Internet puede cambiar algunas
características de los suicidios que han permanecido con pocas variaciones en
las últimas décadas. Los profesionales debemos conocer las nuevas tecnologías
para poder preguntar a nuestros pacientes sobre las mismas, y en caso de que
las estén utilizando, valorar si dicha información supone un factor de riesgo o
de gravedad añadido en el cuadro clínico del enfermo.
También debemos conocer páginas
webs de consulta para recomendar a nuestros pacientes y sus familiares. Debemos
utilizar más Internet para coordinar recursos, comparar programas, difundiendo
desde las redes sociales hábitos saludables de vida y medidas que ayuden en la
atención y prevención del suicidio.
Autores: Pedro Moreno Gea y
Carmen Blanco Sánchez.
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