Por Lilly
Hace unos tres años atrás me convertí y volví al camino del Señor, ¿Cómo y porqué? Con ayuda de una amiga quien me llevó a pedido mío a confesarme con un sacerdote, porque sentía que había traicionado y ofendido a mi Padre, a Dios.
Liliana es mi nombre, estudié en un colegio religioso, desde joven ya tenia cierta rebeldía contra mi Señor, me resistí a recibir la confirmación. Al pasar el tiempo, me fui interesando en las ciencias ocultas pero de manera muy superficial, horóscopos, el mundo de los espíritus, lecturas de cartas, ovnis, chamanismo, mitos, leyendas, etc.
Cuando terminé el colegio (preparatoria, secundaria) tuve la oportunidad de viajar hacia el país de mis ancestros, a un lugar en donde todas estas creencias están muy arraigadas y son parte de la cultura popular tanto así, que vienen de todos lados a buscar a los famosos espiritistas; para mi esto era excitante, llegue a ver algunos "espíritus" no de frente sino con el rabillo del ojo, no todo el tiempo, solo en especiales ocasiones, se me introdujo en un mundo de espíritus que rigen la buena o mala suerte, espíritus que son energía, luces que van de un lado a otro en la oscuridad, se me convenció que poseía ciertos poderes especiales, como el de hablar con los muertos que aunque no los veía me harían caso en todo lo que les pedía, esto es el shintoismo, comida a tus muertos, oraciones a los ancestros, inciensos, etc.
Viví con estas ideas por años, En el fondo también me decía, debo ir a misa hace años que no lo hago, por otro lado me decía, no hago daño a nadie con esto, pasaban los años y todo lo que creía (el paganismo) empezó a tener fuerza en el mundo, no solo era de un grupo de personas, esto empezó a atraerme más, empecé a ir a cursos, cursillos, talleres, en estos estudié feng shui, radiestesia, profundizaba más en lo que era las energías de las cosas, las casas, las personas, los animales, las piedras, las plantas...
... Para engrosar las cosas, empecé a hacer los ritos de la religión de mis familiares paternos, cosa que me incomodaba, pues a pesar de lo pagana que era, dentro de mi me decía: "Soy católica" me acordaba de mi Madrecita la Virgen María y caía en un terrible remordimiento... al poco tiempo se me olvidaba y seguía con lo mismo, me volví manejable, asistía a los cultos, hacía las reverencias a su dios, me preguntaron si era bautizada, no se con que fines, pero lo de la religión de mis abuelos solo ocurrió eso, lo mayor era mi paganismo.
Regresé a mi país, mi viaje fue de mal en peor, regresé con mi madre que estaba enferma los nervios se le quebrantaron, la depresión. Sin darme cuenta también andaba algo mal, solo que, al parecer algo me mantenía fuerte y no sabia como podía pasar por pruebas realmente fuertes a la edad de 17 años sin que me afectara... aparentemente.
A mi retorno, empecé a prepararme para ingresar a la Universidad, a la par mis creencias fueron creciendo, luego empecé a trabajar y mi vida continuaba igual.
Asistí a chamanes, lecturas de cartas a veces lo hacía como reto a sus "poderes" algunos de ellos me decían, es difícil leerte las cartas, no se porque! o lectura de manos, que por cierto, ninguno de ellos se realizó.
No me había percatado que mi vida andaba por un camino oscuro y tenebroso, yo ya no era yo, era más bien una mujer muy amargada, refugiada en su trabajo y en sus "estudios" llámese ciencias ocultas, intenté reiteradamente en pertenecer a una agrupación pero por a o b motivos nunca pude lograrlo.
A todo esto se sumaba mi afán por el trabajo, demasiado sumida en ello, el estrés desbordaba y yo seguía en pie.
Terminé por ser una joven amargada, solitaria, rara, mi apodo era "bruja" lo cual me caía en gracia, empezaron a tenerme algo de temor en mi trabajo.
