martes, 29 de septiembre de 2015

Los niños que sufren ciberacoso acuden a las consultas de Pediatría con cefaleas, insomnios y dolores abdominales



Los niños que padecen ciberacoso suelen acudir a las consultas de Pediatría con síntomas psicosomáticos como, por ejemplo, cefaleas, insomnios y dolores abdominales prolongados, según ha asegurado el pediatra de la Unidad de Medicina del Adolescente del Hospital Universitario Infantil La Paz de Madrid, Angustias Salmerón, durante el Congreso Extraordinario de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Por este motivo, la experta ha destacado el importante papel que juegan los pediatras a la hora de detectar un posible caso de ciberacoso en adolescentes, por lo que ha subrayado la importancia de que estos profesionales realicen en sus consultas entrevistas psicosociales para reconocer esta patología, incluyendo preguntas sobre el uso de las nuevas tecnologías.

“Es importante que les ayudemos, junto a los padres, a identificar lo que es normal y lo que no lo es. Además, muchas investigaciones han demostrado que las víctimas de ciberacoso tienen más riesgo de depresión grave y suicidio”, ha recalcado la especialista, para recomendar a los padres y a los pediatras estar formados en este campo y contar con los recursos suficientes para saber responder ante estos casos.

Y es que, si antes el acoso en el colegio se producía de lunes a viernes en horario escolar, las nuevas tecnologías han hecho que este acoso esté presente y “activo” las 24 horas del día, los 365 días del año y que, además, la audiencia sea “mucho mayor”. Sin embargo, tal y como ha avisado la experta, los adolescentes no suelen considerar que la situación de acoso que están sufriendo sea algo anormal.

“De hecho, cuando son preguntados por el ciberacoso, los adolescentes no lo refieren, pero cuando la cuestión es si le insultan o han sido insultados a través de la red, hasta la mirad de ellos reconocen haber acosado o ser víctimas de acoso”, ha recalcado Salmerón.

Finalmente, la experta ha insistido en la importancia que tiene que se promocionen hábitos saludables desde la familia, escuela y desde el propio ámbito sanitario, ya que, según ha zanjado, el “buen uso” de las nuevas tecnologías es actualmente una cuestión prioritaria.

Fuente: http://www.psiquiatria.com/trastornos_infantiles/los-ninos-que-sufren-ciberacoso-acuden-a-las-consultas-de-pediatria-con-cefaleas-insomnios-y-dolores-abdominales/

domingo, 27 de septiembre de 2015

Distimia


Distimia from Miguel Andrés on Vimeo.

La distimia es un transtorno afectivo de carácter depresivo crónico que se caracteriza por la baja autoestima y un estado de ánimo triste, melancólico y apesadumbrado.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Con sida, ateo, se desesperó, pensando en suicidarse... pero un milagro le llevó a la fe y al monasterio




El compositor italiano Giancarlo Menotti, en su melodrama Amahl y los reyes magos, narra una leyenda. Los Reyes magos, en su viaje en busca de Jesús, tuvieron que hacer noche en una casita muy pobre, donde vivía una pobre mujer con su hijo, que sólo podía caminar con muletas. En la noche, mientras los magos dormían, aquella madre, pensando en su futuro, rebuscó en el costal del rey Melchor y le sacó unos lingotes de oro. A la mañana siguiente, al descubrirse el robo, le dijo Melchor: Mira, te perdono; pero debes saber que tu hijo no necesita oro, sino amor. Entonces, la mujer, avergonzada porque había sido descubierta, devolvió el oro. Pero su hijo, les dijo: Ricos y nobles señores, ustedes van con regalos para Jesús. A mí también me gustaría regalarle algo, pero no tengo nada, porque soy pobre. Sin embargo, yo quiero regalarle las dos cosas más útiles que poseo: mis dos muletas. Y dice la leyenda que fue, en ese preciso momento, al entregar sus muletas que Amahl pudo quedarse de pie y se dio cuenta de que había sido curado milagrosamente por Jesús.


En este caso, la generosidad fue el detonante para que ocurriera el milagro y Dios actuara directamente en su vida. Veamos un milagro real.


El 21 de octubre de 1992, moría un joven monje en la Comunidad de Monteveglio, cerca de Bologna, en Italia. Los periódicos sacaron titulares en primera página, diciendo: Ha muerto un monje de sida. Pero veamos lo que realmente había ocurrido. Aquel joven monje había nacido en 1948; a los 20 años había abandonado su casa, viviendo a la aventura por distintos países, dándose entre otras cosas a la droga. Lo metieron en la cárcel y, al salir, recayó en la droga. En 1986, los médicos le dijeron que tenía sida en último grado. El joven, que era ateo, se desesperó, pensando en suicidarse. Entonces, Umberto Neri, un joven monje de Monteveglio, le dijo: Mira, nosotros somos pobres, si quieres venir con nosotros, te daremos alojamiento.Y el joven se fue a vivir con ellos.


En aquel convento nadie le dijo: ¿Quién eres? ¿De dónde has venido? ¿Por qué estás enfermo? Quizás algunos ya sabían algo, pero él fue recibido como un amigo entre amigos. Después de unos meses viviendo en el convento, un día les dijo a todos. Ahora he comprendido que Jesús es Dios, porque sólo, si Jesús es Dios, puede explicarse vuestra vida. Vosotros sois pobres y sois felices, sois humildes y sois felices. Vosotros sois pobres y humildes y me habéis acogido con amor. Se convirtió y vivió durante seis años en aquella Comunidad. En el lecho de muerte quiso ser monje y hacer sus votos, y el Superior lo aceptó con el visto bueno de la Comuni-dad. Murió a los pocos minutos. Monje por pocos minutos. El milagro de Dios estaba concluido, pero los periodistas, con poca seriedad y responsabilidad, aprovecharon para decir que era un monje pecador que moría de sida. No dijeron que se había convertido y que Dios había limpiado su alma y era ya un hombre nuevo .


