martes, 11 de agosto de 2015

Poderoso silencio



Oh, cállate, Señor, calla tu boca
cerrada, no me digas tu palabra
de silencio; oh Señor, tu voz se abra,
estalle como un mar, como una roca

gigante. Ay, tu silencio vuelve loca
el alma: ella ve el mar, mas nunca el abra abierta; ve el cantil, y allí se labra
una espuma de fe que no toca.

¡Poderoso silenciol poderoso
silencio! Sube el mar hasta ya ahogarnos
en su terrible estruendo silencioso.

¡Poderoso silencio con quien lucho
a voz en grito: grita hasta arrancarnos
la lengua, mudo Dios al que yo escucho!

Blas de Otero

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