Cuando
me veas caer, compañero...
¡Levántame
y dame vuelo!
Pueblo
en marcha, caminante
por
desierto sin hostales,
pueblo
que busca el maná
de las
ásperas verdades,
pueblo
evadido y cansado
de los
vicios capitales,
pueblo
que ha dejado atrás
campanas
y catedrales,
que se
viste de sayal
y
espera que el agua mane
de la
roca solitaria
a la
que no acude nadie...
Cuando
me veas caer, compañero...
¡Levántame
y dame vuelo!
Duro y
largo es el camino
caliente
como la sangre:
allá
aguarda una promesa,
una
ciudad innombrable...
Hermanos
de mi camino,
tendedme
la mano, alzadme...
Encinta
está la esperanza,
preñada
de Dios la carne...
Cuando
me veas caer, compañero...
¡Levántame
y dame vuelo!
Paz
Pasamar
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