellos nos informan. Y esto también es una manera por la que el diablo trae engaños sobre nosotros.

Hacemos bien en evaluar cuidadosamente las muchas formas en que satanás pretende engañarnos. No creas todo lo que piensas o escuchas. Aunque no debemos ser cínicos, debemos ser sobrios, y tratar de verificar lo que vemos y oímos con la verdad revelada de Dios.

DIVISIÓN

Una de las oraciones finales de Jesús fue que seríamos uno (cf. Juan 17:22). Oró esto, en la última cena antes de sufrir y morir por nosotros. En este sentido, destaca que un aspecto principal de su obra en la cruz es la superación de las divisiones intensificadas por satanás. Algunos sostienen que la raíz griega de la palabra “diabólica” (diabolein) significa cortar, arrancar o dividir. Jesús ora y trabaja para reunificar lo que divide el diablo.

El trabajo del demonio en la división comienza dentro de cada uno de nosotros a medida que experimentamos muchas tendencias contrarias, algunas nobles, creativas y edificantes, y otras de base, pecaminosas y destructivas. Muy a menudo, luchamos dentro y nos sentimos desgarrados, como Pablo describe en Romanos capítulo 7: el bien que quiero hacer, no lo hago… y cuando trato de hacer el bien, el mal está a la mano. Esta es la obra del diablo, dividirnos en nuestro interior.

Y, por supuesto, el ataque del diablo contra nuestra unidad interna, se derrama en muchas divisiones entre nosotros externamente. Hay muchas cosas que ayudan a manejar esta división, y el diablo seguramente se nutre de todas: la ira, las heridas del pasado, resentimientos, miedos, malos entendidos, la codicia, el orgullo y la arrogancia. Existe también la impaciencia que tan fácilmente desarrollamos sobre nuestros seres queridos, y la noción errónea de que de alguna manera, debe buscarse gente más perfecta y deseable. Y así muchos abandonan sus matrimonios, familias, iglesias y comunidades, siempre en busca de la meta esquiva en la búsqueda de personas y situaciones mejores y más perfectas.

Sí, el diablo tiene un día de campo tocando toda una plétora de tendencias pecaminosas en nosotros, pero su objetivo siempre es dividir dentro de nosotros mismos y entre nosotros mismos. Haremos bien en reconocer que, cualesquiera que sean nuestras luchas con los demás, todos compartimos un enemigo común, que busca dividir y destruirnos. Como escribe San Pablo: porque nuestra lucha no es contra la sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12).

DISTRACCIÓN

Ser distraídos es apartarse de lo que es nuestro principal objetivo o tarea. Y para todos nosotros, el objetivo más importante es Dios y las cosas buenas que nos esperan en el cielo. Nuestro camino es hacia el cielo, en el camino de la fe y la obediencia a la verdad, al amor a Dios y amor al prójimo. Y así el diablo hace todo lo que puede para distraernos, es decir, alejarnos de nuestro único objetivo verdadero.

Lo hace cuando estamos absortos en las cosas pasajeras del mundo. Así que muchos afirman que están tan ocupados que no tienen tiempo para orar o ir a la iglesia, o buscar otras formas de alimento espiritual. Llegan a estar tan absorbidos por las cosas del mundo que pasan por alto la realidad duradera que se avecina.

Las ansiedades y temores también nos causan muchas distracciones. Y por esto, el diablo hace que nos fijemos en los temores acerca de las cosas que pasan, y temor del juicio que nos espera. Jesús dice: No temáis a los que matan el cuerpo. Temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno (Mateo 10:28). En otras palabras, debemos tener una santa reverencia y temor dirigidos hacia el Señor, y de esta manera, muchos de nuestros temores se verán en mejor perspectiva, o van a desaparecer por completo. Pero en esta cuestión del miedo, el diablo dice todo lo contrario: debemos temer 10.000 cosas que nos pueden afligir en este mundo que pasa, y que no pensemos en absoluto en la cosa más importante para nosotros, nuestro juicio.

En el corazón de toda la desviación está que el diablo quiere que nos enfoquemos en las cosas menores para evitar centrarnos en las cosas más grandes, como una decisión moral y la dirección general de nuestra vida.
Una vez más, tenemos que aprender a concentrarnos en lo más importante, y decisivamente negarnos a ser desviados a cosas menores.

DESALIENTO

Como seres humanos, y desde luego, como cristianos, debemos tener grandes aspiraciones. Esto es bueno. Pero como en todas las cosas buenas, satanás intenta a menudo envenenar lo que es bueno. Para tener altas aspiraciones, también es cierto que a veces nos falta la humildad para reconocer que hay que hacer un viaje a lo que es bueno y lo mejor. Demasiado fácil entonces, satanás nos impacienta con nosotros mismos y con los otros. Y, con nuestras aspiraciones, que esperamos se cumplan en el tiempo más rápido, llega la falta de caridad para con nosotros mismos o para otros. Algunos se desaniman con ellos mismos o con los otros y renuncian a la búsqueda de la santidad. Otros renuncian a la iglesia debido a las imperfecciones encontradas allí.

