Lleva a Dios en tu mente y en tu maleta en estas vacaciones. Pero no olvides dejar tu ayuda a los que se quedan.
¡Benditas vacaciones! acostumbramos decir cuando se acerca el tiempo de descanso. Y efectivamente, son una bendición de Dios, un don que se menciona varias veces en la Biblia, con la palabra “descanso” (Ex 16:23, 31:15; Lv 25:4; Mt 11:28-30).
Para todos los que tienen la oportunidad de pasear, cerca o lejos, los invitamos a que no dejen a Dios en sus maletas, ¡llévenlo en su mente y en sus corazones! Cada buen momento que pasen con su familia, amigos, parientes, en el mar o en la montaña, en la ciudad o en la playa, agradézcanselo a Dios, Nuestro Padre infinitamente bueno y llenen su alma de gozo y de alegría, para luego regresar con mejor disposición para todos los que les rodean y ser multiplicadores de cosas buenas.
El gozo es un atributo de Dios y uno de los frutos del Espíritu Santo; es una emoción provocada por la esperanza, por obtener o hacer algo bueno, por darse a los demás y por tener a Dios en el corazón. Para tener gozo en estas vacaciones, no debemos vivirlas como si en ese período Dios no existiera, como si Él también se fuera de vacaciones y por lo tanto, estuviera ausente de nuestras vidas. No podemos darle vacaciones a nuestras oraciones, a nuestro encuentro con Cristo, a nuestra vida espiritual. Cada momento puede ser ocasión de oración y estemos donde estemos, agradecer a Nuestro Creador por sus dones.
Llevemos a Dios en el corazón y en la mente. Y para disfrutar todavía más, antes de irnos asegurémonos de dejarle algo bueno a otros menos favorecidos, menos afortunados, a los que se quedan, a los que sufren, a los desesperanzados que se alejan de Cristo, a los que buscan palabras de aliento.
Benedicto XVI
Dichoso el que tropieza contigo
Dichoso el que tropieza contigo. Dichoso el que te encuentra y te descubre.
En cualquier recodo, en cualquier encrucijada, en los lugares más insospechados, te haces el encontradizo con él y le das la gran sorpresa.
Tú le seduces, y él lo vende todo para poseerte.
¡Dichoso ese hombre! ¡Dichosa esa mujer!
Dichoso el que no se acomoda, y te sigue encontrando más veces.
Todos los días, a cualquier hora...
Te ve y te reconoce, siente un sobresalto como la primera vez.
Dichoso el que tropieza contigo y te descubre.
La mayor ganancia eres Tú. La perla más preciosa eres Tú.
El tesoro más deseado eres Tú.
Todo lo que buscamos lo llevas Tú: verdad, justicia, amor, paz, alegría, fiesta, revolución, fraternidad, solidaridad, vida nueva, nueva sociedad, nueva humanidad.
Tú no te pierdes ni te gastas, no te apolillas ni pasas de moda.
Vale la pena venderlo todo para tenerte y gozarte.
¡Ojalá me busques y me seduzcas! ¡Ojalá te encuentre!
Pensándolo me alegro y proclamo en todos los sitios:
¡Tú eres el tesoro de mi vida.
Patxi Loidi
asi es, toda nuestra existencia está contenida en El, solo debemos dejarnos encontrar...
ResponderEliminarsaludos querida Maria del Rayo
Abu!! Que alegría, haz regresado!!
EliminarIgual saludos.
DTB!!