lunes, 25 de octubre de 2010

Valoración e intervención del paciente suicida.




La valoración del riesgo de suicidio es una de las tareas más relevantes y difíciles de la psiquiatría de urgencias, en parte por los sentimientos que estos pacientes suelen suscitar en el profesional, que puede llegar a sentirse abrumado por la posibilidad de cometer una valoración errónea del paciente, con las graves consecuencias que esto puede acarrear.

En la entrevista con el paciente, que siempre debe realizarse a solas con él, es conveniente abordar el tema del suicidio con lentitud y de forma empática, de tal manera que se evite que el paciente perciba hostilidad o culpabilización, para conseguir aumentar su confianza y mejorar el contacto. Así pues, no se deben realizar preguntas directas hasta que no se haya entablado ya una buena relación con el paciente. El hecho de interrogar al paciente de forma directa sobre el suicidio, no le induce a hacerlo, es decir, no se debe eludir el tema del suicidio por temor a darle la idea al paciente, más bien al contrario, el paciente con riesgo suicida generalmente se siente aliviado cuando se le pregunta por ello, e incluso en ocasiones mejor comprendido. No hay que olvidar que la entrevista en sí, ya constituye una primera intervención terapéutica. Como norma general, nunca hay que banalizar ningún intento de suicidio, por manipulador que parezca, y así hay que crear el mismo clima de confianza empática que con cualquier otro paciente, pues en caso contrario, el paciente, tras la entrevista, puede acabar teniendo una visión negativa de sí mismo, que le predisponga a realizar un acto suicida de mayor gravedad.

No es infrecuente que el paciente suicida contacte telefónicamente con los servicios de urgencias, bien sea para comunicar sus intenciones ­aún de manera ambivalente y rechazando con hostilidad las posibles alternativas que se le ofrezcan­ o bien para pedir ayuda de una manera explícita. En algunas ocasiones, el paciente ha ingerido ya alguna sustancia con fines suicidas, en cuyo caso, el facultativo debe interrogar al paciente sobre el tipo de sustancia ingerida, y asesorarle sobre qué medidas adoptar. Excepto en casos de sustancias cáusticas, debe estimularse al paciente para que se provoque el vómito y acuda inmediatamente a un centro hospitalario, aunque nunca conduciendo ellos mismos, por lo que puede ser útil recabar ayuda de la policía o una ambulancia para trasladar al enfermo.

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