El diablo también nos desalienta, porque las aspiraciones son generalmente abiertas. El hecho es que siempre hay margen de mejora, y siempre podemos hacer más. Pero aquí, el diablo entra, pues, cuando podemos hacer más, también es posible pensar que no hemos hecho lo suficiente. Y así el diablo nos desalienta, siembra en nuestros pensamientos exigencias poco razonables en cuanto a lo que podemos o debemos hacer en el día a día.

El diablo también nos desalienta a través de cosas simples, como la fatiga, los fracasos personales que todos experimentamos, contratiempos, y otros obstáculos que son comunes a la condición humana, y comunes a vivir en un mundo caído, con recursos limitados.

En todas estas formas el diablo trata de desanimarnos, para querer, en algún nivel, que renunciemos. Sólo un sentido bien desarrollado de la humildad puede ayudar a salvarnos de estas obras desalentadoras de satanás. Porque el hecho es, que la humildad, que es la reverencia por la verdad sobre nosotros mismos, nos enseña que crezcamos y nos desarrollemos lentamente y por etapas, y de hecho, hay contratiempos, y vivimos en un mundo que es duro, y lejos de ser perfecto . El reconocimiento de estas cosas, y ser humildes, nos ayuda a apoyarnos más en el Señor, y confiar en su ayuda providencial, que crece en nosotros gradualmente.

Fuentes: Mons. Charles Pope, Signos de estos Tiempos

http://forosdelavirgen.org/68043/las-cuatro-tacticas-del-maligno-y-como-defendernos-2013-08-07/


VER TAMBIEN: CARTAS DEL DIABLO A SU SOBRINO
http://www.reinadelcielo.org/downloads/cartas.pdf


sábado, 25 de mayo de 2013

¿Puede una madre sobrevivir el suicidio de un hijo?


DIOS me ha dado la fuerza para soportar la acusación que llega cada segundo a mi mente. ¡Quiera DIOS que una madre joven este leyendo esto! Y... se decida a ser una madre completa. Es mejor velar las 24 horas por tus hijos, creo que DIOS nos ha dado esa misión y ese don.

Mamita joven, si estás leyendo esto, me mantiene con fuerza la esperanza de que yo pueda ayudar a salvar la vida de un pequeño, que como el mío también esté sufriendo. DIOS me permita que con mi testimonio y mi tragedia, una linda mamá joven, vea la maternidad de otro punto de vista, no como muchas jóvenes de ahora que solo piensan en sí mismas.

Si en aquel tiempo mi pequeñito sufrió, ahora que la gente esta distraída y estresada con tantas cosas; estoy 100 por ciento segura, que ahora hay muchos   más niños, en el silencio sufriendo... DIOS quiera, mamá joven, que tú no seas ciega y sorda como yo.

Vale más la vida de tus hijos, aunque tengas que pedir limosna: no te alejes, no los pierdas de vista, jamás te apartes de ellos... siempre que los veas tristes pregúntales que les pasa. Nunca le dejes tus hijos a nadie sin que tú estés presente. No te arrepentirás.

Mi CRISTO BENDITO me ha dado la fuerza para seguir adelante. Cada vez que oigo reír a un niño, me acuerdo de mi Antonio, se me desgarra el corazón de tristeza; pero vuelvo a la vida al pensar que su madre sí lo protegerá. Un niño, un hijo, un hombre que sí será feliz...


viernes, 15 de febrero de 2013

Dawn Eden: El amor de Cristo me había salvado de una depresión suicida



Dawn Eden se convirtió al catolicismo y se consagró a predicar la castidad. Pero había algo en su vida que no había revelado.

Como contó en su día a Religión en Libertad, Dawn Eden, neoyorquina, de origen judío, periodista especializada en música rock, y defensora y ejercitante de la libertad sexual más absoluta, se convirtió al catolicismo en 2006 y se convirtió en un apóstol de la virtud contrapuesta, consiguiendo un gran éxito con su libro de 2008 La aventura de la castidad.

Entonces contó buena parte de lo que había sido su vida anterior (abrazó la fe a los 31 años): "Me atreví entonces a contarle a la gente cómo el amor de Cristo me había salvado de una depresión suicida y me había dado fuerzas para romper con un estilo de vida sexualmente degradante", dice hoy, cuando se acerca ya a los cuarenta.