Además de mi trabajo, mi interés era el de conocer más sobre estos asuntos. Pero un buen día, de regreso a casa, algo como que saltó en mi mente, algo tomo otro rumbo, vi. las cosas distintas, solo con una sencilla puesta de sol, el Señor me hacía el primer llamado, pues fue como una luz en toda mi oscuridad.
En ese tiempo, conocí a alguien con quien compartía pensamientos, afectos, según mi parecer "mi alma gemela" con el podía hablar libremente de mis creencias, aunque él en el fondo no compartía eso, me daba por mi lado y parecía interesado, en este tiempo es que empiezo mi querer acercarme a Dios, pero a mi manera.
Luego vino la decepción amorosa, la ilusión se volvió algo tenebrosa, por mi causa y solo por mi causa, empecé a deprimirme. Pero si algo me caracterizaba era sobreponerme a los embates de la vida y me soportaba con los cursos de autoayuda, el poder de la mente, lecturas que según yo eran espirituales, pero era un elevarse para caer mas profundo.
No podía creerlo, si hacia las cosas que se me indicaban ¿Porque me sentía cada vez peor? tanto era mi afán por conseguir sentir el famoso "nirvana" que la decepción amorosa paso a segundo plano, empecé a indagar sobre otros temas, metafísica, gnosis, budismo, etc. En algún momento cayó en mis manos una especie de manual llamado "Un curso de milagros" lo quise aplicar a mi vida... al investigar de lo que se trataba me tope con la corriente que traía consigo todo en lo que creía LA NUEVA ERA, emocionada vi. que era un grupo nutrido de personas de distinta procedencia, credo, razas y todos trabajando por el bien de los demás (AH! porque eso es lo que te dicen, crece espiritualmente y el don de dar) y quise formar parte de esto, conocí personas a través del Internet, que me recomendaban libros, lugares, etc.
Pero mi situación anímica y psicológica no mejoraba, pero el engaño es tan grande que crees que estas bien, hasta que llegó la caída, depresión grave, fobias, paranoia, psicosis, podía sentir como el maligno se burlaba de mi torpeza de haber caído y dejado envolverme por estas ideas.
Pedí ayuda a un profesional, psicólogo que en lugar de ayudarme me enredó más las cosas, puesto que el era de esta tendencia, una noche tuve un ataque de ansiedad terrible, lo llamé me atendió y a la pregunta de el: ¿A que le tienes miedo, a quien? saltó una respuesta que no pensé que saldría: ¡A DIOS!
Entonces el psicólogo me insta a echarlo de mi vida, ¡Dile que se vaya, que te deje en paz! Lo cual me parecía demasiado, echar a Dios de mi vida! jamás! pensaba y decía ¡NO PUEDO! ¡NO PUEDO DECIRLE ESO A DIOS! ¡ DEBO HABLAR CON UN SACERDOTE! lógicamente, al psicólogo eso no le hizo la menor gracia, así que me lo prohibió...
... Al estar voluble y visiblemente manejable, le hice caso, no fui al sacerdote, por las noches era horrible, tenía horribles pesadillas, si es que no eran visiones, no podía dormir, no podía comer, tenía miedo a estar sola.
Se imaginarán, en mi trabajo, se dieron cuenta tarde de lo mal que estaba, había echado a perder varios documentos, me sentía acorralada...
... como algo de ficción (por decirlo de alguna forma), empezaron a circular por mi casa, mi trabajo o por donde pasaba, boletines invitando a talleres de poder mental, metafísica, gnosis, seminarios de todo calibre y tipo, especiales para profesionales como ingenieros, arquitectos, abogados etc. esto se volvía una pesadilla... Visitaba a una amiga y empezaba a contarme cosas increíbles sobre brujería, iba a otro lado y el tema volvía a lo mismo, yo ya no quería saber más de todo esto y esto me perseguía, entonces mis nervios no lo soportaron más.
