Quisiera,
Dios, tenerte como pan cotidiano,
pero
siempre te alejas misterioso, por brumas.
Te
estoy llamando, Dios,
mira
mi espera
de
pájaro sin rama.
No sé
qué espacio es éste sin caminos
que a
veces me rodea,
y,
extrañamente,
me
deja suspendida en algún punto muerto.
No te
alejes, Dios mío,
que el
ala inútil
siento
que se derrama
y
hasta hueca me nace la plegaria.
Concha
Lagos
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todos los comentarios son bienvenidos, este es un espacio de escucha y oración.