sábado, 11 de febrero de 2017

No te duermas, Señor






No te duermas, Señor,
y cuídanos la barca.
La barca Tuya y nuestra.
Mira que va cargada
de los que Tú llamaste
y si ha levado anclas
es porque prometiste,
un día, gobernarla.

Hemos echado redes
en alta mar y en aguas
tan lejos de la costa
que si alguno naufraga
ya no podrá volver...
¡Redes de amor lanzadas
fiando solamente
en Ti y en tu palabra!

No te duermas, Señor,
y cuídanos la barca.
¡Haz que no falte nadie
si regresa a la playa!

Ernestina de Champourcin

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