Pero hubo algo que no contó porque no estaba preparada, y sí ha dado a conocer ahora, al publicar una nueva obra, Mi paz os doy, que lleva el imprimatur del cardenal Donald W. Wuerl, arzobispo de Washington, y ofrece una espiritualidad católica para las personas heridas por el abuso sexual infantil: "En este libro comparto también mi historia como víctima de abusos sanada a través de Cristo y su Iglesia", confiesa.

En el texto recuerda que hubo santos que también padecieron algún tipo de abuso o trauma infantil -no necesariamente sexual-, desde doctores de la Iglesia como Santo Tomás de Aquino o San Bernardo, a otros menos conocidos como Santa Margherita Castello (1287-1320) o Santa Josefina Bakhita (1869-1947). Aunque no fue ninguno de ellos quien sobre todo la rescató, sino la historia de la niña Beata Laura Vicuña (1891-1904), nacida en Chile y muerta en Argentina, y cuya vida se recoge, entre otros, en el libro Santos de pantalón corto de Javier Paredes (HomoLegens).

"Aunque, cuando me convertí, muchos alabaron mi honestidad sobre mi pasado, evité cuidadosamente revelar el dolor escondido que me impedía experimentar completamente la alegría cristiana. Si hubiese sido totalmente abierta, habría tenido que revelar que siendo niña sufrí abusos sexuales", explica Dawn: "Los abusos me dejaron un trastorno por estrés postraumático, que se manifestaba en forma de ansiedad, fobias sociales y flashbacks, además de crisis emocionales en las que me culpaba y acusaba a mí misma de mi propia condición de víctima".

"Llevar mis problemas al Señor me ayudaba", continúa en su blog en Patheos, "especialmente cuando descubrí una antigua oración llamada Anima Christi [la ignaciana Alma de Cristo] que pide ´Dentro de tus llagas escóndeme´. Me daba esperanzas saber que en el traspasado Corazón de Jesús había un lugar para mi corazón herido".

Con todo, el alivio de Edén no era completo. Hasta que un día de diciembre de 2010, hojeando el libro de un amigo, se encontró con "la historia de una niña sudamericana que hizo pedazos mis prejuicios sobre la santidad".

Entre los nueve y los trece años, Laura Vicuña fue asaltada, sin éxito, por el violento amante de su madre, quien se negaba a dejarle a pesar de que conocía las luchas de Laura por escapar de Manuel y los castigos a los que éste las sometía a ambas como venganza. En una ocasión, la madre quiso obligarla a que bailara con él para evitar las consecuencias.

Dawn dice que quedó "chocada" al ver que era muy similar al suyo: "El amante de mi madre abusó de mí. De hecho, es una situación habitual entre las víctimas: una niña que vive con su madre sola y con pareja tiene una probabilidad veinte veces mayor de sufrir abusos que una que vive con ambos padres biológicos".

"Me impresionó profundamente saber que la Iglesia había reconocido la santidad de una niña cuyos sufrimientos eran como los míos. También podía identificarme con Laura en su respuesta a los abusos: ella buscaba la presencia de Cristo en la Eucaristía. No hay que tener mucha imaginación para suponer que, al elevar su mirada del sagrario al crucifijo, también se sentiría acogida en las heridas de Jesús".

Poco antes de morir, tras recibir la comunión, Laura Vicuña quiso hablar con su madre y le reveló que la perdonaba y que había ofrecido su vida a Dios por su conversión. "El testimonio de valentía de Laura me dio el coraje que necesitaba para ofrecer el mío en Mi paz os doy", un testimonio que ella brinda también para ayudar a quienes han sido víctimas de abuso por parte de algunos sacerdotes o religiosos.

"Muchas víctimas precisan ayuda psicológica, pero sus heridas principales son espirituales y requieren curación espiritual. Todo el que ha sufrido un trauma cualquiera sabe que incluso las heridas que están por sanar son santificadoras si se las lleva a la luz del Cristo herido y resucitado. Los santos", concluye, "nos muestran.

martes, 15 de enero de 2013

El camino de Devin Rose: ateo orgulloso, agnóstico deprimido, protestante dudoso, católico ferviente



Devin Rose nació en una familia de tradición cristiana, entendiendo con eso que lo eran sólo de nombre. De hecho, en casa le habían inculcado que los hombres provenían de una evolución del "fango original". Por eso, no es de maravillarse que en su adolescencia, una vez obtenido el uso de razón, Devin se haya declarado con orgullo no creyente. Había nacido un ateo.

