El suicidio representa una amenaza importante para la salud pública en todo el mundo. En el año 2002, el suicidio representó aproximadamente 30.000 muertes sólo en los EE.UU. y aproximadamente 877.000 en todo el mundo. El suicidio debe y puede prevenirse. El 83% de las personas que se suicidan han tenido contacto con un médico de atención primaria dentro de año de su muerte y hasta el 66% de las personas que se suicidan han tenido contacto en el plazo de un mes.
El comportamiento suicida se ha conceptualizado como un proceso continuo de pensamientos y comportamientos que van desde la ideación suicida al suicidio consumado. Las investigaciones recientes señalan 7 categorías distintas de "suicidio": (1) suicidio consumado, (2) intento de suicidio, (3) actos preparatorios hacia el comportamiento suicida inminente, (4) ideación suicida, (5) conducta autolesiva sin intención de morir, (6) autolesiones no deliberadas, y (7) comportamientos que conducen a la autolesión con desconocimiento de la intención suicida.
Mientras que las estrategias de prevención primarias tienen como objetivo reducir el número de suicidios y las terciarias disminuir la concentración de casos en una determinada zona, la prevención secundaria pretende reducir la probabilidad de tentativas de suicidio especialmente en pacientes con riesgo elevado.
Un trabajo publicado en PloS Medicine, coordinado por Leo Sher, de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, analiza junto con otros especialistas estos métodos de prevención y busca nuevas soluciones. Argumentan que los médicos necesitan conocer el vínculo que existe entre los trastornos mentales y el suicidio, y no deben dudar en preguntar a sus pacientes sobre sus intenciones al respecto. También discuten las últimas investigaciones sobre los cinco métodos secundarios de prevención del suicidio: antidepresivos, combinación de terapia y fármacos, 'cuidados de seguimiento' para mantener la terapia con antidepresivos y otros tratamientos, las restricciones legales para reducir el acceso a los medios de suicidio en particular (como armas de fuego o pesticidas) y la presentación de informes de casos de suicidio en los medios de comunicación.
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