Exploté en el trabajo... un ataque de ansiedad, terror, al final del día de estresante trabajo, volví a casa totalmente destrozada y... estando en la cocina de reojo veo un instrumento que había estado usando para unos trabajos en escultura, una cuchilla, toda mi vida y todo lo ocurrido paso por mi mente, sentí que caía en un pozo profundo y la sensación era tan real que me aferré a la mesa, mi profesión, mi familia, mis amigos, mi vida en ese momento se derrumbaron y no valía nada, en buena cuenta, yo no valía nada, por lo tanto mi pensamiento era el de quitarme la vida, cerré los ojos y algo hacía que me aferrara más fuerte a la mesa y no la soltara, si me soltaba, iría en busca de este instrumento del que hablé, abrí los ojos y... vi. algo que me dio una lucecita de amor, era una notita de mi madre, que me había preparado especialmente ese día unos bocaditos que había aprendido recientemente: "Lily, he salido por un rato, mira he preparado estos bocaditos para ti" eso distrajo enormemente mi atención y me dio cierta alegría, de sentir que no servia para nada y para nadie, mi mamá me hizo ese pequeño gesto de cariño...
al poco tiempo, no recuerdo si fue al día siguiente, llamé a mi amiga y le pedí, acompáñame a la iglesia, quiero confesarme, tengo que hablar con un sacerdote! y hablé con el sacerdote largo y tendido, al momento de la absolución, él hizo algo que yo nunca había visto en una confesión, me dijo, arrodillare y repite todo lo que te voy a decir... repetí no recuerdo las palabras, él impuso sus manos sobre mi cabeza y luego cambió su voz de áspera a voz muy tierna me estaba dando el kerigma... Dios te ama y te perdona y te quiere con todos tus defectos y pecados!
ESO LO HABIA ESTADO ANSIANDO ESCUCHAR!!! unas noches antes había estado leyendo sobre el amor de Dios y "grité en silencio" DIOS AMAME A MI TAMBIEN! y no oía su respuesta! quizá mi Señor estaba abrazándome, calmándome en ese momento pero mi ceguera y sordera era tal que no sentía mas que terror, miedo y desolación.
Luego de esta larga oración que terminó haciendo mi querido padre Ángel, lloré como un bebé... agradecida y con un gran peso menos sobre mis hombros, me dio mi penitencia, fui a oír misa a esa pequeña parroquia y durante unos días más volvía, hasta que me sintió bien encaminada y me dijo que ya era hora de volver, ya era hora de trabajar, y volví a casa, a la parroquia de mi barrio, el padre Ángel, vivía muy lejos, ahora lo visito para Navidad a llevarle caramelos para sus niños y algunos juguetes también.
OTRO DATO: Todo esto, causó un daño en mi sistema nervioso y en mi cerebro, dejó de producir algún químico que naturalmente lo hace y hoy estoy en terapia y medicada para suplir esta deficiencia, de esto proviene las depresiones, angustias desmedidas.
Hoy por hoy, me encuentro bien, tengo mis días bajos si, pero el ir al templo, visitar el Santísimo, recibir el Cuerpo de Cristo en la Eucaristía me reconforta.
Gloria a El! Señor mío! y Dios mío! mi medico y medicina! mi amor Eterno...
Al final, luego de todo esto, he podido experimentar las gracias concedidas por mi Señor, de las cuales no me siento merecedora, su presencia en el Sagrario o en el Santísimo! es REAL, es ahí, en su presencia que me ha concedido muchas bendiciones y sosiego.
Esta es mi experiencia, mi testimonio, del cual agradezco solo a Dios! pienso, ahora, Dios dejó que use mi libertad de elección, me equivoqué de camino, caí hondo pero el SEÑOR ME RESCATO y no dejó que muriera, mas aun me hizo NACER NUEVAMENTE en EL.
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