Su paso por la escuela secundaria le ayudó a envalentonarse aún más en esta posición, dado el supuesto amplio consenso de sus compañeros en este campo. Pero al llegar a la universidad, algo pasó. A pesar de tener éxito en aquello que realizaba (buenas notas, una novia bonita, el amor de su familia, un montón de amigos,…) había algo que no funcionaba: «empecé a ser devorado por la ansiedad», cuenta él mismo.
«Me ponía nervioso en las reuniones sociales, en los restaurantes, en el cine; incluso estando en clase. Mi estómago se agitaba y tenía miedo de tener que salir corriendo de la clase, poniéndome en ridículo delante de todos».

Con el paso del tiempo, esta ansiedad no hizo sino aumentar, llegando a verdaderos ataques de pánico, aparentemente sin ningún motivo. Llegó incluso a desear la muerte: él, un estudiante de honor, con beca completa, atleta talentoso y rodeado de buenos amigos y el amor de su familia.

Ante esta situación, por fin se enfrentó a su ateísmo, que para él era ahora sinónimo de su desesperación: «La delgada capa de la comodidad, la prosperidad y el bienestar general me habían protegido siempre en mi vida de enfrentarme a las terribles conclusiones existenciales de mi visión del mundo. Un día, en un inquietante "sueño despierto", vi ante mí, de manera total, la oscuridad, una vacía manifestación viva de mi desesperación».

En medio de este dolor, acudió a su madre y le abrió su alma: «Doy gracias a Dios ahora que, incluso en la desesperación, me dio una madre cariñosa a la que podría acudir en una situación en la que pensaba que no tenía otro lugar adonde ir». Juntos, acudieron a un psicólogo –otro palo para Devin, que miraba con desdén a las personas que acudían a uno– y la terapia empezó a dar sus resultados.

Pero la evolución era positiva sólo en parte. De hecho, sus ansiedades seguían ahí. Y fue entonces cuando aceptó su problema: era clínicamente depresivo, una lucha que se le presentaba titánica e interminable.

«Creía que mis problemas eran sólo un producto químico en mi cerebro, pero ya había intentado todas las tácticas posibles para vencer la ansiedad y no habían funcionado. Mi otrora confiable inteligencia me había fallado por completo, así que me enfrenté a una elección: o me suicido o trato de creer en Dios».

Con esta dicotomía ante el camino, el antes ardiente ateo se lanzó a la empresa de creer: «Sabía que si Dios no existía, tratar de creer en él no iba a funcionar, pues sería sólo una táctica mental más entre la multitud que había intentado antes, sin éxito alguno. Y aunque pedir ayuda a Dios era algo que sublevaba mi interior, no teniendo nada que perder, le di una oportunidad». Y así, después de muchos años, Devin lanzó su primera oración: «Dios, tú sabes que yo no creo en ti, pero estoy en problemas y necesita ayuda. Si eres real, ayúdame».

Al principio, el resultado de sus oraciones fue nulo, por lo que, irónicamente, le confirmó en su ateísmo. «Pero cuando se está en el océano y todo lo que tienes es un salvavidas, por pequeño que sea, ésa es la única esperanza que tenemos». Así que continuó a orar.

Así, poco a poco, se atisbaron ligeros signos de mejoría. Y aunque en su interior los pretextos ateos se revelaban y querían romper ese arbolito que empezaba a crecer, Devin se decía que debía darle una oportunidad a la fe. Así que se protegía y continuaba con su oración, acompañada de la lectura de la Biblia.

Su compañero de cuarto en la universidad era un fiel bautista (protestante) y le empezó a llevar a su iglesia todos los domingos. Aunque seguía sintiendo ataques de ansiedad, se hizo violencia para permanecer en las reuniones y, sorprendentemente, su fe comenzó a fortalecerse y crecer, aunque estaba sumergido en un mar de dudas. Al final de ese año, Devin se consideraba ya, sin lugar a dudas, un cristiano.

Libro de Devin sobre el protestantismo  Fue en ese momento cuando Dios se hizo presente: «Dios se precipitó y era como nada de lo que antes hubiera podido experimentar. Me dio el coraje y la fuerza para afrontar mis ansiedades y empezar a superarlas […] Dios me dio esperanza para hacerle frente a mi desesperación, y la fe y el amor empezaron a sanar mis profundas heridas». En otras palabras: se topó con el amor de Dios. Al final de ese año, se bautizó en la iglesia bautista, dándole un nuevo rumbo a su vida.

Pero Dios no se detuvo ahí; quería que Devin se encontrase definitivamente con Él dentro de la Iglesia Católica. Ya desde el inicio nació en él la duda de por qué habían tantas divisiones y denominaciones dentro del cristianismo. Así se lo hizo notar a Matt, un buen amigo suyo bautista, considerado líder entre su grupo. Pero él no supo responderle.

Su anhelo por la verdad le carcomía el alma y no le dejaba en paz ver las divergencias en las predicaciones entre los diversos cristianos. Buscó ayuda en su lectura de la Biblia… pero también ahí se dio cuenta que unas confesiones la veían de una manera y otros de otra.

