lunes, 25 de mayo de 2015

TESTIMONIO DE TOÑY


Hola yo soy Toñy Hípola, y fui al Retiro porque conozco a Lourdes desde hace muchos años, he servido con ella. En un principio, en enero le comenté que no podía ir por mi situación y por el aspecto económico, aunque finalmente cambié de opinión hablándolo con mi marido.

Os diré que para que se vea la Gloria del DIOS se tiene que ver la pobreza y el pecado de la criatura, nunca he tenido problema con esto ni me he avergonzado de ello, soy testigo y lo proclamo.

He de deciros que padezco de artrosis, fibromialgia y soy bipolar. Es un cóctel que hace que tenga que tomar unas 15 pastillas diarias. En el mes de noviembre me desestabilicé y estuve hipomaníaca, la medicación no me mantenía estable. Me tuvieron que dar una medicación muy fuerte para bajar mi estado  porque si no me tenían que ingresar en el Hospital Psiquiátrico. Fue como una montaña rusa, de repente estaba en lo alto y en menos de dos semanas estaba en lo más bajo, tan abajo que me llevó a una tristeza, melancolía y depresión muy graves y me tuvieron que medicar.

A la vez en el mes de diciembre llego a España la famosa ciclogénesis que me dejó totalmente inválida. Estaba las 24 horas con unos dolores insoportables y ninguna medicación me hacía efecto. Mi madre estuvo ingresada 11 días y yo sólo pude verla 2 días porque mi hermana me lo prohibió, por cómo estaba yo, y el efecto que eso causaba en mi madre. En esta ocasión no tuve pensamientos suicidas, la psiquiatra en vez de verme cada dos meses, me veía cada dos semanas y de la fibromialgia no era capaz ni de ir al médico, aunque tampoco hubiera podido hacer nada.

De la artrosis no me pueden tratar porque soy alérgica a la cortisona y sólo pueden darme analgésicos, y de esos ya tomo bastantes.

En esta situación el ir al Retiro requería llevar una cuidadora, fue mi hermana, bendita sea, estuvo todo el retiro pendiente de mí y mis medicinas. Ella tendrá su testimonio, cuando lo quiera compartir.

Llevé 5 tipos de cojines y una manta, porque el frío me produce dolor. Parecía una anciana con el bastón y toda encorvada. No tenía fuerzas para nada, me lo tenían que hacer todo.

Cuando dije que iría al Retiro empecé a prepararme espiritualmente. El SEÑOR me mostró que la depresión por muchas pastillas que tomara había algo en mi pecho digamos como “una mancha de chapapote” que me impedía ser yo. Era la acedia y contra ella yo no tenía ningún recurso. Una semana antes me confesé y empecé a rezar el rosario. En 25 años de Renovación Carismática nunca lo había rezado, pero el SEÑOR en oración me lo pidió. Como iba a estar dos días fuera y un día preparando estuve tres días antes rezando dos rosarios para hacer la semana completa. Siempre me había parecido una oración de “papagayos”.

Yo iba porque el SEÑOR me sanara la depresión que es el que tiene el poder, así es como se lo expresé a la psiquiatra el mismo jueves, y le dije que si me ponía bien si dejaba la medicación y ella me dijo que no que tenía que seguir dos meses más. Yo sabía que JESÚS me iba a sanar, pero los médicos son muy estrictos.

La presentación de todos me gustó mucho y escuché testimonios mucho peores que el mío pero cuando me tocó a mí sin saber por qué yo dije que me encontraba mal y que iba a por todo y que necesitaba todo lo que el SEÑOR quisiera darme, que estaba totalmente abierta a su acción porque lo necesitaba.

En la primera charla entre otras muchas cosas que nos fue explicando y que yo ya conocía acerca de las espiritualidades del mundo y la diferencia con la espiritualidad cristiana, al final habló de pasada el ocultismo y esoterismo y dijo que eso era una capítulo aparte y que no iba hablar de ello. Y así quedó la cosa.

Vimos la película rusa (La Isla) con  toda su simbología y luego nos dijo que fuésemos cada uno solo a meditar, a hablar con DIOS, a ver que nos decía en el corazón.

En ese paseo a mí JESÚS me dijo que me tenía que confesar, en una confesión de vida, del ocultismo y esoterismo. Yo de joven había pertenecido a un grupo que hacíamos esas prácticas y no voy a entrar en detalles.

Cuando volvía del paseo mi hermana tenía mi Biblia y se la pedí para ver si el SEÑOR me daba una palabra. Hacía muchísimo tiempo que no lo hacía, y aunque no os puedo decir la cita eran dos estrofas, en la primera en cursiva era una catástrofe, el sol, la luna y las estrellas todo se caería del firmamento y se produciría un caos (esto en cursiva), pero en la segunda estrofa era el triunfo del SEÑOR que venía en su carro con todas sus huestes y nos salvaba. La sensación que a mí me dejó la Palabra fue de esperanza, una gran esperanza.

Me confesé con el P. Álvaro, con imposición de manos hizo una oración de liberación, me dijo mi penitencia y un consejo, que estoy en ello. A partir de ahí adiós a la depresión, la tristeza, melancolía. Era yo, yo otra vez Toñy. Los que me conocen saben cómo soy, cómo es mi carácter de buen humor, de alegría, de fiesta, bromas. Fue inmediato. Bendito Sacramento de la Reconciliación con imposición de manos.

