martes, 25 de enero de 2011

Estoy viva gracias a un milagro de Dios


La historia de la recuperación de la capitana Katia Chavarría, sólo puede llamarse “un milagro”. Ella intentó suicidarse el 14 de julio del 2003 al dispararse en dos ocasiones en la sien con su arma de reglamento. A su familia, los médicos le dijeron que ella quedaría en estado vegetativo, pero contra todo pronóstico, ella reapareció en una gran actividad cristiana para testificar que “recibió de Dios un nuevo cerebro”

Martha Marina González/Corresponsal

ESTELÍ.- Ella era una mujer con un cargo público y de la vida pública salió cuando intentó suicidarse de dos balazos en la sien derecha, en un hecho que conmocionó a la sociedad de Estelí. Nadie creyó que sobreviviría y los pronósticos médicos eran que si lograba vivir, su cuerpo quedaría en estado vegetal. Sin embargo, la capitana Katia Chavarría, ex jefa de la Comisaría de la Mujer en este departamento, sorprendió a miles el domingo, cuando públicamente demostró que no sólo vive, sino que tiene todas sus facultadas normales, como si nunca se hubiese disparado, “gracias a Dios”.

El intento de suicidio ocurrió el 14 de julio del 2003 y los motivos de la trágica decisión nunca se conocieron, aunque se rumoró sobre el litigio de dos manzanas de terreno que le habían sido presuntamente despojadas mediante el engaño de su ex compañero de vida.

Asimismo, afloraron a luz pública algunas diferencias con el jefe departamental de la Policía Nacional, comisionado Pedro Denis Morales Novoa, quien intentó trasladarla a la ciudad de Ocotal y luego la confirmó en la jefatura de la Comisaría de la Mujer, pero supuestamente a cambio de renunciar al grado inmediato superior (subcomisionada).

Se desempeñó por siete años en la Comisaría de la Mujer y la Niñez en Estelí. Es madre de tres hijos: Dayana de 22 años; Giovanni, de 19 y Anielka, de 12.

A los trece años su padre abandonó a su madre con ocho hijos, ella era la segunda, tres de ellos murieron en la guerra y uno se suicidó. El abandono de su padre le marcó su vida.

Tras el hecho, permaneció en el hospital semana y media, estuvo bajo los cuidados de una enfermera las 24 horas del día. Debido a una traqueotomía, no podía hablar, por lo que se comunicaba a través de manuscritos. A los cuatro meses empezó a caminar y a base de terapias y ejercicios, hoy vive para contar su testimonio.



CON EL CEREBRO "DESBARATADO"

Al darse los dos disparos con su pistola de reglamento, el cuerpo de la capitana Katia Chavarría, ex jefa de la Comisaría de la Mujer en Estelí, quedó casi inerte, no miraba, no podía hablar, muy pocos movimientos en manos y pies, perdió su cabellera. Los médicos dijeron que su cerebro estaba casi desbaratado por la acción de las balas y la pólvora.

Después de un año, cinco meses y veinte días de la tragedia, la capitana Katia Chavarría, sorprendió a miles de cristianos que se congregaron el fin de semana en el estadio Independencia para hacer un día de ayuno y humillación por Estelí, una actividad en la que se pretendía que todos pidiesen perdón por sus pecados.


UNA REVELACIÓN

Katia se confundía en las graderías del estadio y, sorpresivamente, uno de los hermanos evangélicos, Otoniel Pineda, su primo y de quien se dice que Jesús sana por medio de él, la llamó durante la vigilia y con pasos firmes tomó el micrófono para dar su testimonio. “Estoy viva gracias a un milagro de Dios, sólo él pudo devolverme la vida, estuve casi muerta”, dijo Katia ante miles de cristianos que llenaron ese estadio de futbol.

Las palabras de Katia no sólo tuvieron una gran resonancia, sino que a muchos se le crisparon los pelos. Sus palabras de inmediato provocaron los aplausos y lágrimas, mientras otros gritaban “amén, Señor” y daban gloria a Dios.

Según el pastor Otoniel Pineda, mediante la oración “el Señor me reveló que Katia iba a vivir para dar testimonio. Un día llegué al hospital, escuché unos pasos y un ruido, pero no era nadie, no me dejaban entrar a la sala donde ella estaba y yo dije qué quieres Señor y él me respondió: Le estoy poniendo un cerebro nuevo a Katia”.


HIJA: “SÓLO SE REQUIERE FE”

Coincidentemente, Dayana, la hija de Katia que se encontraba en la sala del hospital al lado de su madre, escuchó los mismos pasos. En ese instante, dos veces repicó su celular y dos veces respondió, pero sólo escuchó el mismo sonido extraño. Preguntó quién llamaba y nadie contestó, pero el ruido quedó grabado en su celular. “La mano de Dios obró grandemente, gracias a Dios, sólo se requiere de un poquito de fe”, relató la joven.

La ex jefa de la Comisaría de la Mujer y la Niñez de Estelí milagrosamente sobrevivió al suicidio frustrado y se encuentra posibilitada mental y físicamente, sólo con las huellas de las balas en la sien, las cuales son un poco notorias.

http://archivo.laprensa.com.ni/archivo/2005/febrero/02/regionales/

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