La pregunta de fondo no era baladí: ¿quiénes están realmente guiados por el Espíritu Santo? Porque el Espíritu Santo es «el Espíritu de Verdad», y la Verdad es una. ¿Cómo, entonces, producía tantos efectos?

Tras mucho pensar y orar, Devin decidió investigar qué denominaciones habían tenido la osadía de afirmar que eran la Iglesia que tenía la plenitud de la verdad. Su iglesia bautista ciertamente no lo decía, pero los católicos, los ortodoxos y los mormones sí que lo habían hecho. Sin habla ante los resultados y con mucho temor, empezó a investigar a la Iglesia Católica.

Durante mucho tiempo debatió con amigos protestantes, haciendo todo lo posible por no volverse católico. Pero mientras más estudiaba, más cuenta se daba de la autenticidad de la Iglesia. Y así, después de recibir una buena catequesis, fue recibido en la Iglesia en la Pascua del 2001, ceremonia a la que asistieron algunos de sus amigos protestantes.

Hoy, después de diez años de católico, Devin no puede sino ver con gratitud el camino recorrido: «Mi "Camino a Roma" comenzó con el riesgo de que Dios fuese real. Continuó con el descubrimiento de que Él me amó y de que era digno de mi confianza. Hoy, puedo decir que, después de vivir la fe católica desde hace diez años, mi confianza en Cristo y en Su Iglesia se ha vuelto cada día más fuerte».


miércoles, 8 de agosto de 2012

Consejo del Papa para vivir las vacaciones





No dejéis de meter el evangelio en vuestras maletas.

El Papa dijo que salir de vacaciones, no se trata de irse por irse para encontrar descanso, más bien se trata de vivir de una manera nueva nuestras relaciones con nuestros prójimos, con Dios, tomando el tiempo que esto requiere.

Recordó que en el pasaje evangélico, en el que Jesús dice:”Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados”, el Papa nos invitó a leer este evangelio como fuente de descanso y serenidad para las vacaciones sabiendo que la fe en su presencia nos ofrece la serenidad de quien se sabe siempre amado por el Padre.

Dejemos amplio espacio a la lectura de la Palabra de Dios, en particular al Evangelio, que no dejaréis de meter en vuestras maletas en estas vacaciones.

¿Cómo podemos concretar estas consignas del Papa?

Dar mayor importancia al diálogo y escuchar sin mirar el reloj: En tiempo de vacaciones las conversaciones pueden y deben ser más relajadas y aprovechar el tiempo de descanso para tratar temas más profundos. 

Recordar los abuelos y amigos: En las vacaciones se pueden crear lazos de unión mucho más estrechos e íntimos entre padres e hijos, entre nietos y abuelos, entre tíos y primos.

Debemos disfrutar las vacaciones con sobriedad y con agradecimiento como exigencia moral de un mínimo de apoyo con los que no las tienen porque no pueden.

La vida cristiana, no lo olvidemos, es el tesoro más grande que Dios nos ha dado por ello no abandones los sacramentos de la Eucaristía y la confesión.

Procura cada día que una frase del Evangelio te guíe a lo largo de la jornada.

Dios no se toma vacaciones en su búsqueda de amor al hombre. Las vacaciones pueden ser tiempo excepcional para salir al encuentro de Cristo en los demás. Y es que en verano, seguimos siendo cristianos. Es más, tenemos una magnífica oportunidad de serlo y de demostrarlo: no te olvides de los que sufren por la enfermedad o dolor del alma, puedes aprovechar este periodo para visitarlos.

Reza por las vocaciones y por los misioneros: El verano es el momento en que miles de jóvenes hacen la experiencia vocacional para descubrir el llamado de Dios ya sea al sacerdocio, a la vida religiosa o consagrada. Cientos de jóvenes dejan sus vacaciones para dedicarse a la evangelización ahí donde haga falta.

Les deseo buenas y santas vacaciones. 

                                                                       Mayra Novelo de Bardo

domingo, 15 de julio de 2012

Líder de Tiennanmen pierde su fe comunista, y al borde del suicidio, abraza el cristianismo




Confiaba en el sistema comunista, pero cuando el ejército disparó a su propia gente y acabó con vidas inocentes, todos sus sueños se esfumaron. 
Bob Fu podría haber sido uno de los caídos en la masacre de la Plaza de Tiennanmen, si no fuera porque su novia (su actual esposa) no hubiera enfermado pocos días antes de que el gobierno chino enviara al ejército para sofocar las manifestaciones estudiantiles por la democracia.
Aunque él no estuvo en la plaza aquel día, la masacre cambió la vida de Fu – fue el momento en el que perdió la fe en el comunismo. Su detención posterior le condujo a su conversión al cristianismo y a su fuga de China.
Ahora Fu dirige en Estados Unidos la fundación China Aid, que busca ayuda internacional para los cristianos en China.
Fu ha hablado con el programa de televisión “Dios llora en la Tierra” de la Catholic Radio and Television Network (CRTN), en colaboración con Ayuda a la Iglesia Necesitada, sobre su vida en China y sobre el futuro para los cristianos de su patria.

