La historia de vida de Carlos, como la de cualesquier ser
humano, es de luces y sombras. Sin embargo al escuchar su testimonio él mismo
nos deja en evidencia que en ella hubo períodos donde la violencia, lo
aberrante, la angustia y el desamparo eran extremos. Hoy, dice, proclama su
gratitud a Jesucristo por haberlo “liberado de la homosexualidad”.
El editor de Portaluz le contactó telefónicamente para
confirmar la veracidad de su testimonio que él mismo registró en video
(ver al final) y que ha complementado con nuevos registros narrando el
proceso vivido desde enero de 2015, cuando Dios le mostró de forma
extraordinaria su amor de Padre, su poder que es misericordia.
Dardos de fuego en la niñez
Los “dardos de fuego del Maligno” que San Pablo refiere en
carta a los Efesios (6,16) sirven de contexto a Carlos para hablar de un
período brutal de su vida: la infancia y adolescencia.
Sus padres se divorciaron cuando él tenía siete años de edad
y esta pérdida significó un dolor que el niño no logró resolver. Pero además,
agrega, “desde los cinco a los 12 años de edad fui abusado sexualmente”. En uno
de sus videos señala que decir públicamente “quién fue el abusador o abusadores
no es importante”. Para él lo fundamental, lo que cree, es que con el
paso de los años esas experiencias reiteradas de abusos sexuales son las que
“produjeron en mi lo que los psicólogos hoy llamarían una hipersexualidad…
había sido expuesto a tantas cosas que a muy temprana edad mi mente pensaba
solo en sexo”.
Además la ausencia del padre –recuerda Carlos en otro de sus
videos públicos-, la distancia afectiva del progenitor, fue un factor que
afectó su ser íntimo. Desde el quiebre matrimonial no vio a su padre por meses.
Al reencontrarlo estaba emocionado y corrió para besarlo en la mejilla. Pero el
papá evitó aquél beso y sumó unas palabras que demolieron al niño (quien además
estaba siendo abusado desde hacía ya un año)… «Los hombres no se besan», le
escuchó decir. Años después –siendo adolescente- un nuevo rechazo de su padre
potenciaría una rebeldía autodestructiva, dice Carlos, que terminó trastocando
su ser. “Yo tenía una necesidad de cariño y la terminé erotizando”.
Convulsionado por lo ocurrido con su padre, lo vivido en la
infancia, lleno de rabia y pena, no se limitó en sus experiencias homosexuales,
según él mismo testimonia… pornografía a tope, promiscuidad, prostitución,
adicción al sexo fueron cotidianos por años. Pero también la depresión e
ideación suicida.
Hoy, en la cabecera que presenta su portal en YouTube, se
puede leer: “He aquí la vida de un ex homosexual, ex adicto a la pornografía,
ex adicto al sexo, ex promiscuo, ex co-dependiente, ex depresivo, ex deseoso
del suicidio, y que ahora es un adicto a JESUCRISTO. Así lo viví y así lo
cuento”.
Sanado, reconciliado, liberado
Fue el año 2004 cuando Carlos hizo una experiencia de Dios
que no olvidaría, mientras miraba en el cine la película La Pasión de Cristo.
Al verla, comenta, “yo pude entender lo que era el perdón y que yo había sido
perdonado de todo lo que había hecho. Que el Señor lo había tirado al fondo del
mar para no recordarlo nunca jamás. Si Él no iba a recordar nunca jamás mi
pecado entonces yo podía ser libre. Esto me permitió (con el tiempo) entender
el perdón y –a pesar de que seguí teniendo una vida torcida- pude entender lo
que es el perdón y pude perdonar tanto a la persona que me abusó como también a
mi papá, a mi mamá”...
Pero su batalla recién comenzaba. Tenía novia, asistía a una
iglesia cristiana, pero al mismo tiempo continuaba viviendo su adicción a la
pornografía, gustando compulsivamente el sexo con hombres y retorciéndose por
la culpa, en la angustia, perdido. De tiempo en tiempo clamaba a Dios y
finalmente tras años lo extraordinario ocurrió…
Transcurría enero del año 2015. Estaba sólo en una
habitación meditando lo que consideraba era una miseria de vida, la suya. De
improviso desde lo profundo de su ser, sin fuerzas siquiera para protestar, oró
humilde por fin a Dios, aceptándolo como el Señor de su vida...
“En esa oración dije: «Señor ¿sabes qué? no puedo más, yo me
abandono, yo renuncio, mira el desastre de vida que hice, necesito que tú seas
mi Señor, ya no tendrá importancia si yo voy a ser gay, heterosexual, asexual o
lo que sea, ya no me interesa nada de mí, no me interesan mis sueños, mis
metas, no me interesa nada de mi vida, la destruí toda, necesito que tú seas el
Señor de mi vida... toma el control y ¿sabes qué? ya estoy en paz porque mi
futuro está en tus manos. En el nombre de Jesús, amén». Fue la primera vez en
mi vida en la que renunciaba al deseo de cambiar, en la que renunciaba a todo
y… recuerdo también haber dicho: «quiero seguirte Señor»".
Desde entonces, recuerda, experimentó una vida nueva y
concluye que aquella madrugada fue “liberado de la homosexualidad” por gracia
de Dios.
Lección a tener en cuenta: El demonio no tiene misericordia
El enemigo nunca tiene misericordia –reflexiona Carlos en
uno de sus videos- y por su experiencia está convencido que ataca al ser humano
desde que es gestado. “El enemigo puede atacarnos en nuestra niñez, el enemigo
puede atacarnos para destruir nuestra verdadera identidad… Yo no entiendo por
qué razón yo jugaba con muñecas, yo no entiendo por qué razón yo era la mamá
cuando jugábamos al papá y la mamá. Es verdad, yo fui abusado sexualmente, pero
no fue violento. El hecho que te den placer no quiere decir que vas a
desarrollar conductas femeninas como por efecto secundario, no tiene sentido…
quizás somos negligentes con los niños pues olvidamos equiparlos para una
guerra espiritual… hay que entrenar a los niños, hay que protegerlos y hay que
orar por ellos…cubrirlos con la sangre de Cristo, porque el enemigo no va a
esperar, el enemigo va a atacar. Así como lo hizo con el Señor Jesús cuando
siendo Niño mandó a matarlo por medio de Herodes… así como hizo con Moisés
cuando mandó a matarlo por medio del faraón. Sin tregua, sin misericordia. Qué
nos hace pensar que nosotros no vamos poder vivir lo mismo si hasta el Señor
Jesús lo vivió? A veces somos muy ilusos… quien entiende de lucha espiritual
sabe de qué estoy hablando”, reflexiona.
La homosexualidad ¿volvió?
Carlos ya no tiene dudas sobre quién es el único que -desde
su infancia- ha deseado destruirlo… En sus videos reiteradamente denuncia la
acción permanente de Satanás y sus demonios que utilizó a unos abusadores
sexuales, que incidió seguramente en las conductas de sus progenitores, luego
se sirvió de su propia afectividad dañada e incluso hoy continúa intentando
ponerle trampas –concluye-, para alejarlo de Dios…como señala en otro de sus
videos que puedes ver pulsando aquí
Si deseas contactarlo visita su Facebook o si te encuentras
en Canadá suele asistir a la iglesia cristiana Église Sans Frontières ubicada
en St-Hubert Québec.
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