Varias personas probablemente enfrenten problemas
"existenciales" a pesar de haber completado terapia hasta la fase
III. Más allá de haber conseguido lo que buscaban en la vida, puede que se
sientan vacíos ó incompletos. Algunos se refieren a esto como "vacío
intelectual" o como "un sentimiento de vacío". A pesar de la falta
de investigación en esta fase, Marsha Linehan la incluyó al darse cuenta que
muchos s encuentran un nuevo sentido a través de caminos espirituales,
iglesias, sinagogas o templos. Los consultantes además cambian de rumbo en sus
carreras o relaciones.
Aunque las fases y metas principales del tratamiento sean
presentadas por orden de importancia, creemos que están interconectadas. Si
alguien se suicida no obtendrá la ayuda que buscaba para mejorar su calidad de
vida. De este modo TDC se enfoca primero en conductas amenazantes para la vida.
Sin embargo si el consultante se mantiene con vida, pero
nunca asiste a terapia, ni hace ninguna de las tareas consignadas, no
conseguirá ayuda para solucionar problemas que amenazan la vida, como la
depresión o el abuso de sustancias. Por esta razón, problemas que interfieran
con el tratamiento son la segunda prioridad en la fase I. Pero asistir a
terapia ciertamente no es suficiente. Un cliente se mantiene vivo y concurre a
terapia para resolver los problemas que lo hacen sentir miserable. Para tener
una vida plena las personas deben aprender nuevas habilidades, aprender a
experimentar emociones y a alcanzar metas de la vida. La terapia no termina
hasta que todas estas metas sean alcanzadas.