- Usted fue uno de los líderes estudiantiles en la Plaza de Tiennanmen. ¿Puede contarnos lo que ocurrió?
-  Sí, en aquel momento, junto a muchos otros cientos de miles de estudiantes chinos, estaba en la Plaza de Tiennanmen y protestábamos básicamente contra la masiva corrupción en el gobierno chino y también buscábamos libertad y democracia y derechos humanos. Las manifestaciones – mantenidas durante varias semanas – se toparon, en la madrugada del 4 de junio de 1989, con los tanques y cientos de miles de soldados chinos del Ejército de Liberación del Pueblo. Los soldados comenzaron a disparar a su propia gente. Yo había dejado la Plaza de Tiennanmen tres días antes de que ocurriera la masacre porque mi novia, ahora mi mujer, estaba muy enferma.

- ¿Qué pasó tras aquello?
- Después de la masacre, estuve básicamente bajo “detención suave”, como ellos la llaman. Se formó un equipo especial de interrogadores para investigarme e interrogarme día y noche y no se me permitía ir a mis clases en la universidad. Cada día era tratado como un preso; querían doblegarme y que firmara una confesión. También se me exigió que informara sobre todos los que estaban implicados en el movimiento estudiantil.

- Al final, ¿se doblegó?
- Al final no fue el Partido Comunista el que verdaderamente me doblegó, sino el Espíritu Santo. Por lo que di un cambio revolucionario a mi vida.

- ¿Perdió la fe en el sistema?
- Sí, lo hice porque había puesto mi esperanza en el sistema. Intenté mostrarme activo en el campo político e intenté cambiar el Partido Comunista uniéndome a las actividades del partido.

- ¿Creía en él?
- Sí, confiaba en el sistema para cambiar el sistema pero, cuando el ejército disparó a su propia gente y se acabó con vidas inocentes, todos nuestros sueños se rompieron y de la desilusión a la desesperación casi me suicidé, hasta que llegué a conocer a mi Señor Jesucristo.

- ¿Cómo llegó a conocer a Jesús?
- Ocurrió en el momento en que mi vida estaba en crisis. No sabía cómo iba a sobrevivir a la siguiente tanda de interrogantes. Había intentado cambiar a los demás pero muchos de mis así llamados amigos me traicionaron para demostrar su lealtad al Partido Comunista. Así que estaba lleno de odio. Quería matarlos y luego matarme a mí mismo. Fue en aquel momento que alguien me dio un libro – una biografía de un pastor chino. La trajo, pasada de contrabajo, un norteamericano cristiano, profesor mío, que enseñaba inglés en nuestro departamento. Leer aquel libro le dio la vuelta a mi vida.

- Usted sólo dijo: “Sí, Señor”.
- Sí, y el libro narra cómo un antiguo adicto a las drogas, un intelectual muy avezado, llegó a abrazar la fe cristiana y se transformó totalmente y llegó a una nueva creación en Jesucristo.

- La policía china, la policía secreta, descubrió su escuela bíblica. ¿Qué ocurrió?
- Oficialmente yo era profesor de inglés en la Escuela del Partido Comunista Chino de Pekín. Durante el día pasaba varias horas enseñando inglés a líderes del Partido Comunista. La tarde y el resto de mi tiempo y el fin de semana lo pasábamos ocupados en preparar pastores – una escuela bíblica clandestina – hasta que fue descubierta por la policía secreta china. En mayo de 1996, mi esposa y yo fuimos arrestados y encarcelados.

- Encarcelado de nuevo. ¿Qué ocurrió? ¿Cómo fue para usted?
- Fue duro. Los primeros tres días y las primeras tres noches, intentaban no dejarte dormir en ningún momento. Era la privación de sueño para quebrantar tu voluntad y así llevarte a la sala de interrogatorios y cada interrogador ocupa su turno para interrogarte sin parar.

- ¿Qué querían que les revelara? ¿Era información o simplemente que renegara de su fe cristiana?
- Quería que les revelara cuántos cristianos había en mi iglesia. ¿Cuántos estudiantes? ¿De dónde venían? ¿Quién lo financiaba? ¿Quiénes eran los profesores? Básicamente querían que traicionara a mis hermanos y hermanas cristianos. Hicieron lo mismo con mi mujer. Constantemente me recordaban: “Tu mujer está en otra habitación. Si no nos revela nada, ella se quedará encarcelada allí”.