Ciertamente, la ayuda desinteresada y el ser-vicio a los demás puede ser uno de los mejores modos para encontrar a Dios. Veamos otro ejemplo real de la vida del gran escritor católico francés André Frossard: El día que cumplí 15 años tenía un montón de dinero en mis manos y pensé en pasar la tarde con una prostituta. Tomé el metro para Montparnasse y, al llegar al destino, encontré un mendigo flaquísimo. Cuando quise pasar junto a él, me tendió la mano, no sé si fue piedad o la vergüenza por lo que iba a hacer, pero lo cierto es que el puñado de billetes, que tenía en el bolsillo, se lo di a aquel hombre pobre y yo me regresé a casa. El viaje hacia la prostituta fue un viaje hacia la caridad30 .


Su encuentro con Dios cinco años más tarde fue tan espectacular que lo escribió en su libro Dios existe, yo me lo encontré. Ahí nos habla de cómo en la Eucaristía está la presencia más viva y real de Dios. Él cuenta su experiencia así:


Habiendo entrado a las cinco y diez de la tarde en una capilla del barrio latino de París en busca de un amigo, salí a las cinco y cuarto en compañía de una amistad que no era de la tierra. Habiendo entrado allí escéptico y ateo de extrema izquierda, volví a salir algunos minutos más tarde, católico, apostólico, romano..., arrollado por una ola de alegría inagotable31 .


Dios estaba allí (en la custodia), revelado y oculto por esa embajada de luz que, sin discursos ni retóricas hacía comprenderlo todo, amarlo todo... El milagro duró un mes. Cada mañana volvía a encontrar con éxtasis esa luz que hacía palidecer el día, esa dulzura que nunca habría de olvidar y que es toda mi ciencia teológica... Sin embargo, luz y dulzura perdían cada día un poco de su intensidad32 .


Frossard descubrió a Dios en la Eucaristía. Allí sintió con tal fuerza el amor de Dios que fue transformado en un instante. Por eso, si queremos encontrar a Dios, el mejor lugar es la Eucaristía y, muy especialmente, el momento en el que lo recibimos en la comunión.



miércoles, 23 de septiembre de 2015

A un viejo poeta


Caminas por el campo de Castilla
y casi no lo ves. Un intrincado
versículo de Juan es tu cuidado
y apenas reparaste en la amarilla

puesta del sol. La vaga luz delira
y en el confín del Este se dilata
esa luna de escarnio y de escarlata
que es acaso el espejo de la Ira.

Alzas los ojos y la miras. Una
memoria de algo que fue tuyo empieza
y se apaga. La pálida cabeza

bajas y sigues caminando triste,
sin recordar el verso que escribiste:
Y su epitafio la sangrienta luna.

Jorge Luis Borges

Veni Creator Spiritus "Spirit" By Torie Harris

Límites


Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar.
Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,
hay un espejo que me ha visto por última vez,
hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.
Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
hay alguno que ya nunca abriré.
Este verano cumpliré cincuenta años;
La muerte me desgasta, incesante.

Jorge Luis Borges

Aprendiendo


Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno
aprende que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad,
y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos y los regalos no son
promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con
la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a
construir todos sus caminos en el hoy, porque
el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es
demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno
planta su propio jardín y decora su propia alma, en
lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno
realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende.
Y aprende...y con cada día aprende.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque
te ofrece un buen futuro significa tarde o temprano
querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de
amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte,
puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado
de esa persona sólo por acompañar tu soledad,
irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos
son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o
temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en
un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste,
durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar lo hace, pero
perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que aunque seas feliz
con tus amigos, algún día llorarás por aquellos
que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia
vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o
desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá
las mismas humillaciones o desprecios multiplicados
al cuadrado.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos
en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado
incierto para hacer planes.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o
forzarlas a que pasen ocasionará que al final no
sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo
mejor no era el futuro, sino el momento que estabas
viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz
con los que están a tu lado, añorarás
terriblemente a los que ayer estaban contigo
y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o
pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas,
decir que necesitas, decir que quieres ser amigo,
ante una tumba,
ya no tiene sentido.
Pero desafortunadamente, solo con el tiempo...

Jorge Luis Borges

El Ángel


Que el hombre no sea indigno del Ángel
cuya espada lo guarda
desde que lo engendró aquel Amor
que mueve el sol y las estrellas
hasta el último Día en que retumbe
el trueno en la trompeta.
Que no lo arrastre a rojos lupanares
ni a los palacios que erigió la soberbia
ni a las tabernas insensatas.
Que no se rebaje a la súplica
ni al oprobio del llanto
ni a la fabulosa esperanza
ni a las pequeñas magias del miedo
ni al simulacro del histrión;
el Otro lo mira.
Que recuerde que nunca estará solo.
En el público día o en la sombra
el incesante espejo lo atestigua;
que no macule su cristal una lágrima.
Señor, que al cabo de mis día en la Tierra
yo no deshonre al Ángel.

Jorge Luis Borges