lunes, 9 de abril de 2018

Explicar el suicidio de un ser querido a los niños




Los niños son particularmente vulnerables a sentirse abandonados y culpables. Hay que aprender a escuchar sus preguntas y tratar de ofrecer honestas y sencillas respuestas apropiadas a su edad.


Los supervivientes con frecuencia buscan consejo sobre cómo explicar el suicidio a los niños. He aquí algunas sugerencias:


Decir la verdad. En un lenguaje simple, apropiado para la edad, hay que explicarles que su ser querido murió de una enfermedad - una enfermedad de las emociones y de la mente. Por  ejemplo:
"Papá tenía algo como un ataque al corazón, excepto que era un "ataque en las emociones, que afectó su mente".


Cuando es posible elegir, lo ideal es decirles tan pronto como haya certeza de la noticia. Hay que ubicar un lugar donde usted y ellos se sientan cómodos. Tranquilizarlos firmemente en relación a que la muerte no fue culpa de ellos.


En la medida de lo posible, es prudente resistir la tentación de mantener el suicidio en secreto por temor a que el niño copia el comportamiento de la persona fallecida. Así como las familias con hipertensión, diabetes o enfermedades del corazón son educados acerca de los signos de alerta temprana y la prevención, los familiares de los suicidas deben entender las señales de alerta temprana de la depresión y otras enfermedades mentales para que puedan obtener el tratamiento adecuado y estar relacionadas con posibles actos suicidas.


A los niños hay que asegurarles que los adultos significativos afectivamente para ellos, estarán ahí el tiempo que sea necesario, para estar al cuidado de ellos.


Hacerles saber que pueden acercarse a cualquier hora si quieren hablar de ello. Los niños pueden expresar sus sentimientos a través del llanto, la retirada, reírse o expresando enojo contra usted o contra otros. Pero también es posible que haya niños que no expresen nada. En ese caso, simplemente es necesario que los niños sepan que los adultos están disponibles para lo que ellos necesiten, bien sea ahora o en algún momento posterior.


Para los niños, siempre es útil y mantener las rutinas regulares tanto como sea posible.


En un evento como estos, no es sano que se les atiborre de regalos sorpresa o que se les programen viajes para distraerlos. El mayor regalo que se les puede dar a los niños es el testimonio sincero de los adultos de amor y apoyo. Permitir que expresen sus sentimientos y, responder a sus preguntas con actitud de acogida y afecto.


Para los supervivientes tanto de suicidios como de otros tipos de fallecimientos, especialmente los sucedidos de manera abrupta o en circunstancias violentas, una parte esencial de su proceso de curación es poder experimentar el apoyo y el sentido de conexión que se suele sentir al compartir su dolor con otros sobrevivientes. La forma más común en que se produce este intercambio es a través de la participación en espacios de grupos de apoyo. Estos grupos proporcionan un lugar seguro donde los supervivientes pueden compartir sus experiencias y apoyarse mutuamente. Es natural sentir un poco de inseguridad de ir a la primer reunión de grupo de apoyo, pero una vez allí, el hecho de saber que otros comparten experiencias similares permite que se pueda realizar la apertura emocional que evita que la personan transcurra a efectos somáticos por no contar con espacios de descarga emocional.


Algunos sobrevivientes se sienten en capacidad de asistir a un grupo de apoyo casi de inmediato, mientras que otros solo se animan a asistir a un año o dos después de ocurrida la pérdida. De igual manera, hay quienes asisten constantemente, mientras que hay quienes van sólo de vez en cuando - en aniversarios, días festivos o días particularmente difíciles. De cualquier manera, la experiencia nos muestra que, independiente de la manera en que las personas se vinculen a estos espacios, siempre es mas lo útil y fortalecedor que las personas obtienen que cualquier aspecto negativo que pudiera suceder. No en vano, como se pregona desde la Fundación Vida por Amor y desde el Proyecto Experiencia Krisálida en Bogotá, que dirige el autor, hemos aprendido que, una pena compartida es una pena diluida.


Nota: Algunos apartes son propuestos por The American Foundation for Suicide Prevention. Sobre el particular y para una visión más amplia, se puede consultar el Libro Sobrevivir al Suicidio.
Contacto: paulodanielacero@gmail.com


http://www.neurologia.tv/bibliopsiquis/bitstream/10401/2066/1/3conf349980.pdf

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