El suicidio es la complicación mas grave de los trastornos psiquiátricos, siendo la tentativa de suicidio una urgencia psiquiátrica frecuente.
Acto suicida es aquél por el que un sujeto se causa una lesión. Puede devenir en suicidio –si de él se deriva la muerte- o en intento o tentativa de suicidio –si su resultado no ha sido letal. Llamamos ideación suicida a los pensamientos, planes o deseos de cometer suicidio, y parasuicidio a las conductas aparentemente suicidas que no se derivan de un deseo de morir y que por lo general son peticiones de ayuda o llamadas de atención, con un móvil manipulativo de rentabilidad interpersonal.
Los factores de riesgo suicida más importantes son la existencia de un trastorno mental y haber llevado a cabo una o varias tentativas previas. Estudios de autopsias psiquiátricas muestran que más del 90% de aquellos que murieron de suicidio estaban mentalmente enfermos.
Existen estudios sobre las actitudes de los cuidadores hacia los pacientes suicidas. Una gran proporción de supervivientes suicidas se quejaban de los cuidados psiquiátricos, coincidiendo en que la actitud de los cuidadores era hostil y que el comportamiento suicida no era tomado en serio. Se han realizado estudios en enfermeras y médicos de diferentes hospitales en los que se objetivan una actitud más comprensiva y empática por parte de las enfermeras hacia este tipo de pacientes. Sin embargo, también se habla de la necesidad de una mayor formación. También se ha llegado a sugerir que este tipo de pacientes pueden evocar una considerable ansiedad e incomodidad en el personal de enfermería, debido al conflicto que despiertan sobre el derecho del paciente a controlar el destino de su propia vida y los valores del profesional de salvar la vida humana.
Los individuos que han sido recientemente dados de alta de un hospital psiquiátrico tienen un gran riesgo de suicidio. La intervención de enfermería más importante con los pacientes suicidas es el establecimiento de una buena relación terapéutica. Se ha demostrado que la pobre o mala relación entre el paciente y el profesional son una característica llamativa de los que completan el suicidio. Las enfermeras que trabajan en centros fuera del hospital están en una buena posición para desarrollar y evaluar intervenciones para proteger a sus pacientes del suicidio.
En definitiva, la música, que es una forma de comportamiento humano, ejerce una influencia única y poderosa. Por medio de ella, los enfermos y deficientes pueden modificar su conducta, sea adquiriendo nuevas pautas o mejorando las que ya tienen. Una de las funciones más importantes de la música en grupo es llevar al individuo a establecer una relación de total integración con el mismo, hacerlo sentirse adaptado. Uno de los aspectos típicos de los que sufren desórdenes de la conducta o son deficientes es precisamente la ausencia de esta interacción y conductas sociales adecuadas. En ellos, la música, dada su naturaleza, ejerce una influencia beneficiosa que les permite elaborar pautas de conducta más normales.
La música hace posible elevar la autoestima, ofrece los medios para expresarse de modo socialmente aceptable, brinda al individuo la oportunidad de elegir su respuesta en los grupos, proporciona oportunidad de asumir responsabilidad para con uno mismo y para con los demás, y hace posible el aprendizaje de habilidades sociales y pautas de conducta realistas aceptables en los grupos de pacientes del hospital y de la comunidad.
La música hace posible elevar la autoestima, ofrece los medios para expresarse de modo socialmente aceptable, brinda al individuo la oportunidad de elegir su respuesta en los grupos, proporciona oportunidad de asumir responsabilidad para con uno mismo y para con los demás, y hace posible el aprendizaje de habilidades sociales y pautas de conducta realistas aceptables en los grupos de pacientes del hospital y de la comunidad.
Es frecuente que los manuales de enfermería psiquiátrica y salud mental coincidan en incluir dentro de los objetivos de los cuidados de enfermería frente al paciente suicida la necesidad de elevar la autoestima del paciente, facilitar la expresión de sentimientos, mejorar la comunicación, promover conductas aceptables, enseñar pautas de afrontamiento del estrés positivas, evitar el aislamiento, y favorecer las relaciones sociales y las distracciones. Todos ellos relacionados con los resultados que se pueden conseguir con el adecuado uso de la música.
El uso de la música de forma terapéutica ha resultado beneficioso en la evolución de diversas patologías psiquiátricas. Lourdes Salas Pino
http://www.fuden.es/proyectos_obj.cfm?ID_INV_NURE=32&paginacion=3
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