- ¿Sufrió usted torturas físicas?
Realmente no, en comparación con muchos pastores de la iglesia, porque, en cierto sentido, me miraban como un intelectual. Tenían incluso un título en derecho y no dejé de recordarles que debían obedecer la ley o en caso contrario les perseguiría hasta que me soltaran.

- Como San Pablo diciendo: “Soy romano”.
- Sí, sí, así es cómo los recuerdo. Fue duro, pero no lo describiría como tortura. No me dejaban dormir y fui maltratado algunas veces pero hasta ahí llegó el trato que recibí.

- Quiero hablar un poco sobre las comunidades cristianas y cómo viven actualmente estas comunidades su fe. Sabemos, con estimaciones conservadoras, que hay cerca de 70 millones de cristianos. ¿Es una estimación conservadora? ¿De qué número podíamos estar hablando realmente?
- Sabemos por el antiguo director nacional de la Administración Estatal para Asuntos Religiosos, el señor Ye Xiaowen, que en el 2007 el número de cristianos chinos había alcanzado ya los 130 millones incluyendo a los católicos. Así que siendo conservadores se puede hablar de entre 70 y 130 millones. Solo en Pekín, me encontré con un pastor muy respetado de la iglesia internacional y, antes de que dejara China, le dijo el director de la Oficina de Asuntos Religiosos que solo la ciudad de Pekín tenía más de 9.000 iglesias-hogar. Así que este crecimiento no tiene precedentes. En 1949, cuando el Partido Comunista tomó el poder, había menos de un millón de cristianos, y cuando consideramos que, incluso siendo conservadores, hay un crecimiento de 70 millones – es un gran crecimiento en 60 años.

- ¿Pero en ocasiones se reprime con violencia a los cristianos?
- Sí, aunque para ser justos, en los últimos 30 años ha habido cambios positivos y avances no sólo en cuanto a prosperidad económica, sino también en términos de libertad religiosa. Sin embargo, en general, la libertad religiosa no deja de tener problemas. Hay todavía una extensa persecución en muchas zonas de China.

- Usted huyó de China. ¿Qué le llevó finalmente a abandonar su patria?
- Fuimos encarcelados durante dos meses. Debido a la presión internacional y a que no fueron capaces de tener evidencias sólidas para procesarnos, fuimos puestos en libertad. Descubrimos que la vida fuera de prisión era mucho más dura que dentro. Nos llevaban a la comisaría de policía una y otra vez y, básicamente, querían que fuéramos informadores. Teníamos que informar de cada llamada telefónica, de cada visitante. Era muy duro.

En una ocasión los de seguridad nos llevaron a mi esposa y a mí a un parque y nos recordaron que podían arrestarnos en cualquier momento. Una fuente de dentro nos informó que estábamos en la lista para volver a ser arrestados por nuestra falta de cooperación. Mi esposa en aquel momento estaba embarazada y no tenía una tarjeta de permiso de embarazo.

- Por encuadrar el tema: ¿Qué es este permiso de embarazo y cómo actúa en la política de un único hijo?
-  El gobierno chino ha llevado a cabo este control de nacimientos, o la política de un único hijo, basado en la teoría de que hay recursos limitados y que la única forma de que la población existente logre el bienestar económico es limitar el tamaño de la población. Así que, en general, permiten que cada familia tenga solo un hijo.

Por eso cuando quieres tener tu primer hijo tras el matrimonio, tienes que pedir una tarjeta de permiso de embarazo – una tarjeta amarilla para que tu esposa pueda quedarse embarazada legalmente. En caso contrario, será arrestada y obligada a abortar.

La tarjeta de permiso de embarazo es concedida por la unidad laboral de la mujer y como mi esposa, Heidi, había sido despedida de su escuela de graduación de la Universidad del Pueblo debido a su encarcelamiento, no podía conseguir el permiso de embarazo.

- ¿Simplemente no se le daba el permiso?
No, e intentamos encontrar médicos cristianos que trabajaran en un hospital de Pekín, y lo intentamos en un hospital que tenía un médico cristiano, pero el médico simplemente no podía ayudarnos por miedo a perder su trabajo si accedía a cuidar a mi esposa.

- ¿Así que se enfrentaban a un aborto?
Sí, por lo que tuvimos que escapar en medio de la noche saltando del cuarto de baño de la segunda planta de este edificio alto.

- ¿Usted huyó a Hong Kong y, luego, de Hong Kong a Estados Unidos?
Sí, salimos primero de Pekín y nos ocultamos en el campo porque no teníamos pasaporte ni documentos de viaje. Nos imaginábamos que nunca podríamos salir de China, pero, Dios nos mostró su milagro y con un montón de oraciones y muchas ayudas, pudimos llegar a Hong Kong y, luego, en 1997, a Estados Unidos.

