Cada 40 segundos una persona se
suicida. Y tal vez nunca hayas tenido nada que ver con un caso de suicidio, no
conociste a nadie que lo cometiera o que lo intentara. Pero también puede que
sí, que algún amigo o familiar cercano haya muerto a causa de esta trágica
decisión y tu vida ya no sea la misma desde ese día.
Este tema siempre genera una
profunda tristeza y también un interés guiado a encontrar formas en que podamos
evitarlo. A continuación una lista de las 15 señales de un suicida, teniendo en
cuenta que no todos presentan la lista completa que se menciona a continuación
y que el hecho de presentar una de estas señales no es motivo para que salgamos
corriendo alarmados.
1. Habla constantemente de
suicidio.
Con este punto nos referimos a
una persona que desde hace algún tiempo haya empezado a hablar del suicidio
como tema principal de casi todas las conversaciones. Ejemplos: ¿Qué opinas del
suicidio?, ¿si fueras capaz de cometerlo, ¿cómo lo llevarías a cabo?, ¿qué
crees que ocurriría si lo hiciera?, ¿crees que a alguien le importaría la
ausencia de x persona?, ¿se te ha cruzado por la mente cometerlo? Estas son
solo señales de una persona que quiere conocer tu punto de vista y que tal vez
inconscientemente está tratando de llamar tu atención o hacer saber a los demás
que necesita ayuda.
2. Regala posesiones preciadas.
Esta es tal vez una señal que
pase por desapercibido o como un gesto generoso entre amigos y familiares si
los objetos no son tan grandes o reconocidos por los demás como indispensables.
Sin embargo, cuando esta persona está convencida de que ya no la necesita y de
que estará en mejores manos si tu u otro la tienen, hay que poner atención.
En la mente de la persona que
planea cometer suicidio, esta es una forma de adelantarse a los hechos bajo la
errónea idea de que se estará ayudando a ese amigo después de la muerte.
3. Cambios en su testamento.
Este punto es frecuente en
adultos, personas casadas o con hijos. Si notas que inesperadamente algún
familiar quiere hacer cambios en su testamento o quiere empezar a redactar uno,
pregúntale cuál es el motivo que lo impulsó a hacerlo. Es normal que en la
vejez se quieran dejar listos este tipo de asuntos, pero si la persona es un
hombre o una mujer joven, padre o madre de familia o dueña de un negocio, no
pases por desapercibido este comportamiento.
4. Obtener un arma.
Esta señal puede ponerle los ojos
en blanco a más de uno. ¿Quién en sus cinco sentidos quiere un arma? En la
mayoría de países se requiere de un permiso, pero ya hemos escuchado de los
incontables casos en los que adolescentes o jóvenes las han obtenido de manera
ilegal o las han robado para cometer un atentado o suicidio.
Si el motivo de adquisición no
está ligado a un trabajo de alto riesgo (policías, militares, escoltas etc.) y
los anteriores puntos también se han venido presentando, esta se convierte en
una clara señal de alarma.
5. Patrones extraños de sueño.
Hay que tener cuidado con cada
una de las señales que hemos mencionado hasta ahora. Pero también es importante
identificar si las anomalías en el sueño se deben a un patrón físico que ha
presentado siempre la persona o si el cambio se generó de un momento a otro.
El estrés, la angustia, el dolor
y la incertidumbre pueden hacer que así se desee descansar, la persona no logre
de ninguna manera conciliar el sueño. Esta también puede ser una señal de
depresión.
6. Energía por el piso.
Si no duermes lo más obvio es que
no tengas energía para hacer nada. El sueño afecta directamente a nuestro
sistema nervioso, no nos permite pensar con claridad y no deja que las ideas
fluyan tranquilamente. La falta de sueño puede hacer que reaccionemos de manera
agresiva con los demás o que nos mostremos confundidos y algo lentos para
acatar órdenes.
7. Abuso de drogas o alcohol.
Comúnmente usadas como escape.
Aquella persona que se siente aislada, rechazada, triste o incomprendida,
fácilmente encontrará en las drogas y el alcohol una oportunidad para
«olvidarse» al menos por cortos periodos de tiempo, de sus problemas o
preocupaciones más grandes. El abuso de estas sustancias también los convence
de que así podrán llevar a cabo más fácil el suicidio.
8. Baja motivación para la vida
social.
Existe aquí un sentimiento de
culpa, se piensa que jamás se podrá llegar a ser lo «suficientemente bueno»
para los demás. O que simplemente la vida de familiares y amigos estaría mejor
sin la presencia de esa persona que está al borde del suicidio. Usualmente esta
persona abandona sus amistades, se aleja de sus familiares, inventa excusas
para no asistir a eventos sociales o miente alegando que está bien, pero que
debe cumplir con otros deberes.
9. No participar en actividades
que antes se disfrutaban.
