domingo, 3 de enero de 2010

Rompiendo maldiciones heredadas





"En el Nombre de Jesucristo, ahora, yo y mi familia renunciamos, rompemos y nos soltamos de toda maldición heredada, y de toda atadura demoníaca puesta en nosotros como resultado de pecados, transgresiones o iniquidades transmitidos a través mío, de mis padres o de cualquiera de mis antepasados. Yo confieso los pecados de mis antepasados."

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