- Quisiera volver a la cuestión de la política de un único hijo. ¿Qué impacto tiene en la sociedad china?
Creo que el impacto se manifiesta en diferentes aspectos. El primero: el concepto tradicional chino de la importancia de tener un chico. Cada familia quiere tener un hijo y esto ha causado un gran desequilibrio entre las poblaciones masculina y femenina.

Segundo: Hay una crisis enorme de padre envejecidos. Una pareja tiene ahora que mantener a dos familias de padres debido a esta política de un único hijo. Tercero: Hay una práctica masiva de esterilización forzada y de abortos. El año pasado, salió a la luz un informe de que cerca de 20 millones de bebés habían sido abortados y el aborto se llevaba a cabo hasta a los nueve meses.

Yo, personalmente, tuve una conversación con una señora cristiana, la esposa de un pastor, que contaba que había estado en un hospital embarazada de ocho meses y, al lado de ella, había otra señora que estaba embarazada de nueve meses. Aquella noche 80 mujeres embarazadas fueron obligadas a abortar inyectando veneno al feto. Este es un asesinato a escala masiva.

- ¿Qué hace esto a la psicología de la nación?
- Esta es otra ramificación de tal política. Estas mujeres se deprimen y la tasa de suicidios es muy alta. Esta política de un solo hijo fuerza a los padres a estropear a este único hijo creando un niño muy egocéntrico. El año pasado, la revista Time tenía un artículo sobre la política china de un solo hijo: “La Generación ‘mi’ de China”. Esto ha creado una generación egoísta – una generación centrada en el “mi”. Las ramificaciones de esta política apenas acaban de empezarse a manifestar y a crear otro enorme problema social.

- ¿Viene del extranjero la financiación para esta política de un único hijo, y de dónde?
- La política de un único hijo es por supuesto una política nacional del gobierno central, aunque, irónicamente, una gran parte de la financiación viene de organizaciones internacionales como el Fondo de Población de las Naciones Unidas, que ha donado centenares de millones de dólares.

Los Estados Unidos proporcionan financiación y 40 millones de dólares van a China para ayudar a llevar a cabo la pol&iacu te;tica un solo hijo. De esta forma, los países occidentales son cómplices de esta política.

- ¿Por qué tiene el gobierno tanto miedo al cristianismo?
- Espiritualmente hablando, la oscuridad disminuye cuando se acerca la luz, por eso la oscuridad odia la luz. Los cristianos muestran integridad, amor y perdón y para la “oscuridad” esto es un desafío y una amenaza para su mantenimiento del poder: una lucha entre el bien y el mal. En la historia china, el cristianismo es visto como algo extranjero (yang jiao) y el gobierno chino, especialmente el comunista chino, se adhiere a la ideología atea – especialmente anticristiana. A través de la propaganda política utilizan la ideología para oprimir a los cristianos. Presentan a los cristianos como enemigos del pueblo, que colaboran con Occidente para derrocar al gobierno chino.

Incluso las actividades benéficas de los cristianos no son reconocidas o dejadas de lado por el gobierno. Durante el terremoto, los cristianos que ayudaban fueron arrestados por simplemente rezar por las víctimas. Hay por tanto diversas de opresión e intimidación a las comunidades cristianas. He oído que, tras el colapso de la Unión Soviética y de Europa oriental, el gobierno chino se puso muy nervioso.

- ¿Por qué ven en ello un ejemplo de lo que podría ocurrir?
- Sí, decían: ayer fue el hermano mayor, después será el hermano pequeño, es decir, China.

- ¿Puede el cordero cristiano domesticar al dragón chino? ¿Abriga esperanzas para el cristianismo y para su país?
- Tengo muchas esperanzas. Creo que el Evangelio de Jesucristo es imparable. Se puede atar físicamente a muchos cristianos, enviarlos a la cárcel o a campos de trabaj o, pero resulta que Dios vuelve estas cárceles y estos campos de trabajo en campos de cosecha. Así es como muchos han llegado a conocer al Señor, en estos campos de trabajo.

Por eso soy muy optimista, y creo que China en el siglo XXI no será sólo un país que reciba misioneros, sino que también, en un futuro próximo, China se preparará para llevar de nuevo el Evangelio a Jerusalén, y puede convertirse en un país de envío de misioneros a todo el mundo. Soy muy optimista.

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Esta entrevista fue realizada por Mark Riedemann para “Dios llora en la Tierra”, un programa semanal radiotelevisivo producido por la Catholic Radio and Television Network en colaboración con la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Más información en www.ain-es.org, www.aischile.cl