Cuando esto sucede, las personas
ya no encuentran ningún gusto o placer en realizar actividades que normalmente
le otorgaban alegría. Como, por ejemplo: dejar de practicar un deporte que se
venía realizando desde la infancia, abandonar hobbies que además de brindar
alegría significaban el sustento propio o rechazar invitaciones a planes que
antes no se desechaban de ninguna manera.
10. Daño auto infligido.
A pesar de ser una señal
inmediata de alarma, este hecho no se presenta en todas las víctimas. Y por lo
general la persona no se lastima en lugares tan visibles de su cuerpo, ya que
además de causar dolor, surge un sentimiento de vergüenza. Este daño provocado
de manera consciente incluye cortadas, quemaduras o envenenamiento. Es también
una forma de probarse a sí que serán capaces de cometer suicidio.
11. Comportamiento riesgoso.
En el vídeo que compartimos se
menciona que un estudio afirma que las personas con indicios suicidas se ven
tentadas a realizar actividades de alto riesgo. Esto no quiere decir que si tu
amigo planea tirarse de paracaídas tengas que salir corriendo a evitarlo o a
alarmar a sus familiares. Recordemos que antes de tomar cualquier tipo de
precaución, hay que pensar con cabeza fría si este tipo de comportamientos está
acompañado de las señales anteriores. También es frecuente el desinterés por
respetar señales de tránsito o el interés por dar inicio a las peleas.
12. Arrebatos emocionales.
Los cambios en el estado de humor
de una persona son un poco más sencillos de identificar. Es importante que no
respondamos del mismo modo, con ira o agresividad, sino que más bien, incitemos
el diálogo. Si notamos que esa persona se altera fácilmente en medio de
conversaciones casuales o vemos que ciertos temas causan en ellos rechazo
desmedido, miedo o angustia, hay que hablar. Llama a esa persona a solas,
compártele tu preocupación y ofrécete a escuchar.
13. Cambios evidentes en el
lenguaje corporal.
¿Qué significa esto? Que veamos
que la postura de esta persona haya cambiado, que camine con los hombros
caídos, mirando siempre al suelo y evitando a toda costa el contacto visual con
los demás. Por favor no confundamos el cansancio con una señal suicida, todos
podemos adoptar este tipo de posturas cuando hemos tenido un día o una época
puntualmente complicada a nivel físico y emocional. Estar abiertos a la
comunicación es muy importante, de este modo podemos darnos cuenta si los
cambios en el lenguaje corporal se deben a un esfuerzo físico o si son
consecuencia de la tristeza o la angustia.
14. Intentos de suicidio
anteriores.
Si esto ha ocurrido, es urgente
contar con un esquema de prevención y alerta. Recurrir a un profesional es
indispensable en estos casos ya que nunca deben ser percibidos como una broma o
un error. Este es el signo más evidente de que esa persona desea cometer
suicidio. Esta tendencia suicida debe ser atendida con la mayor brevedad
posible, con acompañamiento por parte de familiares y amigos y con extrema
delicadeza. Ya que, si el intento fue fallido o saboteado por alguien más,
crece el deseo de llevarlo a cabo de manera exitosa.
15. Felicidad y calma
Este punto es difícil de
comprender y detectar. ¿Una persona que aparenta estar feliz y en estado de
calma puede tener tendencias suicidas? Lamentablemente sí, esto sucede cuando
después de haber presentado todos o la mayoría de síntomas la persona se
convence a sí misma de que para llevar a cabo su plan, necesita energía,
necesita diseñar un plan que no falle y necesita hacerle creer a los demás que
se recuperará.
Es en ese momento, después de
haber recibido ayuda y simular que todo estará mejor, cuando amigos y
familiares creen que la víctima realmente está saliendo de aquel oscuro lugar.
El círculo más cercano que rodea a esta persona piensa que finalmente ahora todo
va a mejorar, la esperanza y tranquilidad retornan al hogar y la víctima se
muestra mucho más abierta a los demás. Pero en realidad esta aparente felicidad
y calma es solo el resultado de que el plan está hecho y de que la víctima se
siente capaz de llevarlo a cabo.
Una vez más hay que dejar en
claro que si un amigo o familiar cercano demuestra alguna de estas señales no
significa que sean suicidas. Este es un grupo de señales que pueden ayudarnos a
identificar y entender mucho mejor el panorama en el que viven estas personas.
Ayudar a un amigo con depresión puede ser el primer paso para evitar un evento
desafortunado.
No olvides que fortalecer tu
relación con Dios es fundamental para lograr buenos resultados, si sientes que
la oración no basta, no dudes ni un segundo en buscar a un amigo, consejero o
familiar que pueda orientarte. Recuerda
compartir este post para que otros tengan la oportunidad de informarse sobre el
suicidio.
El vídeo explicativo.
Fuente: Aquí.