martes, 5 de noviembre de 2013

Sabemos en Red Madre, que el suicidio es una de las opciones tras un aborto.



Mercedes Castilla, casada y con 4 hijos, es psicóloga y voluntaria de Red Madre, en Madrid. Es especialista en drogodependencias, pero empezó a trabajar con mujeres tentadas de abortar cuando una chica embarazada con esta decisión apareció en su consulta.

"Para mí fue un shock, porque nunca me había encontrado con una situación así. No sabía muy bien cómo hablarle. El sentido común, mis creencias y mi experiencia como madre (en ese momento estaba embarazada de mi tercer hijo) me ayudaron a protegerla contra el aborto".

En esa primera experiencia "rescatadora", en su consulta, consiguió animar a la chica a tener a su bebé.

Cuando el daño ya está hecho, sanar
Después vivió una segunda experiencia, pero esta vez el daño ya estaba hecho: "Una paciente vino por una depresión muy aguda. Hacía un año que había abortado".

Esas dos experiencias le hicieron darse cuenta de la importancia de las pesonas que rodean a las mujeres en riesgo de abortar. "Eso me hizo reflexionar y movió algo dentro de mí. Esas dos situacones me hicieron tomar la decisión de hacer algo y ayudar a mujeres estaban embarazadas en una situación problemática o que ya habían abortado y que sufrían las consecuencias", explicó en la revista Palabra.

Un mes después le surgió la oportunidad de colaborar con REDMADRE y no lo dudó. "Mi trabajo principal es hablar bien de la maternidad, de lo positivo y de las bondades que tiene la maternidad; hablarles de la esperanza, y entonces la mujer sonríe".

Ecografías: que se pueda ver
También les ayuda a concienciarse de que lo que realmente tienen es una vida humana. "Les hacemos ecografías para que vean que lo que tienen dentro no es una celulita, es un ser vivo y es su hijo. Eso es muy importante para ellas, porque visualizan la existencia real de esa vida".

A veces el problema no es, en sí, que la mujer esté embarazada, sino que no tiene trabajo, o dinero, o que piensa que la van a abandonar. "Se le ofrece ayuda psicológica, ayuda matenial, el apoyo que necesita, porque son momentos en los que la mujer se siente muy vulnerable, muy sola. La Fundación Red Madre lo que hace es que la mujer se sienta protegida y no se sienta sola".

Voluntarios rescatadores disponibles
Mercedes explica que los voluntarios con tareas de "rescate", necesitan vivir "una disponibilidad horaria plena, ya que podemos recibir una llamada de emergencia a cualquier hora del día de una madre a punto de abortar. En ese caso hay que ir hasta donde esté la madre aunque sean las tres de la mañana y viva en la sierra".

Mercedes explica: "Muchas de las mujeres son conscientes de que lo que llevan dentro es su hijo. Aunque la sociedad les dice otra cosa, cuando una mujer se queda embarazada ella sabe que es de un ser humano no de una silla. Una mujer, antes de abortar, me dijo: ´ Qué pena, es mi primer hijo y lo voy a tirar a la basura´. Algunas lo reconocen, pero afirman que no les viene bien tener un hijo. Para ellas el aborto es la solución al problema, sólo piensan en eso, no se atienen a las consecuencias de un aborto".

Siempre llega el dolor, aunque tarde años
Porque después del aborto, llega el dolor. Es la dimensión principal del servicio de Mercedes, ayudar a la mujer que ya ha abortado. Incluso cuando no se ha podido salvar la vida del bebé, es necesario sanar a la madre dañada, y quizá prevenir su suicidio.

"Toda mujer que ha abortado padecerá, de una forma u otra, el síndrome Post Aborto. Estudios científicos lo demuestran. No tenemos datos ni cifras de suicidios porqué es muy difícil hacer una relación causa-efecto entre aborto y suicidio. Siempre se podría rebatir con que había otros factores intervinientes. Pero sabemos en Red Madre, que el suicidio es una de las opciones tras un aborto. Muchas lo intentan, algunas lo consiguen".

Ira, insomnio, drogas, rupturas...
"El síndrome post aborto se manifiesta con insomnios, problemas de alimentación, ira, drogas, conflictos dentro de sí mismas, culpabilidad, conducta auto-destructiva, baja autoestima. Muchas tienen sueños en las que salen bebés. Otras no se pueden acercar a parques donde hay niños. Otras, que abortaron con el consentimiento, la imposición o aval de su pareja, le dejan porque le culpan y les recuerda al niño".

"El objetivo de mi trabajo es que la mujer se perdone a sí misma y se sienta perdonada por los demás. Ver la paz que ellas tienen cuando lo consiguen es lo más bonito de mi trabajo", señala Mercedes.


El poder sanador del perdón y el de Dios
¿Cómo se mide el perdón? ¿Qué poder tiene? Un mundo materialista no sabe de esto, y sin embargo el perdón es la clave para la sanación y para lograr una vida nueva.

"Estas mujeres necesitan ser perdonadas por otra persona, necesitan saber que hay alguien que las perdona. La salida pasa por Dios, o por un ente superior. Necesitan ser perdonadas. Les animo cuando cuentan su aborto: les digo que haberlo contado es el principio del fin. Qué es terapéutico contarlo".

"Les acojo, les demuestro cariño", explica Mercedes. "Son mujeres muy frágiles. Tienen tanta vergüenza que, algunas, se autodañan y dicen que no merecen ayuda. Muchas piensan que es justo que se sientan así. Callan y no piden ayuda. Piensan que han hecho algo tan malo que no merecen ser felices. Se castigan no pidiendo ayuda".

Las que llegan años después
Mercedes ve dos tipos de mujeres en su consulta: "Las que el síndrome les ha surgido antes de los 6 meses y, otras, que un desencadenante posterior (pasados muchos años, incluso), un recuerdo o una imagen de un niño, les hace explotar. Sin embargo el síndrome ya les había surgido".

El síndrome post-aborto es muy real y cotidiano: pasa por la consulta de Mercedes y de muchos otros psiquiatras y terapeutas día tras día. Daña a millones de mujeres, y a sus familias. Muchas de ellas lo sanan y lo superan y expresan su alivio y agradecimiento. Y sin embargo, no está reconocido como tal en los manuales de psiquiatría.

"No conviene, a pesar de que existen estudios que lo avalan. Si tu públicamente dices que el aborto conlleva una patología sales perdiendo. No puedes defender el aborto como derecho y a la vez decir que conlleva, en todos los casos, un síndrome", denuncia Mercedes.

La incoherencia del silencio que daña
Eso también daña a las mujeres, porque no pueden hablar ante la sociedad de lo que están viviendo y les daña.

"Es otra de las incoherencias. Porque la sociedad consiente y potencia tu aborto, pero tú, si estás en un bar con amigos, o en una reunión con familiares, no presumes ni dices que has abortado. El aborto es algo que se lleva muy dentro", señala Mercedes, en un diálogo con rescatadores del blog Rescatadoresdemadres.blogspot.com.es

Mercedes Castilla pone su e-mail a disposición de cualquier persona que requiera ayuda, escucha u orientación sobre estos temas:



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