Abúlicos
piden clemencia
Los
ojos: ¿Qué haré con ellos,
Cuando
en mi presencia se pronuncia
El
breve nombre sonoro?
Voy
por un sendero en el campo,
A lo
largo de los troncos grises apilados;
Aquí
sopla el viento ligero y libre,
Como
en la primavera, irregular y fresco.
El
corazón lánguido oye
Una
secreta noticia sobre lo lejano.
Sé: él
está vivo, él respira,
Se atreve a no ser triste.
Anna
Ajmátova en El Rosario (1912)
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