sábado, 26 de diciembre de 2009

El Suicidio: Un Mar de Confusión




Probablemente te has preguntado: “¿Cómo llegué hasta este punto? La respuesta es… gradualmente. Todos pasamos por períodos en nuestras vidas cuando nos sentimos caídos El Suicidio - Un Mar de Confusión


La palabra tiene un aterrador aire de final. Abrumado con la desesperanza, la desesperación y la tragedia, es una palabra de la que todos queremos mantenerla alejada con nuestros brazos extendidos. “Sólo personas que están muy confundidas piensan en el suicidio”, te habrás dicho alguna vez. Pero entonces, un día esa palabra entra a tus pensamientos de una manera distinta. Te encuentras en una situación insoportable. Te hallas dentro de una trampa y te sientes impotente. Entonces, finalmente, piensas que “acabándolo todo” sería la única respuesta. Pero no. Hay otra solución. Está en la Biblia; el mensaje de Dios de amor para ti. Ésta es tu oportunidad de descubrir cuán valioso(a) eres y cómo tu vida puede transformarse. Sigue leyendo.

¿DÓNDE ESTÁS AHORA?

Probablemente te has preguntado: “¿Cómo llegué hasta este punto? La respuesta es… gradualmente. Todos pasamos por períodos en nuestras vidas cuando nos sentimos caídos.

Normalmente, con el tiempo, la tristeza se va y la vida sigue.

Pero a veces, una situación difícil, una relación rota o algún otro problema llevan a una infelicidad que no se marcha.

Cuando eso pasa, la vida puede volverse una lucha diaria con inquietudes, oscuridad y vacío. Finalmente, la depresión y la desesperanza pueden tomar el control creando un sentimiento de descontento general hacia la vida.

La depresión tiene muchas causas. Frecuentemente es asociada con un sentido de pérdida que puede ser causado por varias cosas: enfermedad, muerte de un ser querido, repentino desempleo, divorcio y así sucesivamente. Una enfermedad crónica o una discapacidad permanente pueden quitarte tu independencia, haciéndote sentir sin valor, desamparado(a) y enojado(a). La pérdida de alguien amado, por causa de la muerte o el divorcio, puede dejar un tremendo vacío en tu vida.

La culpabilidad es otro gatillo de la depresión. Quizás estás luchando contra la adicción a alguna droga o al alcohol, u otro hábito o conducta que te está avergonzando. Un trauma en la niñez puede haber dejado en ti un serio daño y un sentimiento de que tú no eres digno(a) de ser feliz. Quizá te sientas fracasado porque no has logrado todo lo que has querido en la vida.

Cualquiera que sea la causa, la depresión frecuentemente lleva a un sentido de desesperanza. Tú puedes sentirte como si tu vida estuviera fuera de control.

Puedes pensar que acabando con tu vida se terminará el descontrol... Pero no es así.

¿A DÓNDE PUEDES IR A PARTIR DE AHORA?

Tú puedes mantenerte en ese camino por el cual has andado, sabiendo a dónde podría llevarte eso. O puedes darte una oportunidad real para tener una buena vida. El hecho que estés leyendo esto demuestra que quieres otra opción. Así que… ¡aquí está!

Hay sólo una fuente real de esperanza que tiene significado, cumplimiento y alegría en la vida. Esa fuente es Jesucristo. Hablando a sus seguidores, Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia...” (Juan 10:10). A través de una relación personal con Jesucristo, tú puedes experimentar amor desbordante, perdón, paz y alegría en tu vida. Ésa es una promesa de Dios que la encuentras en la Biblia.

¿Te promete Dios que tú jamás volverás a tener problemas? No, definitivamente no. Él promete librarte de las aflicciones o darte la fuerza para soportarlas, según Su plan para ti: un plan que empieza con dar tu vida a Él.

Aceptando a Jesucristo como tu Salvador y eligiendo seguirlo a Él, tú pones a Jesús en el trono de tu vida.

Espiritualmente, tú te transformas en otra persona porque el Espíritu Santo de Dios viene a vivir en ti.

Jesús describe esta experiencia como “nacido de nuevo”.

Y lo mejor de todo: con tu nueva vida en Cristo tienes el derecho a pasar la eternidad en la presencia de Dios. ¿Porqué no consigues una Biblia ahora mismo y lees estas poderosas promesas para ti mismo?

Busca estos versículos en las Escrituras: Juan 1:12; Corintios 2:12; Corintios 5:17; y 1Juan 5:11-13.

Si tú nunca has tomado la decisión de aceptar a Jesucristo como tu salvador personal, tú puedes hacer esto ahora mismo y dar el primer paso hacia una nueva vida.

Simplemente lee esta oración con todo tu corazón:

Señor Jesús, yo te pido que entres en mi vida. Yo quiero volver a vivir mi vida con control. Ven ahora y vive en mí.

