viernes, 25 de agosto de 2017

¿Qué fue lo que salvó a Luca?




Por casualidad, y movido por la curiosidad, escuché un CD sobre el ayuno y mi vida cambió diametralmente, un cierto miércoles. Por muchos largos años mi pensamiento estuvo esclavizado con la idea del suicidio, hostigado por el constante deseo de terminar con mi vida. Padres divorciados, inseguridad afectiva, dificultades laborales y económicas… y para completar el cuadro, grandes desviaciones espirituales.

Incursioné en varias disciplinas de la Nueva Era, pero gracias a Dios sin nunca practicarlas a fondo: curación tetha, renacimiento, canales de chacras, sokka gakkai, reiki y tantas otras prácticas, todas basadas sobre los principios del espiritismo, del ocultismo y de la magia. Le había abierto la puerta de mi vida a las tinieblas que me sugerían que no estaba hecho para vivir y que todo lo que emprendiera estaba de antemano condenado al fracaso.

Durante mi infancia había oído hablar de Medjugorje y sabía que la Virgen pedía la oración del Rosario y la práctica del ayuno para tener la paz del corazón. ¿La paz del corazón? ¿Sería acaso posible que yo también la obtuviera? Intenté profundizar sobre el tema por Internet y caí en el sitio de Vocepiú que ofrecía un CD “Curación y liberación por el ayuno” de una cierta religiosa. Lo compré de inmediato. Era un martes. Lo escuché todo de una vez, con mucho interés. ¿Por qué no probar ayunar a pan y agua durante 24 horas? Lo hice un poco como un desafío, pero también para intentar vivir una jornada de “otra manera” porque siempre me sentía sumergido en un abismo de tristeza y de angustia. Al día siguiente, miércoles (la Virgen pide que ayunemos los miércoles y los viernes a pan y agua), compré un buen pan y decidí que no comería otra cosa más que eso y que bebería sólo agua.

Aquel día algo poderoso me invadió y desde la mañana hasta la noche me sentí revivir, ¡con el corazón liviano y libre! Toda obsesión suicida había desaparecido y los pensamientos mórbidos dirigidos contra mi vida hasta parecían ridículos y estúpidos. No había orado, había simplemente prevenido a la Virgen que si esto no funcionaba, encontraría la forma de poner fin a mi vida. Poco antes de la puesta del sol, salí de casa… el cielo estaba tan hermoso, nunca lo había visto así anteriormente. ¡Mi vida había cambiado por completo en un solo día! ¡Había sido suficiente que le obedeciera a la Virgen!

El ayuno tiene un enorme poder espiritual. Cual lámpara encendida en medio de mis tinieblas interiores, me hacía ver todas las trampas que Satanás había colocado en mi espíritu y en mi corazón. Pero Dios, a través de su Madre, había desarmado todas las manipulaciones del demonio y las había reemplazado por principios de una vida renovada. Entonces me di cuenta de que durante años no había sido yo quien pensaba, sino que en realidad era el demonio que me había inspirado aquellos pensamientos mortíferos contra la vida, el amor y la alegría, y sobre todo contra mi Señor y Salvador Jesús.

El ayuno y el rezo del Rosario son las armas del triunfo del Corazón Inmaculado de María, ante todo en nosotros mismos y luego a nuestro alrededor. En un solo día me fue devuelta la alegría de ser un “querido hijo” (es así como la Gospa nos llama). De suicida fallido pasé a ser en un solo día un hijo perdonado, sin mérito alguno de parte mía, un feliz consagrado. Si solamente nos abandonáramos obedientes en los brazos de nuestra Madre, el único “peso” que sentiríamos en nuestra vida sería aquel tan dulce de su manto maternal!”

Dios te salve, María, la toda Pura” (Hno. Redento).

Es cierto, “Quien ora no le teme al porvenir, quien ayuna no le teme al Mal” (Gospa)

Querida Gospa, bendita seas por recordarnos la finalidad esencial de nuestra vida en la Tierra: ¡que nuestra alma sea una sola cosa con tu Hijo Jesús! ¡En en la oración durante esta Cuaresma, ayúdanos a trabajar sobre esta divina unión de almas!»

https://rosasparalagospa.com/2016/02/17/que-fue-lo-que-salvo-a-luca/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todos los comentarios son bienvenidos, este es un espacio de escucha y oración.