La noche anterior yo no pude estar en la Santa Misa ni en la Adoración Eucarística, dormí fatal, como en una tabla, me desperté a las 6’30h,  y tuve que estar en la ducha con agua caliente para que mi cuerpo reaccionara, y dándome crema para darme un masaje para lo mismo. Era el sábado y tenía que aguantar hasta la noche. Era la Santa Misa con Exposición del Santísimo y la imposición de manos.

Al mediodía mi hermana y yo, yo ya tan feliz, comentamos lo del descanso en el Espíritu, algo que es normal en la Renovación Carismática pero que particularmente yo sólo había vivido la experiencia en 25 años una sola vez, como mi hermana. Le comenté que yo estaba dispuesta a todo, y eso que me gustaría que el SEÑOR me regalara el tener el descanso.

Mientras tanto disfrutando en las comidas y las cenas con las lecturas de la vida y la oración de Santa Teresa de Jesús. Fue mi primer libro de lectura cuando tuve mi encuentro personal con JESÚS, y es mi Santa y maestra favorita.

Llegó la noche y llegó el momento. Nos pusimos en el cuarto banco por detrás, siempre para no molestar por si a mí me pasaba algo. Fueron saliendo los hermanos desde el principio en orden. Había muchos sacerdotes, y algunas personas  tuvieron descanso y otras no. Llegó nuestro turno, yo me puse delante de un sacerdote muy joven y apenas me tocó, no la cabeza sino el pelo, las piernas se me hicieron mantequilla y me fui para atrás en un descanso en el espíritu. ¡Qué maravilla! Tantos cojines todo el fin de semana, y estaba en el duro suelo como en una nube. Era consciente de todo lo que sucedía a mi alrededor, pero para no perder el tiempo, me puse a alabar al SEÑOR a decirle piropos, hasta guapo. Intentaba mover las piernas por si ya se había pasado el descanso pero no, y seguía alabando, hasta oí hablar a mi hermana que estaba esperando a que yo terminase. Finalmente moví los dedos y cuando ella lo vio entre tres personas me levantaron. Cual no sería mi sorpresa cuando vi que ya no quedaba nadie, solo una última persona, y además al darme la vuelta vi que el Santísimo estaba expuesto y todo el pasillo central vacío y yo había tenido mi descanso justo en el final del pasillo. Había estado postrada todo el tiempo bajo la mirada de JESÚS SACRAMENTADO. Una de mis mayores ilusiones, porque siempre había tenido un poco de “envidia” de los consagrados que pueden postrarse ante el SEÑOR en la intimidad de sus capillas y yo lo había tenido en el descanso.

No nos quedamos hasta el final porque mi hermana se puso muy pesada para ir a dormir y descansar por mí, pero yo tenía una marcha en el cuerpo que quería quedarme hasta el final.

Al día siguiente había dormido como un angelito, pero empecé a notar que el bastón me sobraba, que andaba más deprisa y era un impedimento más que una ayuda. Vimos el final de la película de San Francisco en su noche oscura y cuando le salen los estigmas.

Yo para entonces me notaba que algo estaba cambiando en mi cuerpo, llegaron las despedidas, las fotos, y al final salí cantando, bailando y alabando a DIOS.

Cuando volví a casa a los cuatro días tuve que hablar con la psiquiatra por el cambio en mi humor y mi actividad y dejé la medicación. El SEÑOR me había sanado de la depresión.

Llevaba casi cinco años tumbada en un sillón con la pérdida de masa muscular que ello conlleva, pues os puedo decir que aunque soy fibromiálgica me levanto todas las mañanas sin ningún dolor, ando sin bastón, subo y bajo escaleras, voy en metro, hasta me he echado alguna carrerita para no perder el autobús. En mi parroquia ya no voy con cojines para el culete y la espalda, solo para las rodillas, en la consagración, comunión y la media hora de adoración. En el grupo de oración es algo evidente y lo he dado como testimonio, cada día descubro algo nuevo que puedo hacer, todo esto a lo largo de tres semanas. De vez en cuando me duele alguna cosa, o estoy algo cansada, pero no tiene nada que ver con antaño. Soy una  persona nueva.

Me está devolviendo la memoria de las canciones, de las que me sabía hasta el 2009, las nuevas no me las sé. Pero es que no podía cantar, de los vacíos mentales que tenía por las medicaciones que me dieron cuando tuve el ataque psicótico y las dos semanas de ingreso en el Psiquiátrico.

Tengo  mi mente despejada, a pesar de las pastillas. A nivel espiritual me ha regalado la fidelidad a la Santa Misa. Desde el Retiro, voy todos los días, me ha dado diligencia. Rezo el Santo Rosario con unas ganas tremendas, meditando todos los misterios, casi no me doy cuenta y ya he llegado al siguiente, leo el texto de la Palabra de cada misterio. Lo disfruto, me siento muy unida a la Virgen María y sé que eso le pone muy contento a JESÚS.

No he  vuelto al amor primero, está en mi corazón y estará como un sello toda mi vida, pero siento que ha empezado una nueva etapa para mí con EL, más profunda, más entregada y de abandono. No sé cómo explicarlo. Lo que sí sé es que esto no ha hecho más que empezar. No le pregunto, solo me dejo y le digo “sí”.

Espero que compartáis mi alegría de ver la MISERICORDIA DE DIOS cuando un alma se acerca a EL profundamente  necesitada y confiada en su poder, he tocado el borde de su túnica y ha sido muy bueno conmigo. GLORIA AL SANTO DE LOS SANTOS.

Fuente: http://misionmas.wordpress.com/testimonios-2/

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