jueves, 13 de noviembre de 2014

¿LE BUSCAS? ES QUE LE TIENES


Oirás decir frecuentemente a muchos que no encuentran a Dios.
Pregúntales si le buscan y hasta dónde llega su anhelo de hallarle.
Si le buscan con mucho ahínco, tranquilízalos, porque ya le han encontrado...
Dios dice a Pascal en las Meditaciones:
«Consolé toi, tu ne me chercherais pas si tu ne m'avais trouvé» (1).
Pensamiento admirable, capaz de inundar de consuelo al espíritu más árido y desolado.
Pensamiento, por otra parte, de una sorprendente exactitud.

El que busca, en efecto, a Dios con ahínco es porque le ama, y el que le ama, ya le posee. Amar a Dios y poseerle es todo uno.

Por eso el autor de estas líneas ha dicho en unos versos, glosando la frase del divino pensador francés: 
«Alma, sigue hasta el final—en pos del Bien de los bienes—y consuélate en tu mal—pensando como Pascal—: «¿Le buscas? ¡Es que le tienes!»


(1)    «Consuélate, no me buscarías si no me hubieras ya encontrado».

Amado Nervo

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