La
tristeza puede verse como un toque de atención a que algo en nosotros a nivel
mental o emocional no está bien y debe revisarse.
¿Por dónde empezar?
Haciendo
lo mismo que ya hayas aprendido a hacer con tu cuerpo.
Comprendes y reconoces
sus necesidades y señales, ¿verdad?
Sabes cuándo estás cansado y necesitas
descansar, o cuándo tienes hambre y necesitas comer, y sabes cuándo estás
saliendo de tu zona de confort porque estás haciendo un esfuerzo físico extra,
como cuando coges la bici y subes una pendiente particularmente empinada, pero
te empeñas en hacerlo porque te conoces y sabes que lo puedes lograr.
Pues con
las emociones es igual; primero necesitas comprender el lenguaje de tus
emociones y tus ideas, saber de dónde vienen y hacia dónde te están llevando.
¿Qué te dice la tristeza? ¿Y la alegría? ¿Y el desprecio?
Cuando comprendas su
mensaje, podrás gestionar y transformar estos sentimientos y estas ideas y
lograr que no te hagan hacer siempre lo mismo.
Autor: Elsa Punset.
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