Psicología
significa el estudio del alma ya que la palabra viene de la raíz psyche que en
griego antiguo es alma. Desgraciadamente, ha habido durante anos un movimiento
para dividir nuestro entendimiento del cuerpo, la mente y el espíritu como
partes separadas. Poco a poco nos empezamos a dar cuenta de que el ser humano
es uno e indisoluble y que las partes de cuerpo, mente y espíritu se
influencian continuamente como en el caso de las enfermedades psicosomáticas.
Los
estudios hechos en Estados Unidos demuestran que aquellas personas que tienen
una espiritualidad sana y equilibrada tienen menos estrés, una mayor facilidad
para no caer en la depresión y están en mejor disposición para superar traumas.
Además, las personas espirituales son menos proclives a la drogodependencia y
al suicidio. Esta claro que si uno cree que nos esta solo frente a las
adversidades si no que hay un Dios que le importa nuestras dificultades
personales, y nos va a ayudar a salir de ellas y utilizarlas para hacernos
mejores personas, esto ayuda a no caer en la desesperanza y en comportamientos
autodestructivos.
La
labor del psicólogo no debe ser en ningún momento de imponer una serie de
creencias que el piensa que pueden ayudar al paciente. Si no de ayudar al mismo
a conectar con las creencias que ya tiene que mas le pueden ayudar. Por
ejemplo, si alguien es ateo, no es el rol del psicólogo el cambiarle. Sin
embargo, si la persona cree en un Creador del universo que le ayuda, el
psicólogo podría ayudarle a reconectar con esa figura indistintamente de la
religión o creencias adicionales que tenga esa persona. Se puede ir a toda la
terapia del mundo pero hay heridas tan profundas que solo Dios puede
sanar. Este tipo de terapia se denomina terapia pastoral.
¿Que
actividades se pueden hacer para integrar la espiritualidad dentro de la
terapia?
Se
pueden hacer oraciones, contemplaciones y meditaciones para ayudar a esa
persona a sentirse más cerca de su espiritualidad y sentido de Dios. De esta
manera la persona no solo se siente comprendida y acompañada por el terapeuta
sino también por un Dios lleno de ternura que siente su dolor como si fuese
suyo.
En
la terapia cuando alguien vive una experiencia traumática como por ejemplo un
abuso sexual suele haber un momento de rebelión hacia Dios. La persona se pregunta
porque me tuvo que pasar eso a mi? Si eres un Dios omnipotente y me quieres
porque me paso esto? Los estudios científicos que se han hecho en relación a
las experiencias traumáticas claramente demuestran que hasta que la persona no
encuentra un significado positivo a esa experiencia, hay una parte de ese
trauma que sigue ahí sin resolverse. No es la labor del psicólogo el darle el
significado positivo pero si el de acompañarle hasta que lo encuentra, dándole
ánimos de seguir en la búsqueda de ese significado.
Este
tipo de terapia que intenta ayudarnos a encontrar un sentido profundo a
nuestras vidas se llama logoterapia y fue fundada por Víctor Frankl, psiquiatra
judío que sobrevivió la experiencia de vivir en un campo de concentración.
Durante su tiempo allí se dio cuenta de que la gente que sobrevivía era aquella
que todavía tenía esperanza y cuya vida tenia significado por lo que soñaban
hacer en el futuro cuando saliesen. A raíz de su experiencia escribió un libro:
“El hombre en busca de sentido” que fue un best seller en cuanto salió a la
venta. El atribuía el éxito de su libro a que en las sociedades modernas muchas
veces nuestras vidas carecen de verdadero propósito y hay un vació en nuestro
interior en este aspecto.
Cada
persona que vive una experiencia dolorosa tiene que darle sentido a la misma.
Víctor Frankl decía que entendió en el campo de concentración que el
sufrimiento era como una gran ola que te podía ayudar a alcanzar las cumbres
más altas de la espiritualidad. Pablo de Tarso que sin duda sufrió estrés post
traumático después de naufragar y ser apedreado y torturado varias veces llego
a ver que para una
buena resolución del sentido de un trauma no tiene que ser llegar a este tipo
de conclusión. Pero si que haya merecido la pena pasar por eso, no porque se
agradece, la mayoría de la gente preferiría no haber pasado por la experiencia,
si no porque a lo mejor nos ha hecho más compasivos, nos ayudado a ser mejores
personas etc. El sentido de la experiencia solo tiene verdadera validez cuando
sale de la persona y no del psicólogo.
La
integración de la espiritualidad no es prioritaria en toda terapia. Por ejemplo
en la terapia de niños y de parejas puede ser algo de orden muy secundario o
incluso no existente dependiendo del caso. Lo mismo en el caso de gente que no
encuentra en la espiritualidad una ayuda. En la mayoría de casos, la
espiritualidad la transmite el terapeuta no a través de lo que dice si no su
manera de comportarse con el paciente. Es con su entendimiento profundo del
sufrimiento del otro, con su implicación en su proceso y ganas de compartir el
camino del paciente hacia la sanación de sus heridas. Madre Teresa solía decir
que nuestra pobreza en Occidente es mayor porque la nuestra es una pobreza de
soledad. Muchas veces la persona se siente sola y desamparada ante sus
dificultades y acude al psicólogo, este puede ser instrumento de Dios en
hacerla sentir que no está sola que hay gente que le importa su sufrimiento,
que hay una salida. Francisco de Asís pionero en el diálogo interreligioso
solía decir, “Evangelizar con vuestras acciones, si es necesario, utilizar
palabras.”
Fuente:
Doctor Ignacio Rosillo (Psicólogo)