VIGILIA
El compañero ha muerto, y cómo
todos nosotros morimos
un poco.
El valor de nuestras lágrimas
por el que perdió la vida
es nada.
Amarlo, en esta tristeza,
es suspiro en una selva
inmensa.
Sólo la fidelidad
al compañero perdido.
¿Y qué más?
Dejarnos morir un poco
por aquel que estamos viendo
todo muerto.
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