miércoles, 5 de junio de 2013

¡Salvado de la depresión, el alcohol y pensamientos suicidas!


Nacido en una familia católica, siempre tuve alguna creencia en Dios. Había veces, cuando tenía que ir a la iglesia, y veces que yo incluso buscaba algo allí, voluntariamente, sin saber que hacer o como era Dios realmente. Mis padres no iban a la iglesia, ni ninguno de mis parientes cercanos excepto mi abuelo, quien lo hacía sin que se notara.

Mis padres tenían una relación fría, y aunque nosotros éramos 5 niños, no había nada parecido a una familia normal. Yo empecé a odiar a mi padre por siempre mostrar su dureza y nunca ningún tipo de amor, o ni siquiera decir “gracias” o “bien hecho” (yo trabajaba duro para ser el mejor en mi clase del colegio, durante los primeros 4 años. Mi madre y mis hermanos también carecían de una relación real con mi padre, tampoco tenían ninguna posibilidad de discutir las cosas de una manera normal con él, excepto afirmando hechos fríamente o gritando.

Así que a la edad de 12 años empecé a beber alcohol, salir a pubs o restaurantes con “amigos”, o haraganear en el piso de un amigo – quienes a menudo eran mayores que yo y tenían más fácil el acceso a alcohol, etc. Comencé a robar en grandes almacenes, robar bicicletas y destrozar cosas en mi vecindario. Mis padres no tenían ni idea de la mayoría de cosas que yo hacía. El club de fans de un gran club de fútbol en Munich se convirtió en mi segundo hogar. Me sentía estupendo con 13 años, ya que los demás generalmente tenían entre 16 a 25 años. A través de ellos vi e hice muchas cosas malas que no debería de haber visto ni hecho. Con 16 algunos amigos me iniciaron en la marihuana y el cannabis, así como probar los psicofármacos con alcohol. Esto se convirtió en lo principal que nos unía.

Interiormente estaba casi destrozado, sabiendo que lo que hacía estaba mal. No sabía nada del pecado, como liberarme y convertirme en una criatura nueva a los ojos de Dios. Yo a menudo blasfemaba, incluso contra Dios directamente, maldiciéndole. La consecuencia fue que me deprimía cada vez más, cerrándome y no teniendo a nadie con quién hablar realmente. Pensamientos suicidas a menudo venían a mi mente, incluyendo ideas sobre cómo hacerlo, alentados de alguna manera por la influencia de ciertos grupos de música y cantantes a los que regularmente escuchaba. Lo intente 2 veces, pero Dios no lo permitió y no lo conseguí. Poco después, conocí a una chica en el colegio que tenía una cantidad similar de problemas, y terminamos juntos. Construí mi vida alrededor de ella, mi primera relación real con una mujer y experimenté todos los resultados: los altibajos, los celos, la dependencia……

El punto de inflexión en mi vida vino durante me servicio militar, a la edad de 20 años. Allí conocí a un chico divertido, listo que afirmaba haber sido cristiano durante 4 años, después de haber tenido una especie de experiencia de conversión muy poderosa. Había sido antes un evolucionista, muy formado, pero Dios le mostró su poder y cambió su vida en un día, parecido a la experiencia de Saúl en HECHOS 9:3-5. Desde entonces, él tenía un objetivo claro y las respuestas a las cuestiones de la vida: ¿De dónde venimos?, ¿Cuál es la razón de nuestra existencia?, ¿Dónde terminaremos? Y él sabía que iba a ir al cielo una vez cumplida su obligación aquí en la tierra. Yo nunca había conocido a un verdadero cristiano antes en toda mi vida, que pudiera dar testimonio sobre el poder de Dios, sanaciones, respuestas a los rezos, de perdón, justicia, y que pudiera explicar la razón de nuestra existencia. También me enseño todo sobre falsas iglesias, que aunque sean tan grandes como la iglesia católica o de otra forma, no están construidas sobre la verdadera roca, Jesús.

En 3 meses todo cambió: Empecé a leer sobre el Dios de la Biblia, y sin conocer los detalles, simplemente quise convertirme en un cristiano también (nunca visité una de sus reuniones antes de convertirme). Pensé: Si todo lo que me ha dicho es verdad, entonces recibiré al Espíritu Santo con la señal de hablar en nuevas lenguas como dice en la Biblia. Entonces me podré bautizar también, empezando una vida nueva, sin pecado y limpia. Mi novia, en aquella época también vino, fue salvada, pero después cayó y se apartó del camino de Dios, pues su amor por si misma y los placeres de la vida fueron más fuertes que su compromiso con el Señor (SAN LUCAS 8:14). Dios sin embargo me ha mantenido en su camino hasta hoy, bendiciéndome con muchos amigos y una familia encantadora. Él SIEMPRE ha cumplido sus promesas, incluso cuando yo estaba débil o fracasando a veces:

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios; siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es Cristo Jesús: a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” (ROMANOS 3:23-26)

Hubert - Stirling, Escocia

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