Esta
luz cobre, la que más me ayuda
en
tareas de amor y de sosiego,
me
saca fuerzas de flaqueza. Este
beneficio
de que vicioso aliento
hace
rezo, cariño de lascivia,
y alza
de la ceniza llama, y da
alas a
la alianza; estos minutos
que
protegen, montan y ensamblan treinta
años,
poniendo en ellos sombra y mimo,
perseverancia
y humildad y agudo
sacrificio,
esta gracia, esta hermosura,
esta
tortura que me da en la cara,
luz
tan mía, tan fiel siempre y tan poco
duradera,
por la que sé que soy
sencillo
de reseña, por la que ahora
vivo
sin andamiajes, sin programas,
sin
repertorios. A esta luz yo quiero,
de tan
cárdena, cobre. Luz que toma
cuerpo
en mí, tiempo en mí, luz que es mi vida
porque
me da la vida: lo que pido
para
mi amor y para mi sosiego.
Claudio
Rodríguez
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