jueves, 25 de agosto de 2011

Testimonio de Mento





Mi nombre es Sacramento, aunque la mayoría de mis amigos, incluidos los blogueros me conocen por Mento. Tengo 36 años. Un marido que me quiere y dos hijos, lucia de 8 e Iván de 4. Sanos, perfectos.


En mi vida no hay grandes problemas insalvables, pero yo siempre estoy en la cresta de la ola de la desesperación. No soy emocionalmente muy estable y recaigo fácilmente en crisis de ansiedad y depresión. Llevo así para ocho años ya, hay etapas en que me encuentro algo mejor e incluso me bajan la medicación y otras, otras que mejor no recordarlas. He llegado a tener crisis de ansiedad tan fuertes que incluso he perdido el sentido y no recuerdo. 


Yo que siempre he sido una mujer valiente, tirá pa lante como se dice en mi tierra, segura. Jamás creí que tendría que enfrentarme al miedo en estas facetas. Miedo a salir a la calle, miedo a volverme loca, miedo a agredir a las personas, miedo de mi misma. De tener que luchar contra esta voz que en mi cabeza intenta engañarme y decirme que esta situación no cambiará, que me incita y me invita al suicidio. 


Cansada de tantos dolores de cabeza que no ceden con la medicación, de no poder con mi propio peso, no tener ni aliento para caminar. No querer ver a mi marido, ni a mis hijos, sentir asco por mi propia hija. Y lo peor es tener que levantarme cada mañana y acostarme cada noche en una lucha continua por no querer seguir adelante. Pensar muchas veces al día, demasiadas en matarme y no solo en eso, si no en matar antes a los míos. Este es mi perfil. Lo que llevo por dentro. Mi cruz, que me hiere y me atormenta, pero gracias a ella también estoy descubriendo otras cosas.


Que no estoy loca. Que estoy enferma y que otros antes que yo se han curado.
Que aunque me crea sola, estoy rodeada de amor. Aunque a veces las personas que tenemos a nuestro lado no saben cómo tratarnos, porque es difícil la situación y entrar en una normalidad cuando hay tanto sufrimiento, pero se puede.




Que la vida no es mía. Que la vida es de Dios, es un regalo de El a mí. Decir que mi vida no vale, sería como si al regalo de un buen amigo que sabemos que nos lo hace con el mejor de sus sentimientos lo rechazáramos y le dijéramos que es una mierda. ¿Acaso no digo yo tantas veces mi vida es una mierda?
Quiero curarme y sé que lo conseguiré. Cuando estoy peor evito quedarme sola, para superar la tentación. Siempre es bueno buscar a alguien con quien poder hablarlo. Aunque esa persona no te solucione nada. Yo, que creo en Jesucristo rezo y cuando estoy tan mal que ni puedo hacerlo, tengo la confianza de todos esos hermanos en Cristo que lo están haciendo por mí. Antes me daba vergüenza. Ahora le digo a todo el mundo que necesito que recen por mí para que me cure. Y la verdad es que se nota.
Quiero decirte a ti, si te encuentras en una situación parecida a la mía, que no tengas miedo. Que no estamos solos frente a esta enfermedad. Y que se cura, aunque es lento el proceso. Busca un especialista. Yo era enemiga de las pastillas, enemiguísima. Pero he descubierto que nuestro cerebro se cura con medicación. 


Nuestra alma en cambio se cura con el amor. Si crees en Dios, agárrate a Él con las fuerzas que te queden y no le culpes de lo que te pasa. El está esperando que te des cuenta de que esta a tu lado para sacarte de esa mala experiencia. 
Si no crees en Dios, no te preocupes, El cree en ti y también te ayudará aunque tú no lo notes. Busca el amor en las personas. Aunque parezca que no, hay personas que lo regalan incondicionalmente.




Y nunca te rindas, porque somos muchos en esta batalla y tenemos que apoyarnos unos a otros con nuestros testimonios. Y cuando estés mejor, sigue siendo valiente y cuéntalo por si puedes con ello ayudar a otros enfermos.
Que el Señor nos proteja a todos los que pasamos por esta enfermedad, nos cuide de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Cuando llegue su momento.
Mientras tanto, no tengamos miedo. Porque esta enfermedad se nutre de eso, del miedo.


MENTo


 http://laschicasdelibiza2decadasmastarde.blogspot.com/ 

2 comentarios:

  1. Buenas tardes. Un testimonio impresionante.Unido en oración por su completa sanación.Un abrazo.

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  2. Mucho valor de Mento este testimonio, me uno en la oración por ella y su salud. Abrazos Martha

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