Mercedes Castilla, casada y con 4
hijos, es psicóloga y voluntaria de Red Madre, en Madrid. Es
especialista en drogodependencias, pero empezó a trabajar con mujeres
tentadas de abortar cuando una chica embarazada con esta decisión
apareció
en su consulta.
"Para mí fue un shock, porque nunca me había
encontrado con una situación así. No sabía muy bien cómo hablarle. El
sentido común, mis creencias y mi experiencia como madre (en ese momento
estaba embarazada de mi tercer hijo) me ayudaron
a protegerla contra el aborto".
En esa primera experiencia "rescatadora", en su consulta, consiguió animar a la chica a tener a su bebé.
Cuando el daño ya está hecho, sanar
Después vivió una segunda experiencia, pero esta
vez el daño ya estaba hecho: "Una paciente vino por una depresión muy
aguda. Hacía un año que había abortado".
Esas dos experiencias le hicieron darse cuenta de
la importancia de las pesonas que rodean a las mujeres en riesgo de
abortar. "Eso me hizo reflexionar y movió algo dentro de mí. Esas dos
situacones me hicieron tomar la decisión de hacer
algo y ayudar a mujeres estaban embarazadas en una situación
problemática o que ya habían abortado y que sufrían las consecuencias",
explicó en la revista Palabra.
Un mes después le surgió la oportunidad de
colaborar con REDMADRE y no lo dudó. "Mi trabajo principal es hablar
bien de la maternidad, de lo positivo y de las bondades que tiene la
maternidad; hablarles de la esperanza, y entonces la mujer
sonríe".
Ecografías: que se pueda ver
También les ayuda a concienciarse de que lo que
realmente tienen es una vida humana. "Les hacemos ecografías para que
vean que lo que tienen dentro no es una celulita, es un ser vivo y es su
hijo. Eso es muy importante para ellas, porque
visualizan la existencia real de esa vida".
A veces el problema no es, en sí, que la mujer esté
embarazada, sino que no tiene trabajo, o dinero, o que piensa que la
van a abandonar. "Se le ofrece ayuda psicológica, ayuda matenial, el
apoyo que necesita, porque son momentos en los
que la mujer se siente muy vulnerable, muy sola. La Fundación Red Madre
lo que hace es que la mujer se sienta protegida y no se sienta sola".
Voluntarios rescatadores disponibles
Mercedes explica que los voluntarios con tareas de
"rescate", necesitan vivir "una disponibilidad horaria plena, ya que
podemos recibir una llamada de emergencia a cualquier hora del día de
una madre a punto de abortar. En ese caso hay
que ir hasta donde esté la madre aunque sean las tres de la mañana y
viva en la sierra".
Mercedes explica: "Muchas de las mujeres son
conscientes de que lo que llevan dentro es su hijo. Aunque la sociedad
les dice otra cosa, cuando una mujer se queda embarazada ella sabe que
es de un ser humano no de una silla. Una mujer, antes
de abortar, me dijo: ´ Qué pena, es mi primer hijo y lo voy a tirar a la
basura´. Algunas lo reconocen, pero afirman que no les viene bien tener
un hijo. Para ellas el aborto es la solución al problema, sólo piensan
en eso, no se atienen a las consecuencias
de un aborto".
Siempre llega el dolor, aunque tarde años
Porque después del aborto, llega el dolor. Es la
dimensión principal del servicio de Mercedes, ayudar a la mujer que ya
ha abortado. Incluso cuando no se ha podido salvar la vida del bebé, es
necesario sanar a la madre dañada, y quizá prevenir
su suicidio.
"Toda mujer que ha abortado padecerá, de una forma u
otra, el síndrome Post Aborto. Estudios científicos lo demuestran. No
tenemos datos ni cifras de suicidios porqué es muy difícil hacer una
relación causa-efecto entre aborto y suicidio.
Siempre se podría rebatir con que había otros factores intervinientes.
Pero sabemos en Red Madre, que el suicidio es una de las opciones tras
un aborto. Muchas lo intentan, algunas lo consiguen".
Ira, insomnio, drogas, rupturas...
"El síndrome post aborto se manifiesta con
insomnios, problemas de alimentación, ira, drogas, conflictos dentro de
sí mismas, culpabilidad, conducta auto-destructiva, baja autoestima.
Muchas tienen sueños en las que salen bebés. Otras no
se pueden acercar a parques donde hay niños. Otras, que abortaron con el
consentimiento, la imposición o aval de su pareja, le dejan porque le
culpan y les recuerda al niño".
"El objetivo de mi trabajo es que la mujer se
perdone a sí misma y se sienta perdonada por los demás. Ver la paz que
ellas tienen cuando lo consiguen es lo más bonito de mi trabajo", señala
Mercedes.
El poder sanador del perdón y el de Dios
¿Cómo se mide el perdón? ¿Qué poder tiene? Un mundo
materialista no sabe de esto, y sin embargo el perdón es la clave para
la sanación y para lograr una vida nueva.
"Estas mujeres necesitan ser perdonadas por otra
persona, necesitan saber que hay alguien que las perdona. La salida pasa
por Dios, o por un ente superior. Necesitan ser perdonadas. Les animo
cuando cuentan su aborto: les digo que haberlo
contado es el principio del fin. Qué es terapéutico contarlo".
"Les acojo, les demuestro cariño", explica
Mercedes. "Son mujeres muy frágiles. Tienen tanta vergüenza que,
algunas, se autodañan y dicen que no merecen ayuda. Muchas piensan que
es justo que se sientan así. Callan y no piden ayuda. Piensan
que han hecho algo tan malo que no merecen ser felices. Se castigan no
pidiendo ayuda".
Las que llegan años después
Mercedes ve dos tipos de mujeres en su consulta:
"Las que el síndrome les ha surgido antes de los 6 meses y, otras, que
un desencadenante posterior (pasados muchos años, incluso), un recuerdo o
una imagen de un niño, les hace explotar.
Sin embargo el síndrome ya les había surgido".
El síndrome post-aborto es muy real y cotidiano:
pasa por la consulta de Mercedes y de muchos otros psiquiatras y
terapeutas día tras día. Daña a millones de mujeres, y a sus familias.
Muchas de ellas lo sanan y lo superan y expresan su
alivio y agradecimiento. Y sin embargo, no está reconocido como tal en
los manuales de psiquiatría.
"No conviene, a pesar de que existen estudios que
lo avalan. Si tu públicamente dices que el aborto conlleva una patología
sales perdiendo. No puedes defender el aborto como derecho y a la vez
decir que conlleva, en todos los casos, un
síndrome", denuncia Mercedes.
La incoherencia del silencio que daña
Eso también daña a las mujeres, porque no pueden hablar ante la sociedad de lo que están viviendo y les daña.
"Es otra de las incoherencias. Porque la sociedad
consiente y potencia tu aborto, pero tú, si estás en un bar con amigos, o
en una reunión con familiares, no presumes ni dices que has abortado.
El aborto es algo que se lleva muy dentro",
señala Mercedes, en un diálogo con rescatadores del blog Rescatadoresdemadres.blogspot. com.es
Mercedes Castilla pone su e-mail a disposición de cualquier persona que requiera ayuda, escucha u orientación sobre estos temas:
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