Necesito que existas. Es profunda
la poza de la angustia cuando enfrentas
tu realidad tan sola, cuando cuentas
que ya todo es pasado, que te inunda
extraña sensación y te circunda:
ya se acabó tu tiempo y vas a tientas,
como ciego que da pisadas lentas
antes de hundirte en la quietud rotunda.
El dios antropomorfo de mi infancia,
el dios castigador de mano firme,
o el dios prometedor de la abundancia,
o el dios que da la paz antes de irme.
Cualquiera que domine mi ignorancia.
Lo necesito ya. Antes de hundirme
Griselda Álvarez
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