Límpiame de mis pecados. Yo te recibo como mi Señor y mi Salvador. Yo viviré para Ti y te serviré todos los días de mi vida. Amén.

Jesús dijo: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Si tú has orado y le pediste a Él entrar en tu vida, Él ya lo hizo. Y Él te promete compartir una íntima amistad contigo.

Ahora necesitas hacer unas cuantas cosas. Primero, empieza leyendo la Biblia todos los días. Comienza con el Evangelio de Juan, en el Nuevo Testamento. Luego, intenta pasar un tiempo orando cada día. Simplemente habla con Dios como lo harías con un buen amigo. Finalmente, es importante que encuentres una iglesia que crea y enseñe la

Biblia. Esto es muy importante para tu desarrollo como cristiano


Recuerda esto: Dios no te exige que seas perfecto(a).

Más bien, Él desea tu devoción y unos buenos deseos de vivir según Su Palabra, la Biblia.

Y ¿QUÉ SI TÚ YA ERES UN CRISTIANO(A)?


Los cristianos pueden sentirse deprimidos y pueden tener pensamientos suicidas, también. Pueden pasar por todas las mismas razones antes mencionadas. Las pruebas de la vida tocan a todos, incluso a los creyentes. Si la situación que estás viviendo es algo que no puedes cambiar, tú sabes que Dios sí puede intervenir milagrosamente. No importa cuán difícil pueda ser, continúa orando por la ayuda de Dios.

No te detengas. Dios oye nuestras oraciones, pero Su plan y los nuestros no siempre son los mismos. Confía en Él quien responderá de una manera que servirá para tus mejores intereses. Eso incluye la posibilidad de que Él te dé la fuerza y la paz para soportar tu prueba en vez de que intentes deshacerte de ella. Algunas de las más grandes respuestas de Dios a la oración entran en forma de paz y gozo en medio de la gran dificultad. Cree que Él te verá a través de cada tormenta en tu vida.

Lee estos versículos de las Escrituras y hazlos tus propias declaraciones de fe: Salmo 23; Salmo 28:7; Isaías 43:2; Romanos 8:28; y Filipenses 4:13. Pide a tu Padre Celestial ayuda para vivir en el poder del Espíritu Santo. La Biblia está llena de Sus promesas de amor, fortalezca, sanidad y guía.

Empieza leyendo la Palabra de Dios con un nuevo propósito: descubrir las nuevas visiones sobre el amor de Dios para ti.

Pide al Espíritu Santo guiar tu vida y revelar las verdades que tú nunca habías visto antes. Acepta el amor de Dios para ti dejando a un lado tus sentimientos.

Lee estos versículos de las Escrituras y recíbelos como un mensaje de Dios para ti: Isaías 40:31; Isaías 41:10; Lamentaciones 3:22-23; Juan 3:16; Romanos 5:8.

También, debes estar preparado(a) para reconocer cualquier pecado que podría estar interfiriendo en la relación con tu Padre Celestial. Pídele a Dios que revise tu corazón y que Él apunte con precisión a cualquier problema. Entonces, confiésate a Él y arrepiéntete de tu desobediencia y recibe el perdón de Dios. Lee estos versículos de las Escrituras para mejor entendimiento sobre cómo tratar con el pecado: Salmo 139:23-24; Gálatas 5:16-25; 1 Juan 1:9.

AYÚDATE A TI MISMO

La ayuda profesional de un consejero cristiano calificado es una de las mejores maneras de luchar contra la depresión y los pensamientos de suicidio. Busca el directorio telefónico y haz algunas llamadas. Pide referencias. Un buen consejero puede ayudarte a lograr una nueva perspectiva en tus problemas. Hazte un examen médico. A veces la depresión puede ser causada por un desequilibrio químico u otro factor biológico. Busca un grupo de apoyo (empezando con tu iglesia) que ministre en el área donde tienes dificultad en tu vida. También, interactuando con otros que afrontan problemas similares te ayudarán a sentirte menos aislado(a).

Oblígate a ti mismo a hacer algo la próxima vez que te sientas mal. La inactividad sólo provoca una peor depresión.

Aquí tienes algunas cosas que puedes hacer:

• Habla con alguien. Llama a un amigo y comparte tus sentimientos.

• Toma un paseo. El ejercicio físico provoca que tu sangre y oxígeno circulen más rápidamente y hacen que tú te sientas con vigor. Tu cerebro produce una sustancia química llamada endorfina que, precisamente, lucha contra la depresión.

• Haz algo que ayude a alguien más. Al enfocar tu atención sobre las necesidades de otra persona, sentirás que tus propios asuntos son menos pesados.

• Escucha música. Escoge tus canciones favoritas y cántalas.


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