¡Señor, Dios mío!
Te doy gracias por permitirme llegar al final de este día.
Te doy gracias porque das reposo al cuerpo y al alma.
Tu mano estuvo sobre mí y me ha protegido y guardado.
Perdona mi poca fe y mis injusticias de este día,
y ayúdame para que yo perdone de buena gana
a quienes han sido injustos conmigo.
Haz que duerma en paz y bajo tu protección
y líbrame de las tentaciones de las tinieblas.
Te encomiendo a los míos,
Te encomiendo esta casa,
Te encomiendo mi cuerpo y mi alma.
¡Dios mío! ¡Sea alabado tu santo Nombre! Amén.
Dietrich Bonhoeffer
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