Las nuevas tecnologías se han convertido en una herramienta eficaz para el diagnóstico de determinados trastornos mentales en niños y adolescentes. La ansiedad y la depresión son algunos de estos problemas psicológicos que si no se atajan con un diagnóstico precoz y un tratamiento pueden derivar en mayores complicaciones: abuso de drogas e, incluso, que los adolescentes se autolesionen.
La Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche está inmersa en un proyecto pionero, cuyo objetivo es facilitar esta detección a través de una Web ('detecta-web-a') que ya se ha puesto en marcha en varios centros de Elda y Orihuela. Están participando 167 estudiantes de entre 8 y 18 años.
Según el psicólogo José Antonio Piqueras, del Departamento de Psicología de la Salud, Área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico, el programa ha permitido detectar un 20% de casos de depresión y ansiedad confirmándose las tasas de prevalencia que ya manejaban.
A través de un cuestionario de 30 preguntas que han diseñado a partir de un modelo para adultos, y que se contesta on-line, los investigadores están comprobando la fiabilidad del test que posteriormente deberán ratificar a través de las entrevistas.
El cuestionario debe cumplimentarse en las aulas para evitar interferencias de los padres, quienes detectan bien los problemas conductuales de sus hijos pero no así los de depresión y ansiedad. "Los adultos pueden ver si existen problemas de conducta, pero es más fiable preguntar directamente a los chavales si están sufriendo", sostiene Piqueras.
«Las chicas ganan en estos problemas psicológicos, excepto en fobia social y estrés postraumático», resaltó Piqueras, quien añadió que el objetivo es abarcar a una población de 2.000 estudiantes de Elda y analizar, además, la viabilidad del coste económico que supondrá un diagnóstico precoz on-line. Una vez detectados, la idea es que estos chavales acudan a su pediatra para que puedan recibir tratamiento.
Los primeros datos recopilados revelan que un 20% de los escolares presenta síntomas de ansiedad o depresión en diferentes grados. Una vez comprobada la fiabilidad del sistema, a partir de octubre se ampliará la muestra aplicando la entrevista a 2.000 alumnos de colegios e institutos de la provincia.
La intención de los investigadores es comunicar a los padres los resultados para que, en los casos en los que se detecte algún problema emocional, puedan llevarlos al pediatra para que éste decida si es necesario derivarlos al especialista. "La intención es lograr buenos diagnósticos para no colapsar los servicios sanitarios", comenta Piqueras, quien incide en que por ese motivo se ha estado trabajando en perfilar el contenido de las entrevistas.
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